OTRO AÑO PERDIDO PARA LA INDUSTRIA Y LOS FARMACÉUTICOS
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Para la industria farmacéutica las perspectivas son cada vez más inciertas. No hay expectativas del venturoso “segundo semestre”. Tampoco que lo peor ya pasó. En el actual contexto se admite con pesadumbre que se trata de otro año perdido.
“Las perspectivas son inciertas y cuestiones que creíamos superadas con el cambio de gobierno vuelven a surgir como dificultades”, admitieron voceros de la industria a PHARMABAIRES.
Mientras transcurría el diálogo en una oficina céntrica, en la City el dólar trepaba casi a 29 pesos y se hacían astillas las estimaciones de una moneda estable con una inflación controlada con que fue calculado -hace tan poco y parece tan lejos- el nuevo convenio PAMI.
Los voceros admitieron que este año esperan una caída de las ventas, tal como explicó Pharmabaires a comienzos de junio, en virtud de información propia y de la consultora Ecolatina.
Esa caída es por retracción del “propio mercado en general y por el volumen más acotado que compra PAMI, en particular”, explicaron.
La retracción en las ventas al PAMI explica entre uno y dos puntos de la caída de la demanda de medicamentos que ya fue del 6 por ciento hasta junio y que para Ecolatina en el acumulado del año oscilará en el 0,8 por ciento interanual, comparado con 2017 que ya fue un año muy malo con una retracción del 26 por ciento, estimó la consultora.
Así como se vende menos en unidades, “el mercado farmacéutico está cada vez más presionado entre los costos dolarizados y los aumentos salariales”, aseguraron.
La presión es más asfixiante para los pequeños y medianos laboratorios que venden al mercado interno y fueron y son “Pami dependientes”.
A los grandes laboratorios “les queda el recurso de la exportación y su acomodamiento en el mercado regional, pero también los golpea la pérdida de rentabilidad”, aseguraron los voceros.
Tampoco es un escenario adverso solo para la industria farmacéutica “muchos sectores industriales están en una situación similar por lo tanto hay que remar juntos y buscar juntos alternativas para salir de esta crisis”, resaltaron.
También para los farmacéuticos la situación aparece como compleja y con una coincidente pérdida de rentabilidad.
“Para las farmacias lo peor está por venir. Aceptamos el nuevo esquema de financiación que ofreció PAMI, pero ahora afrontamos una diferencia cada vez mayor entre el precio real que aumenta al ritmo inflacionario y el Precio PAMI. Ya se está hablando del precio blue”, señalaron dirigentes farmacéuticos porteños.
También coincidieron que “se nota que ha caído el volumen de ventas y las recetas por PAMI son muchas menos que en otros inviernos”.
¿Los jubilados ya no compran medicamentos o los argentinos se enferman menos?. Las respuestas no son coincidentes, aunque hay una certeza: si se puede, se evita pasar por el mostrador de la farmacia.
“Lo más peligroso es que las cadenas de farmacias ingresen como prestadoras plenas y les concedan las mismas bonificaciones que a las farmacias de barrio, porque esas cadenas pueden financiar los atrasos del PAMI pero nosotros no y cuando compramos al precio de mercado no sabemos si vamos a vender ese medicamento a un jubilado y si vamos a cobrar tres meses después. Mientras tanto nos hacemos cargo de la diferencia”, explicaron
Para laboratorios y farmacéuticos, pese a sus diferencias, hay una coincidencia: este será otro año perdido.