LA REFORMA DEL SISTEMA DE SALUD DEBE GARANTIZAR LA IGUALDAD DE ACCESO, PERO CON LIMITACIONES Y PRIORIDADES EN EL GASTO, AFIRMARON EXPERTOS

Visto: 784

La pandemia colocó en la agenda política la reforma del sistema de salud, un proyecto pendiente desde hace décadas y que siempre agita fantasmas entre los actores que temen perder privilegios, coincidieron expertos en salud pública durante las 18 Jornadas Federales y 17 Jornadas Internacionales de FEFARA.

El debate titulado “Los sistemas sanitarios, estado de situación, sustentabilidad ¿Es posible un rediseño?” expuso que los impedimentos que han trabado intentos de reformas anteriores han sido, básicamente, los intereses sectoriales y la falta de consensos.

Carlos Vasallo, profesor de Salud Púbica de Universidad Nacional del Litoral y presidente de Grupo País mencionó dos intentos de reforma del sistema de salud precedentes, en 1974 y 1988, que fracasaron por motivos similares.

El proyecto de reforma de 1974 durante el gobierno de Isabel Perón, fue boicoteado por los diputados del bloque sindical (que era poderoso por entonces dentro del oficialismo), porque temían perder el control de las obras sociales.

El gobierno de Raúl Alfonsín en 1988 mandó un proyecto de reforma que José Luis Manzano, presidente del bloque peronista en la Cámara de Diputados calificó de “intervencionista”, recordó Vasallo.  En cambio, aquellos que defendieron el proyecto, entre otros el ex ministro de Salud Aldo Neri, siempre aseveraron que era un proyecto inspirado en el modelo canadiense de salud.

Vasallo afirmó que Argentina “tiene un sistema sui géneris de salud” que “es imposible de comparar con otros países y a partir de que no se puede comparar, también es difícil de cambiar”.

Master en gestión de salud pública de la Universidad de Bolonia, Vasallo pidió que el debate sobre una reforma del sistema transparente finalmente “que no hay dinero para todos, hay que dar esa noticia en algún momento y hay que armar una canasta de prestaciones para todos viva donde viva”.

“El Estado debe garantizar el acceso homogéneo para todos los habitantes, pero no significa el acceso a todas las prestaciones porque algunas no tienen evidencia”, alertó Vasallo.

Así también, sostuvo que el Consejo Federal de Salud (COFESA) “es una feria persa de la salud, sin capacidad de decisión”.

El experto en salud pública también afirmó que “hay que dejar de poner dinero en los grandes hospitales y armar la estructura en el primer nivel de atención que la gente necesita”.

Leonel Tesler de Fundación Soberania Sanitaria, afirmó a su vez que “la contracción del sistema de salud fue una tendencia mundial hasta 2019 con la disminución camas de hospital, excepto en China y Argentina donde entre 2005 y 2015 aumentaron las camas disponibles”.

“El lugar donde se vive es el primer condicionante de la desigualdad para acceder al sistema de salud”, coincidió Tesler.

En su exposición mencionó que la pandemia desnudó “la tremenda fragilidad de las clínicas privadas en ciudades con menos de 50 mil habitantes, mientras crecen el número de camas hospitalarias en grandes ciudades”.

También mencionó “el notable desequilibrio en cuanto a la fuerza laboral en salud”, pues la Ciudad de Buenos Aires “tiene tres veces más médicos por cada mil habitantes que el resto del país”.

Alberto Bozzolo, profesor de la UBA e integrante del Grupo País coincidió que “tenemos hasta sesenta o setenta años de atraso en hacer reformas de largo plazo” como pueden ser las reformas del sistema de salud, de sistema tributario y de la coparticipación federal.  “Hemos perdido una mirada de planificación a largo plazo”, subrayó.

Este sistema no es un sistema, es un conjunto de prestadores del sector privado que dependen de autoridades diferentes”, resumió sobre el sistema de salud vigente.

Pero, el cambio es dificultoso porque “una reforma agita algunos fantasmas por el temor de perder algunos equilibrios”, completó.

Amanda Rubilar, Master en Ciencias en Sistemas de Salud de la Escuela de Salud Pública de México y economista de la UBA, enfatizó que “no hay cambios si el equipo de salud no se pone la camiseta y la lleva a cabo”.

“Necesitamos mentalizarnos y dejar de ver a la organización funcional de compartimientos estancos y avanzar hacia una organización horizontal”, reforzó.

Rubilar pidió “cero tolerancia a la corrupción” en los sistemas de salud y aclaró: “lo digo desde la experiencia de haber ocupado cargos de gestión en el sector público y el privado”.