VISITA LA ARGENTINA SALVADOR MONCADA UNA DE LAS MÁXIMAS FIGURAS MUNDIALES DE LA CIENCIA MÉDICA

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Autor de descubrimientos que revolucionaron el tratamiento de la hipertensión arterial, las disfunciones sexuales y otras patologías cardiovasculares, entre muchas otras afecciones, este prolífico investigador –nacido en Honduras, forjador de la medicina cubana y miembro de la Realeza belga– visita nuestro país.  Recibirá un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires.

Buenos Aires, 3 de noviembre de 2013.- Esta semana nuestro país recibirá a una de las máximas eminencias de la medicina: el Dr. Salvador Moncada, autor de numerosos descubrimientos de importante relevancia clínica, como la función del óxido nítrico en el organismo –cuya aplicación al ámbito clínico transformó el tratamiento de un abanico de afecciones que van desde la hipertensión arterial hasta la disfunción eréctil–, las prostaglandinas (mediadoras de los procesos de inflamación y dolor) o la regeneración celular a través de la actividad mitocondrial.


Entrevistado telefónicamente a horas previas a su llegada, manifestó sobre sus investigaciones: “Creo que los estudios que hemos venido haciendo sobre la pared vascular a lo largo de muchos años ha dejado clara la importancia del papel del endotelio vascular en el desarrollo de la enfermedad vascular, que afecta a tantos millones de personas en el mundo, y que en base a eso hoy se conoce mucho más de la enfermedad cardiovascular y tenemos muchas más herramientas para prevenirla y para tratarla”.


Miembro de la Royal Society de Londres y nacido en Honduras, Moncada participará del II Congreso Internacional de Clínica Médica y Medicina Interna que se realiza en Buenos Aires y recibirá el título de Doctor Honoris Causa que le otorgará la Universidad de Buenos Aires en reconocimiento de su prolífica trayectoria.
 

“Sus descubrimientos sobre el óxido nítrico y sus aportes al conocimiento de la actividad mitocondrial han sido decisivos en  el avance del conocimiento médico  vinculado a la hipertensión arterial y a las enfermedades vasculares”, sostuvo el Dr. Felipe Inserra, Presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA). El óxido nítrico producido por las células endoteliales de las arterias es fundamental para el tono vasodilatador, y por lo tanto su déficit puede estar relacionado con el deterioro de las arterias y con mecanismos generadores de la hipertensión arterial, enfermedad que afecta a un tercio de la población adulta y que es el principal factor de riesgo de ACV y de muerte.


Por su parte el Decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, Dr. Alberto Boveris, aseguró que “Salvador Moncada es en la actualidad sin dudas uno de los diez científicos más importantes del mundo”. En la Farmacología, que es su área de investigación, Moncada publicó alrededor de 650 trabajos científicos en las principales revistas internacionales. “Aunque el Nobel se le escamoteó en un par de oportunidades, creo que sigue siendo candidato por sus investigaciones sobre la actividad mitocondrial –explica el Decano de Farmacia–: cuando hay un infarto, las células cardíacas se recuperan por la actividad de las mitocondrias, organelas que producen energía. La hipótesis de Moncada es que el óxido nítrico activa esa biogénesis mitocondrial. Se discute si es esta la que produce la regeneración de células o es al revés, pero el óxido nítrico es un señalizador clave en ese proceso”.


Moncada nació en 1944 en Tegucigalpa y estudió Medicina en El Salvador, donde dedicó los primeros años de su carrera a la medicina social. Más tarde vivió en México y en Cuba, donde su influencia fue decisiva en el desarrollo que llevó a la medicina cubana a su grado de reconocimiento internacional. El grueso de su trabajo en investigación científica lo desarrolló sin embargo durante sus estadías en Estados Unidos e Inglaterra, a partir de la década de 1970. En 1998 se casó con la princesa María Esmeralda de Bélgica, con la que tuvo dos hijos: los príncipes Alexandra y Leopoldo.


En 1990 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por sus descubrimientos relacionados con las prostaglandinas y la función de la pared vascular, que permitió un mejor tratamiento de la ateroesclerosis. En 2003 la consultora internacional Thomson ICI le reconoció el segundo lugar entre los científicos más citados del mundo en los últimos 20 años. El tratamiento de las afecciones cardíacas con betabloqueantes de última generación como el nebivolol o el carbedilol, el uso del sildenafil para que millones de hombres puedan solucionar sus problemas de erección pero además (aunque este uso es menos conocido) para tratar una enfermedad mortal como la hipertensión pulmonar, o el desarrollo de drogas selectivas para aliviar el dolor crónico de las enfermedades reumáticas con menos efectos colaterales, son sólo algunos de los avances científicos que han afectado la vida de millones de personas y han sido posibles gracias el trabajo de Moncada.


La investigación y sus aplicaciones


Los trabajos de Moncada sobre el óxido nítrico son un fuerte ejemplo del impacto que puede tener la investigación básica en la práctica clínica. Por develar las funciones de este gas en la salud cardiovascular recibieron en 1998 el Premio Nobel de Medicina y Fisiología los estadounidenses Robert Furchgott, Luois Ignarro y Ferid Murad, aunque existe un sólido consenso mundial en señalar a Salvador Moncada como el primero en marcar la importancia biológica de este compuesto vital.


Según explica la Dra. Cristina Arranz, Profesora Titular de Fisiología (FFyB-UBA/CONICET), Vicedecana de Farmacia y Bioquímica y miembro de la SAHA, el óxido nítrico es producido naturalmente en la mayoría de las células del organismo, pero adquiere especial importancia en las del endotelio vascular, que forma la pared interna de las arterias: “Allí produce un efecto vasodilatador y regulador de la presión sanguínea –destaca–. Cuando en la enfermedad cardiovascular el endotelio se deteriora hay menos liberación de óxido nítrico, y aparecen dificultades en el control de la presión. Se sabe además que es un neurotransmisor, y que también es liberado en las neuronas, por lo que está relacionado con los mecanismos de memoria y aprendizaje”.


La Dra. María de los Ángeles Costa, profesora adjunta de Fisiología (FFyB-UBA) e investigadora del CONICET, agregó que “se sabe que además hay patologías que llevan a una disminución del óxido nítrico, y terminan induciendo a un daño de órgano blanco y otros problemas”. Un ejemplo de estos factores negativos es el estrés oxidativo, que causa el envejecimiento prematuro de los tejidos.


Otro fenómeno que se ha estudiado es el del gran incremento de óxido nítrico que se puede producir en algunas células como respuesta ante una infección, por ejemplo: “Su función en ese caso es generar citotoxicidad, con lo que la célula se defiende de los gérmenes”, explicó por su parte la Dra. Mariela Gironacci, profesora de Química Biológica (FFyB-UBA/CONICET).


Las especialistas también destacaron el grado de interrelación permanente que tienen en el campo de la hipertensión arterial los investigadores en ciencia básica con los médicos que tratan con la problemática de sus pacientes diariamente en consultorios y hospitales. Esto se hace muy evidente en el ámbito de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial donde ésta interacción es continua y le permite a los investigadores ayudar a desarrollar soluciones con verdadero impacto en la salud pública, para una afección que afecta a un tercio de la población adulta; y a los clínicos, les permite saber con qué herramientas contarán para ayudar a sus pacientes en los próximos años.

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