INDIA Y SUDÁFRICA PROPUSIERON A LA OMC LA RENUNCIA VOLUNTARIA A LAS PATENTES FARMACÉUTICAS DURANTE LA PANDEMIA
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India y Sudáfrica presentaron una propuesta conjunta a la Organización Mundial de Comercio (OMC) para que los países miembros renuncien voluntariamente a disposiciones del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), para evitar las barreras de las patentes durante la pandemia.
La propuesta conjunta ha sido respaldada por South Centre, Global Justicie Now, Misión Salud Colombia, Public Citizen Reino Unido, The People’s Vaccine, StopAids, Just Treatment, Students for Global Health y la Fundación GEP Argentina, entre otras organizaciones, mientras que un millar de sobrevivientes de COVID también pidieron públicamente la suspensión de los derechos de propiedad intelectual para facilitar el acceso a las vacunas y tratamientos.
“Dado el contexto actual de emergencia mundial, es importante que los Miembros de la OMC trabajen juntos para garantizar que los derechos de propiedad intelectual, como las patentes, los diseños industriales, el derecho de autor y la protección de la información no divulgada, no creen obstáculos al acceso oportuno a productos médicos asequibles, incluidas las vacunas y los medicamentos”, sintetizó la propuesta de India y Sudáfrica.
La organización intergubernamental South Centre al apoyar la propuesta subrayó que “los miembros de la OMC deben tomar medidas para acelerar la innovación y el acceso rápido Esto debe incluir la rápida ampliación de la capacidad de fabricación mundial”.
En este sentido, “India y Sudáfrica están pidiendo a los Miembros de la OMC que acepten renunciar a algunas de las obligaciones sobre protección y aplicación de patentes y otros derechos de propiedad intelectual durante la pandemia de Covid-19”.
La propiedad intelectual, en el actual contexto, “no es el principal factor habilitador de una amplia colaboración que acelera la innovación” y, al mismo tiempo, “puede retrasar la disponibilidad de innovaciones, por ejemplo, debido a disputas sobre la infracción de los derechos de propiedad intelectual”, alertó South Centre que preside el argentino Carlos Correa.
Además, “a medida que se desarrollan nuevos diagnósticos, terapias y vacunas, los derechos de propiedad intelectual y la renuencia a compartir los conocimientos técnicos relacionados pueden actuar como barreras para la rápida ampliación del suministro oportuno a precios asequibles en todos los países”, advirtió la organización intergubernamental.
COMUNICADO INDIA Y SUDÁFRICA
RENUNCIA A CIERTAS DISPOSICIONES DEL ACUERDO SOBRE LOS ADPIC PARA LA PREVENCIÓN, CONTENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL COVID-19
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) como una pandemia mundial, después de haber anunciado una emergencia de salud pública relacionada de importancia internacional (ESPII) el 30 de enero de 2020.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió que "la pandemia representa una perturbación sin precedentes de la economía y el comercio mundiales, ya que la producción y el consumo se reducen en todo el mundo". Hemos sido testigos de una ruptura en las cadenas de suministro globales junto con crecientes brechas de oferta y demanda.
Dado el contexto actual de emergencia mundial, es importante que los Miembros de la OMC trabajen juntos para garantizar que los derechos de propiedad intelectual, como las patentes, los diseños industriales, el derecho de autor y la protección de la información no divulgada, no creen barreras para el acceso oportuno a productos médicos asequibles, incluidas las vacunas y medicamentos o para ampliar la investigación, el desarrollo, la fabricación y el suministro de productos médicos esenciales para combatir el COVID-19.
La pandemia de COVID-19 ahora está muy extendida y (…) todos los Miembros de la OMC están luchando por contener la propagación de la pandemia y brindar servicios de atención médica a los afectados.
Muchos países desarrollados, en desarrollo y menos desarrollados han declarado una emergencia nacional con el objetivo de frenar el creciente brote y, según lo aconsejado por la OMS, han implementado medidas de distanciamiento social con importantes consecuencias para la sociedad y la economía. En particular, los países en desarrollo y los países menos adelantados se ven especialmente afectados de manera desproporcionada.
Una respuesta eficaz a la pandemia de COVID-19 requiere un acceso rápido a productos médicos asequibles, incluidos kits de diagnóstico, máscaras médicas, otros equipos de protección personal y ventiladores, así como vacunas y medicamentos para la prevención y el tratamiento de pacientes con extrema necesidad.
El brote ha provocado un rápido aumento de la demanda mundial y muchos países se enfrentan a una grave escasez, lo que limita la capacidad de responder eficazmente al brote.
