PhRMA PIERDE INFLUENCIA EN WASHINGTON Y TEME QUE TRUMP Y LOS DEMÓCRATAS ACUERDEN CONTROLES DE PRECIOS

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PhRMA, la poderosa cámara de los laboratorios norteamericanos, ya no es aquel lobby que se sentía invencible. No pudo evitar un cambio en el sistema de Medicare que le costará 12 mil millones de dólares en una década y encima percibe que la administración Trump trabaja con los demócratas en una legislación para fijar los precios de los medicamentos en niveles similares a los que se pagan en otros países y para exigir que se incluyan los precios de los medicamentos en los anuncios de televisión.

El proyecto que preocupa a PhRMA contempla “reformas de precios de los medicamentos que Trump y el secretario de Salud, Alex Azar, han estado impulsando desde mayo”, escribió The Washington Post.

El diario de la capital estadounidense arriesgó que “los demócratas de la Cámara de Representantes -ejercerán la mayoría a partir de enero- ya están preparando la citación” para que los directivos de PhRMA acudan a explicar el abuso de precio de los medicamentos, un escenario que hasta hace pocos años resultaba impensable por la influencia de su lobby en el Congreso.

Pero esa no es la única noticia negativa para los laboratorios estadounidenses.  Desde enero ha comenzado a regir un cambio en el sistema de cobertura de medicamentos con receta de Medicare que según la industria le costará 12 mil millones de dólares en los próximos diez años.

"Esta podría ser la mayor pérdida política que PhRMA ha sufrido en una década", dijo Daniel Carpenter, profesor de Harvard, al periodista Nicholas Florko @NicholasFlorko, del sitio STATnews.com.

“El grupo de cabildeo de la industria farmacéutica no está acostumbrado a las malas noticias, y con su pequeño ejército de defensores bien conectados, está aún menos familiarizado con las sorpresas” y para “PhRMA, las noticias del pasado invierno fueron ambas”, escribió el periodista.

Un ejército que según el periodista incluyó a los miembros de su junta directiva, sus 30 cabilderos internos y sus 150 contratados que comenzaron a movilizarse en febrero de 2018 para que el congreso no aprobara ese cambio en Medicare que según la industria le costará 12 millones de dólares. 

“De repente, el equipo reunido tenía algo mucho más amenazante de discutir: el Congreso acababa de presentar un plan para obligar a los fabricantes de medicamentos a pagar mucho más por Medicare, un cambio de política que ninguno de los cabilderos farmacéuticos había visto venir”, reseñó Nicholas Florko.

“Una fuente familiarizada con lo que sucedió en la reunión describió la atmósfera de manera sucinta: el pánico”, agregó en su historia “del peor fracaso de PhRMA”, y que ese fracaso en impedir que se aprobara una ley que los perjudicaba “podría ser la primera y temprana señal de que la gran influencia de la industria está menguando”.

Los informantes de Florko también aseguraron “qué tan vulnerable se ha vuelto el grupo, que alguna vez se consideró invencible, cuando los demócratas recientemente empoderados se comprometen a trabajar con el presidente Trump para bajar los precios de los medicamentos”.

Los republicanos siempre han sido más “amigables” con la industria farmacéutica e incluso que el secretario de Salud, Alex Azar, fuese un ex ejecutivo de Eli Lilly, aventuraba que proseguiría “una relación más acogedora”.

Sin embargo, sin conocimiento de PhRMA, algunos republicanos comenzaron a trabajar junto con los demócratas, “tratando de forjar pequeños cambios de políticas con enormes consecuencias para las farmacéuticas”.

Los miembros de PhRMA se sorprendieron de que el grupo parlamentario que consideraba influenciable por su lobby pudiera coincidir con un cambio tan grande, especialmente cuando los republicanos aún tenían el control de la Cámara durante 2018.

"Les pagamos a los muchachos mucho dinero en cuotas para que sean nuestros ojos y oídos"- fue la reprimenda que recibió un lobista de la industria farmacéutica- "¿Cómo pudiste dejar que esto pasara?".

“Fue una especie de momento decisivo, [una idea] de que ya no podemos confiar en una línea roja sólida de apoyo", agregó el lobbista de la industria farmacéutica, en referencia a los republicanos.

La nueva reglamentación que sorprendió a las Big Pharma requiere que los fabricantes de medicamentos paguen una parte más grande de los costos de una receta de los beneficiarios de Medicare”.

Hasta diciembre, los fabricantes de medicamentos pagaban el 50 por ciento de esos costos. Ahora pagarán el 70 por ciento, un aumento que, distribuido entre los 43 millones de personas que tienen cobertura de medicamentos de Medicare, equivale a miles de millones en fondos adicionales para la industria farmacéutica.

Hubo un esfuerzo consciente - dijeron varios miembros del personal del Congreso a STAT - para asegurarse de que PhRMA no se enterara de la idea en las semanas previas a su lanzamiento. Incluso la administración de Trump sabía sobre el cambio y logró mantenerlo en secreto”, agregó un alto funcionario de la administración de la Casa Blanca.

Los legisladores lo consideraron un "corte de pelo" para la industria, “una manera de hacer que desechen un poco de dinero extra para ayudar a pagar el resto del acuerdo presupuestario de 400 mil millones dólares, que destinó fondos para la reconstrucción de Puerto Rico después del huracán María y la lucha contra la crisis de los opioides, entre otras muchas cuestiones”.

“Pero nadie, ni PhRMA ni los defensores de los precios de los medicamentos que tan a menudo trabajan en contra, esperaban que los republicanos del Congreso cumplieran con la prioridad de la era de (Barack) Obama que perjudicaría a la industria farmacéutica”, analizó el periodista en referencia al aumento del costo de los medicamentos que deberá asumir la industria.

Varias fuentes dentro y fuera del gobierno sugirieron que “los republicanos estaban hartos de la industria y listos para enviar un mensaje. Ya no eran invencibles. Otros dicen que los republicanos no sabían qué tan grande era el cambio de política que estaban presentando. Muchos señalaron las negociaciones presupuestarias de alta presión y la necesidad de encontrar algo, cualquier cosa, para pagar el acuerdo de gasto de febrero”, reseñó Nicholas Florko.

Con los líderes demócratas y republicanos de la Cámara de Representantes aceptando los cambios en el Medicare “¿Por qué llamarían a PhRMA, para que lo arruinen?. No es que vayan a decir: “bien, gracias "", reseñó el periodista sobre la pérdida de poder del lobby de la industria farmacéutica, incapaz, una vez, de frenar un proyecto que la perjudicaba.

También hubo otra causa de distracción. La industria concentró sus energías contra la Ley CREATES, un proyecto que permite a los fabricantes de medicamentos genéricos demandar a sus competidores de marca cuando están bloqueando la competencia y que impulsan los demócratas.

PhRMA estaba "torciendo cada brazo, tratando de usar la influencia de sus contribuciones de campaña en ambos partidos", dijo a STAT el representante Lloyd Doggett (Demócrata de Texas), uno de los defensores identificados en el Congreso con proyectos destinados a conseguir precios más bajos de los medicamentos recetados, sobre el compromiso de avanzar en bloque y en silencio, mientras los lobistas miraban hacia otra parte.