EMPRESARIOS NACIONALES Y ONGs REITERARON SUS CRÍTICAS A LOS TLC Y A LAS PATENTES PCT
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Empresarios nacionales y asociaciones civiles reiteraron sus críticas contra las imposiciones monopólicas de los tratados de libre comercio durante el Conversatorio sobre Soberanía y Derechos Humanos organizado en la Cámara de Diputados por la legisladora de Unidad Ciudadana y economista, María Fernanda Vallejos, y la Fundación GEP.
Al término del debate se presentó un documento de rechazo al Tratado PCT redactado por la Fundación GEP y que Vallejos prometió difundir y compartir con otros diputados nacionales como contracara de la aprobación que intenta el oficialismo.
Lorena Di Giano, directora ejecutiva de la Fundación GEP comparó el nulo impacto de las patentes PCT para América Latina, enumerando que durante 2018 Chile presentó 245 solicitudes, México 274 y Brasil 619, contra 56.142 de Estados Unidos, 53.345 de China y 49.702 de Japón.
Di Giano defendió las Guías de Patentabilidad que se aplican en Argentina desde 2012 y aseguró que “es un modelo muy valorado a nivel mundial porque es el más estricto del mundo”.
Santiago Basso de CILFA, coincidió con otros expositores que las patentes “funcionan como un monopolio en el sector farmacéutico y en consecuencia tiene un gran impacto para la salud pública”.
Basso mencionó un acta fechada en 2002 del gobierno de Estados Unidos en la que reconoce que necesitaba de los TLC para exportar su legislación sobre propiedad intelectual.
“No hay obligación de adherir al PCT y tampoco es conveniente porque afecta a la industria en general y a la farmacéutica en particular”, reforzó Basso.
También desmintió que el PCT reduzca los costos de patentamiento de 150 mil a 8 mil dólares como argumentan sus defensores, ya que “siempre hay que pagar tasas y aranceles locales y solo difiere el pago de los 150 mil dólares promedio en 18 meses”.
Luciana Ghiotto del CONICET y la plataforma América Latina mejor sin TLC, expresó durante el debate que después de 25 años de tratados de libre comercio en América- tomando como fecha fundacional el NAFTA a partir del primero de enero de 1994- “ninguna de las promesas se ha cumplido pese a la infinidad de tratados de libre comercio firmados desde entonces”.
Laura Giménez, directora de Legislación y Política Social de la UIA, alertó que todavía “no conocemos la letra chica” del acuerdo Mercosur-UE y “no tenemos certezas sobre patentes y reglas de origen”.
Lucas Rizzo Arrivillaga, de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), recomendó no adoptar el PCT por ahora ya que “las patentes triviales no sirven para el desarrollo”.
Rizzo Arrivilllaga admitió que en algún momento Argentina deberá adherir al Tratado PCT y en ese caso “no interesa ver el rol del INPI que no es una empresa de servicios como lo presentan sus actuales directivos sino que debe asumir la defensa de la soberanía nacional”.
El economista Jorge Marchini alertó que funcionarios de la UE “hablan que han sido ganadores” en la firma del tratado con el Mercosur y entre esos sectores “ganadores” mencionan al farmacéutico.
“En el acuerdo no se incluyeron los datos de prueba pero igual hay ganancia para el sector farmacéutico europeo”, afirmó Marchini y se preguntó si “el próximo gobierno está atado de manos para revisar el acuerdo? ”.
“Hay que exigir transparencia y revisar las zonas grises, además de pedir estudios de impactos como hicieron los europeos antes de firmar”, reclamó Marchini de la próxima gestión política del país.
Esteban Motta, de la Federación Agraria Argentina (FAA), expresó la preocupación de los pequeños y medianos productores por e conflicto entre la Ley de Semillas y la Ley de Patentes y afirmó que “como productor agrario quisiera tener las medidas proteccionistas de Estados Unidos y Europa”.
Santiago Lombardi de la CTA advirtió que “la diplomacia europea es la más agresiva en la exportación de normas y leyes” y como “bloque negociador más fuerte del mundo hace pesar ese poder en la mesa de negociaciones”.
La diputada Vallejos finalmente analizó que los tratados de libre comercio “no son buenos ni malos per se” y “depende como se negocian desde los gobiernos”.
“La integración es una asignatura prioritaria” para aumentar las exportaciones y afrontar el pago de la deuda externa, apuntó.
Pero, al mismo tiempo advirtió sobre “los impactos perniciosos de algunos acuerdos y vemos con preocupación el avance del PCT desde la perspectiva económica”.
Foto: Fundación GEP