La escasez de estos productos ha puesto en riesgo la vida de los trabajadores de la salud y otros trabajadores esenciales y ha provocado muchas muertes evitables. También amenaza con prolongar la pandemia de COVID-19. Cuanto más persista la actual crisis mundial, mayores serán las consecuencias socioeconómicas, por lo que es imperativo y urgente colaborar internacionalmente para contener rápidamente el brote.
A medida que se desarrollan nuevos diagnósticos, terapias y vacunas para COVID-19, existen preocupaciones importantes sobre cómo estarán disponibles rápidamente, en cantidades suficientes y a un precio asequible para satisfacer la demanda mundial.
La escasez crítica de productos médicos también ha puesto en grave riesgo a los pacientes que padecen otras enfermedades transmisibles y no transmisibles.
Para satisfacer la creciente brecha entre la oferta y la demanda, varios países han iniciado la producción nacional de productos médicos y / o están modificando los productos médicos existentes para el tratamiento de pacientes con COVID-19.
La rápida ampliación de la fabricación a nivel mundial es una solución crucial obvia para abordar la disponibilidad oportuna y la asequibilidad de los productos médicos para todos los países que los necesiten.
Hay varios informes sobre los derechos de propiedad intelectual que obstaculizan o potencialmente obstaculizan el suministro oportuno de productos médicos asequibles a los pacientes.
También se informa de que algunos Miembros de la OMC han llevado a cabo enmiendas legales urgentes a sus leyes nacionales de patentes para acelerar el proceso de expedición de licencias de uso obligatorio / gubernamentales.
Más allá de las patentes, otros derechos de propiedad intelectual también pueden representar una barrera, con opciones limitadas para superar esas barreras.
Además, muchos países, especialmente los países en desarrollo, pueden enfrentar dificultades institucionales y legales al utilizar las flexibilidades disponibles en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC).
Una preocupación particular para los países con capacidad de fabricación insuficiente o nula son los requisitos del artículo 31 bis y, en consecuencia, el engorroso y prolongado proceso de importación y exportación de productos farmacéuticos.
A nivel internacional, existe un llamamiento urgente a la solidaridad mundial y al intercambio mundial sin obstáculos de tecnología y conocimientos técnicos a fin de que se puedan implementar respuestas rápidas para el manejo de COVID-19 en tiempo real.
En estas circunstancias excepcionales, solicitamos que el Consejo de los ADPIC recomiende, lo antes posible, al Consejo General una exención de la implementación, aplicación y cumplimiento de las Secciones 1, 4, 5 y 7 de la Parte II del Acuerdo sobre los ADPIC en relación con la prevención, contención o tratamiento de COVID-19.
La exención debe continuar hasta que se aplique la vacunación generalizada a nivel mundial y la mayoría de la población mundial haya desarrollado inmunidad, por lo que proponemos una duración inicial de [x] años a partir de la fecha de adopción de la exención.
Solicitamos que el Consejo de los ADPIC recomiende urgentemente al Consejo General la adopción del texto de decisión adjunto.
“Es de una valentía total que India y Sudáfrica estén liderando este proceso pidiendo la suspensión de las patentes de fármacos y vacunas para COVID durante la pandemia”, resaltó Lorena Di Giano, directora ejecutiva de la Fundación GEP durante un zoom organizado por Misión Salud de Colombia.
“No queda otra que la solidaridad -agregó Di Giano - y hemos hablado con gobiernos de la región”, aunque admitió que “manifestaron su temor a las represalias” de acompañar a India y Sudáfrica.
“Pero India y Sudáfrica no representan a sus pueblos sino a todos los pueblos del mundo con su pedido”, resaltó la directora de la Fundación GEP.
Di Giano denunció que la multinacional Moderna ya presentó tres pedidos de patentes en Argentina, pese a que no tiene previsto comercializar su vacuna en el país, por lo menos en el corto plazo ya que le vendió toda su producción por anticipado al gobierno de Trump.
“La pandemia expuso descarnadamente el efecto de las patentes farmacéuticas después de 26 años que siguen mostrando su codicia”, subrayó Di Giano y lamentó que “todos los sistemas que se proponen en el marco de la OMS son voluntarios para las empresas”.
Ángela Acosta Santamaría, directora de Misión Salud, recordó que la sociedad civil colombiana “peleó mucho por las licencias obligatorias” y que el gobierno de ex presidente Juan Manuel Santos sufrió presiones de la Embajada de Estados Unidos cuando autorizó una licencia obligatoria para el antirretroviral Kaletra.
