Encuesta de Opinaia: Venta libre sin riesgo sanitario

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Acerca de la discusión sobre la prohibición de la venta de medicamentos de venta libre (aquellos que no exigen una receta médica para ser adquiridos) en góndolas de autoservicios al interior de las farmacias, distintos relevamientos locales y la experiencia internacional indican que este tipo de expendio no representa un riesgo sanitario.

“Es interesante destacar la experiencia de Brasil al respecto, que en 2009 prohibió la venta de medicamentos de venta libre en góndolas en las farmacias, aduciendo razones sanitarias, y que, en su aplicación, dos años más tarde, en agosto de 2012, debió dar marcha atrás y autorizar la venta en góndolas tras haber constatado que su prohibición no se tradujo en una disminución de las consultas por mal uso o intoxicación con medicamentos -de venta libre-”, señaló la doctora Worcel.
 
La experiencia internacional y los datos de 3 investigaciones locales contradicen los actuales argumentos en contra del expendio de medicamentos de venta libre (aquellos que no requieren una receta médica para ser adquiridos) en góndolas de autoservicio dentro de las farmacias.
 
Una de estas investigaciones, realizada por la ONG El Defensor de la Salud bajo la modalidad “Mistery Shopping” en 103 farmacias de la ciudad autónoma de Buenos Aires, halló que el 55,3% de las personas a cargo de la dispensa de medicamentos no eran farmacéuticos.
 
“El estudio se llevó a cabo en farmacias «tradicionales», en las que la venta de medicamentos se realizaba sólo a través del mostrador, y en las que quien acudía a la farmacia solicitaba una caja de aspirinas. Una vez efectivizada la compra, se volvía al mostrador para consultar si quien había realizado la dispensa era un profesional farmacéutico y si existía una interacción entre aspirina y un anticoagulante, que es justamente una interacción sobre la que no existe ninguna duda”, explicó la médica Jimena Worcel, asesora científica de la Cámara Argentina de Productores de Especialidades Medicinales de Venta libre (Capemvel).
 
El estudio realizado en farmacias de los barrios de San Telmo, Microcentro, Once y Congreso, no sólo halló que más de la mitad de los vendedores de medicamentos no eran farmacéuticos, sino que en el 99% de los casos la persona que realizó la dispensa del medicamento no ofreció ningún tipo de consejo farmacéutico relacionado, por ejemplo, con la posibilidad de interacciones farmacéuticas con otros medicamentos.
 
Es más, en los casos en que tras producirse la consulta relacionada con una posible interacción farmacéutica (la mencionada aspirina-anticoagulante), el medicamento fue igualmente dispensado en la mayoría de los casos. El 68% de las farmacias dejaron ir al aparente paciente con la medicación que le habían vendido, sin consulta previa alguna; sólo en el 11,6% de los casos el vendedor ofreció información adicional al cliente.
 
Los resultados de la investigación de El Defensor de la Salud se encuentran en franca contraposición con muchos de los argumentos que se emplean para sostener la idea de que la venta de medicamentos de venta libre debe realizarse sólo “a través del mostrador”, con la participación activa del profesional farmacéutico. Esos son algunos de los argumentos que llevaron a la modificación de la Ley Nº 17.565, sancionada en octubre de 2009 y hoy cuestionada por diversas jurisdicciones del país, que establece que “los medicamentos denominados de venta libre deberán ser dispensados personalmente en mostrador por farmacéuticos o personas autorizadas para el expendio”.
 
Desde la sanción de la Ley, varias jurisdicciones de distintas provincias que inicialmente habían adherido a esa norma, han dado marcha atrás y han promulgado ordenanzas que dan de baja esa adhesión –comentó la doctora Worcel–. Es el caso de Puerto Madryn (Chubut), por ejemplo, en donde se ha verificado que esa restricción en la dispensa de medicamentos de venta libre no ha tenido ningún impacto positivo para la salud pública, y sí ha ocasionado dificultades para el acceso a esos medicamentos.”
 
La imposibilidad de que los medicamentos de venta libre sean ofrecidos en forma directa en las farmacias –esto es, expuestos en góndolas– se encuentra incluso en contradicción con la opinión de sus usuarios, según revelan distintos estudios de opinión. Eso se ve claramente reflejado en un estudio reciente, realizado por la consultora Opinaia sobre 1.102 entrevistas online a hombres y mujeres de entre 18 y 65 años de edad, a lo largo de todo el país.
 
El estudio reveló que:
 
> 8 de cada 10 personas consultadas dijo que la presencia de góndolas con medicamentos de venta libre en las farmacias permite “agilizar la compra, comparar precios y elegir el producto”.
 
> La mitad de los entrevistados dijo que nunca o pocas veces recibió asesoramiento por parte de un profesional farmacéutico a la hora de comprar un medicamento de venta libre.
 
> Además, sólo el 17% reconoció que requería de algún tipo de asesoramiento farmacéutico a la hora de comprar este tipo de medicamentos -medicamentos de venta libre-.
 
“Es interesante destacar la experiencia de Brasil al respecto, que en 2009 prohibió la venta de medicamentos de venta libre en góndolas en las farmacias, aduciendo razones sanitarias, y que, en su aplicación, dos años más tarde, en agosto de 2012, debió dar marcha atrás y autorizar la venta en góndolas tras haber constatado que su prohibición no se tradujo en una disminución de las consultas por mal uso o intoxicación con medicamentos -de venta libre-”, señaló la doctora Worcel.
 
En la actualidad, países como Canadá, Estados Unidos, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Inglaterra, Noruega, Suecia y España, entre muchos otros, permiten el expendio de medicamentos de venta libre sin la intermediación de un profesional farmacéutico en góndolas de autoservicio. En América Latina, además de Brasil, Colombia, México e incluso Venezuela autorizan también este tipo de expendio. “En ninguno de estos países, muchos de los cuales realizan exhaustivos estudios de farmacovigilancia al respecto, se ha observado que la venta en góndolas tenga un impacto negativo sobre el uso de los medicamentos”, concluyó Worcel.