LAS ASIMETRÍAS EN LOS SISTEMAS DE SALUD DE AMÉRICA LATINA Y EUROPA
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La inversión en salud en Argentina cayó de 350 a 400 dólares per cápita mientras que en España e Italia, los países con los presupuestos sanitarios más austeros de la Comunidad Europea, es de 3.000 a 3.500 dólares. Esta disparidad constituye una de las explicaciones del deterioro sanitario experimentado en el país, afirma el libro Enfoques y Herramientas para el Gobierno de la Salud.
Las asimetrías y las escasas coincidencias entre países europeos y latinoamericanos que aporta el ensayo, es el resultado de seis años de investigación y comparaciones exhaustivas de Arnaldo Medina y Patricio Narodowski, autores del libro que cuenta con el prólogo del ex ministro de Salud Ginés González García, coordinador de los equipos técnicos del Frente de Todos.
Medina, ex director del Hospital El Cruce y vicerrector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, afirmó que los medicamentos de alto costo ya consumen el 28 por ciento de los presupuestos de salud en América Latina.
Los medicamentos de alto costo “están colapsando las obras sociales” de Argentina y al mismo tiempo constituyen una preocupación a nivel mundial. Una solución serían los biosimilares, “una ventanita que tenemos y que requiere de una decisión política a futuro”, propuso quien suena como candidato a ministro de Salud de un eventual gobierno de Alberto Fernández.
Durante la presentación a sala desbordada en la universidad UMET de la CABA y con el secretario general de la CGT, Héctor Daer, entre los asistentes, Medina explicó los modelos sanitarios exitosos, como el de Reino Unido, se caracterizan “por un fuerte compromiso financiero estatal”. Excepto durante la década de Thatcher en los 80, el gasto en salud orilló siempre el 9 por ciento del PBI británico.
El gasto en salud en Reino Unido es de 3.600 dólares per cápita “con un 88 por ciento de gasto público, financiado con aporte tributarios (como también en Suecia y Dinamarca), los gastos de bolsillo ascienden al 10 por ciento y los seguros representan un porcentaje algo menor”.
Reino Unido no es la excepción ya que en Francia el gasto en salud per cápita es de 4.900 dólares y equivalente al 11,5 por ciento del PBI.
Medina citó el modelo de Reino Unido – un modelo al que los autores acuden con recurrencia- para afirmar que para el gobierno británico una negociación con la industria farmacéutica es “mas fácil” porque existe un modelo centralizado, a diferencia de Argentina “donde hay mucha fragmentación” del sistema de salud.
En Reino Unido el costo de bolsillo de un medicamento es del 30 por ciento y el 70 por ciento restante es absorbido por el sistema de salud estatal. Los ejemplos que los autores citan de ocho países de América Latina, indican una tendencia opuesta.
Medina también mencionó que en Reino Unidos prosperó un modelo exitoso de enfermero-prescriptor de medicamentos para ciertas patologías, cuya aplicación en Argentina “sería motivo de polémicas”. Sin embargo, Brasil avanza en un modelo similar, por lo menos en algunos Estados del sur.
En Estados Unidos el gasto en salud trepó del 5 por ciento promedio histórico al 17 por ciento en 2015 con un gasto per cápita de 8.500 dólares y no precisamente por su eficacia, sino que esta evolución obedeció “a la falta de regulaciones y a la lógica del mercado”, explican los autores en el ensayo.
“Es evidente que nunca puede ser similar un sistema de salud financiado con un gasto de casi 5.000 euros que es el promedio anual de los países desarrollados que un presupuesto cercano a los 1.000 de los países subdesarrollados ni en términos de salarios médicos, tecnología, medicamentos cubiertos”, comparan los autores.
Otro ejemplo: En América Latina los que más gastan en salud lo hacen en un promedio que es la mitad del que menos gasta en los países desarrollados, que es España, y en la siguiente escala de importancia: Uruguay, Brasil, Chile, Argentina, México y Colombia.
Los autores también comparan que a excepción de Costa Rica y Cuba, en América Latina uno de los problemas irresueltos es la fragmentación del sistema de salud y “Argentina es un caso extremo”, subrayaron.
Hay modelos que sirven en algunas sociedades y resultan un fracaso en otras. Narodowski comparó la autonomía hospitalaria en Colombia que fue un fracaso total, un “desastre” que requirió del salvataje del Estado, mientras que en Catalunya es un modelo exitoso para el mundo.
Narodowski, economista y docente de la UNLP, al igual que Medina y González García, reivindicó el sistema de Médicos Comunitarios que funcionó durante los gobiernos precedentes desde 2004.
González García concluyó con una reflexión: se trata de un libro “oportuno, que llegó justo para quienes percibimos que hay un abismo en la salud de Argentina” y que aporta algunas propuestas para quienes tienen “avidez en ver cómo resolvemos esto todos juntos”.