Acosta propuso “escenarios más equitativos en la distribución de las vacunas” y alertó sobre “el nacionalismo de las vacunas”, que conspira contra el acceso a las vacunas y apunta a la concentración del mercado.
Por el contrario, propuso “una acción concreta” en apoyo a la propuesta de India y Sudáfrica.
Médicos sin Fronteras también solicitó a todos los gobiernos que respalden esta solicitud conjunta de exención de derechos de propiedad intelectual en la OMC.
“Una pandemia mundial no se momento para seguir haciendo negocios como de costumbre. No hay lugar para las patentes o el lucro empresarial mientras el mundo se enfrente a la amenaza de la Covid-19”, afirmó en un comunicado Leena Menghaney, directora de la campaña de acceso de Médicos Sin Fronteras en el sur de Asia.
“Los gobiernos de India y Sudáfrica han puesto sobre la mesa de la Organización Mundial del Comercio una propuesta para suspender las reglas injustas que apuntalan los grandes monopolios farmacéuticos que si se aprueba, esto cambiaría las reglas del juego: permitiría a la mayor cantidad posible de proveedores fabricar pruebas, tratamientos y vacunas de Covid-19 para maximizar el suministro global y permitir que todos los países accedan a productos de salud asequibles de Covid-19. Pondría la salud pública antes que el beneficio empresarial”, compartió Global Justicie Now.
“Pero la propuesta necesita el apoyo de todos los países miembros de la Organización Mundial del Comercio y cada país tendrá que decidir si quiere defender la salud pública o si quiere defender los monopolios corporativos, pero no puede tener ambos”, fue concluyente la OnG global.
Un millar se supervivientes de COVID-19 de 37 países han enviado una carta abierta a líderes de la industria farmacéutica para exigirles “tratamientos que estén disponibles para todos, y una vacuna popular', libres de patentes.
La carta incluye mil firmantes entre los que se encuentran 242 sobrevivientes de COVID-19, 190 familiares de fallecidos en 46 países y 572 signatarios con condiciones de salud vulnerable con mayor riesgo de enfermedad grave si contraen el virus.
"Algunos de nosotros hemos perdido seres queridos por esta enfermedad mortal. Algunos de nosotros nos hemos acercado a la muerte. Algunos de nosotros seguimos viviendo con el temor de que contraer esta enfermedad sea fatal para nosotros. No vemos ninguna justificación por la que sus ganancias o monopolios deberían justificar que cualquier persona deba pasar por esto", señalaron los firmantes en la misiva.
Así, el texto continúa lamentando que las corporaciones farmacéuticas sigan "con sus negocios como de costumbre, defendiendo los monopolios mientras se niegan a compartir investigaciones y conocimientos".
Los firmantes pidieron a los líderes de la industria que "garanticen que las vacunas y los tratamientos COVID-19 lleguen a todos los que los necesitan mediante la prevención de los monopolios, aumentando producir y compartir conocimientos".
La carta fue organizada por People's Vaccine Alliance, una coalición global de organizaciones y activistas unidos bajo el objetivo común de hacer campaña por “una vacuna popular” para COVID-19 desarrollada por la investigación compartida sin patentes y que esté disponible gratuitamente para todos.
Para cuando se disponga de una vacuna eficaz, la Alianza exige que las dosis se distribuyan de manera justa y que se dé prioridad a los trabajadores de la salud y otros grupos de riesgo en todos los países.
Los firmantes también pidieron que las corporaciones otorguen "inmediatamente" las licencias de tecnología de vacunas y derechos de propiedad intelectual al Fondo de Acceso a Tecnología COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (C-TAP).
"Las compañías farmacéuticas deben prestar atención a las demandas de las personas de todo el mundo que han experimentado el miedo y la devastación del COVID-19. La industria no puede bloquear sus oídos a estas voces, pero debe responder de inmediato poniendo fin a sus monopolios y comprometiéndose a compartir los conocimientos de fabricación", afirmó Heidi Chow de Global Justice Now, miembro de People's Vaccine Alliance.
Por su parte, la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha recordado que con el Sida, cuando se encontraron tratamientos, las personas de los países más ricos recuperaron la salud gracias al acceso inmediato a esos tratamientos, mientras que millones de personas en los países en desarrollo murieron porque no los recibieron a tiempo.
"No debemos repetir el mismo error cuando se encuentra una vacuna para COVID-19. El derecho a la salud es un derecho humano; no debe depender del dinero en su bolsillo o del color de su piel para vacunarse contra este virus mortal. Una vacuna debe ser un público mundial bueno y gratuito para todos", concluyó.