LOS SISTEMAS DE SALUD SE APROXIMAN AL ABISMO Y NECESITAN CAMBIOS PROFUNDOS, VISLUMBRAN LOS EXPERTOS
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Se avecinan tiempos difíciles para las obras sociales, el sistema público y las empresas de medicina privada. Después de la pandemia se impondrán desafíos para los prestadores y el gobierno porque habrá que construir un nuevo modelo, pronosticaron economistas de la salud durante un zoom organizado por la Fundación Güemes.
Mario Lugones, presidente de la Fundación Güemes, analizó que el actual sistema de salud “ya no era un sistema sano, venía con problemas, pero esos problemas se agravarán a partir de fin de año”, cuando se supone que comenzará la travesía de la pospandemia.
“A la salida de esta crisis mucha gente no estará en relación de dependencia y se trasladará al sistema público. Entonces, quedarán muchos menos en las obras sociales”, vislumbró Lugones.
Oscar Cetrángolo, profesor de Finanzas Publicas e investigador en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) UBA y CONICET, coincidió que “tenemos una visión apocalíptica del sistema que está muy mal desde hace mucho tiempo”.
“Sobre terreno pantanoso, cada reforma ha empeorado en eficiencia y equidad. Ahora tenemos la esperanza de que este cimbronazo nos haga pensar en algo”, subrayó.
Cetrángolo analizó que el actual sistema de salud “es difícil de regular o está mal regulado por falta de transparencia. Existen “problemas de regulación enormes porque la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) no hay tenido una trayectoria técnica muy virtuosa”.
“El sector de la salud es uno con más posibilidades de actos de corrupción, pero no solo en el sector público porque la intermediación inútil está en todo el sector de la salud”, describió el panelista.
Mónica Panadeiros, economista de la Fundación FIEL, afirmó que “el sistema público es integrador en las sombras de un sistema segmentado y fragmentado con escasos esfuerzos para minimizar costos y “hay pocos incentivos para que el sistema sea eficiente o para evitar las filtraciones en las facturaciones”.
Panedeiros opinó que el Estado debería financiar los seguros de salud apuntando directamente a lo población “en vez de financiar a las instituciones”.
La economista propuso que en un futuro modelo las cápitas deberían ser ajustadas por riesgo para los agentes del seguro que serían los prestadores actuales, que recibirían pagos por contratos y no por subsidios como hasta ahora, con incentivos para minimizar los costos.
“Sería un sistema más integrado con aseguradores-prestadores con capitas ajustas por riesgo”, analizó Panadeiros, mientras que de las obras sociales afirmó que constituyen un sistema que se financia con aportes de sus afiliados que gozan de libertad de elección pero con restricciones.
“Entonces, es un círculo cerrado con escasa competencia y las privadas se incorporaron a través de las obras sociales que son sellos de goma”, cuestionó.
Jorge Colina de IDESA, subrayó que “no hay un sistema de salud sino 24 sistemas (uno por provincia) y PAMI que se maneja como sistema independiente”.
“No se sabe bien que función cumple el Ministerio de Salud en un sistema donde las provincias no delegan facultades”, aunque los programas nacionales de ayuda a las provincias representan 110 mil millones de pesos, equivalente al 94 por ciento del presupuesto del Ministerio de Salud de la Nación y al 10 por ciento promedio de los presupuestos de los ministerios provinciales.
El sistema “termina siendo muy burocrático y, por ejemplo, en Ro Negro había doble entrega de remedios a través de un plan provincial y el plan Remediar de Nación”.
En cuanto al PAMI, Colina afirmó que atraviesa “una insuficiencia estructural aún cuando tenga el doble de presupuesto de una obra social, porque debería ser cuatro veces más”.
Durante el zoom se escucharon otras definiciones tajantes, por ejemplo, que existen “una fragmentación enorme entre los derechos a la salud de cada ciudadano dentro de las políticas públicas, lo que es inadmisible”, afirmo Cetrángolo.
Así también, “es intolerable que alguien se lleve los aportes a la casa y lo transfiera a una privada” y la consecuencia de “la desregulación es que provocó un gran descreme en las últimas décadas”.