SESENTA Y OCHO LICENCIAS OBLIGATORIAS SE HAN CONCEDIDO EN EL MUNDO, INFORME DE SOUTH CENTRE
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Un total de 68 licencias obligatorias o compulsivas fueron otorgadas en el mundo desde 2002, especialmente en países en vías de desarrollo, pero también por algunos desarrollados como Italia y Alemania, precisa un reciente informe de la organización intergubernamental South Centre.
Durante la pandemia, tres países extendieron licencias compulsivas para tratamientos COVID. Esos países son Rusia para remdesivir, Hungria también para remdesivir e Israel para Lopinavir/ritonavir.
El país que otorgó la mayor cantidad de licencias obligatorias fue Ecuador con siete (una en 2010 mas seis en 2014), en todos los casos por razones de “interés público”.
Tailandia extendió seis licencias obligatorias entre 2007 y 2008 para habilitar la producción de medicamentos contra el VIH/Sida.
Indonesia también por razones de “emergencia sanitaria” en 2012 extendió licencias obligatorias de siete medicamentos encabezados por lopinavir, reconociendo el pago de 0,50 por ciento de royalty a Abbvie que lo vende con el nombre comercial de Kaletra. El país asiático había extendido en 2004 licencias compulsivas por Nevirapine y lamivudine, con 0,50 por ciento de regalías.
Brasil extendió una licencia obligatoria de efavirenz por razones de “interés público” en 2007 reconociendo un royalty de 1,5 por ciento.
Italia y Alemania son los dos únicos países europeos que recurrieron a las licencias compulsivas.
Alemania en 2016 extendió licencia obligatoria por Raltegravir por razones de “necesidad urgente e interés público”.
Italia también utilizó las licencias compulsivas en 2007 para finasteride e imipenem por “Abuso de posición de posición dominante”.
El royalty más elevado fue reconocido por Rusia al extender en 2019 una licencia obligatoria por Sunitinib con una compensación del 10 por ciento.
India otorgó 7 por ciento por la licencias obligatoria de Sorafenib tosylate en 2012.
LOS DERECHOS DE PATENTES NO SON ABSOLUTOS
“Como otros derechos, los derechos de patente no son absolutos. Hay situaciones en las que su ejercicio puede limitarse a proteger los intereses públicos”, sostiene Carlos M. Correa, Director Ejecutivo de South Centre.
“Tales situaciones pueden surgir, por ejemplo, cuando se debe garantizar el acceso a los productos farmacéuticos necesarios”, agrega Correa, en la presentación del estudio sobre licencias obligatorias.
El experto argentino enfatiza que “las licencias obligatorias y el uso gubernamental para fines no comerciales son herramientas, previstas en la mayoría de las leyes en todo el mundo, que pueden utilizarse específicamente para abordar las necesidades de salud pública”.
LA PROPUESTA DE EXENCIÓN DE PATENTES: UNA MEDIDA URGENTE PARA AMPLIAR EL ACCESO A LA VACUNAS COVID-19
Henrique Zeferino de Menezes es profesor titular del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Paraiba, Brasil. Tiene un doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Campinas, Brasil. Su investigación se centra en la economía política internacional, los derechos de propiedad intelectual y la cooperación internacional, Recientemente publicó tres libros sobre “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, “Política internacional de Estados Unidos. Economía y propiedad intelectual” y “Salud y Desarrollo”.
El siguiente ensayo THE TRIPS WAIVER PROPOSAL: AN URGENT MEASURE TO EXPAND ACCESS TO THE COVID-19 VACCINES fue publicado por South Centre.
Pese a los compromisos multilaterales y las declaraciones políticas de solidaridad y cooperación para garantizar la disponibilidad y el acceso a vacunas de la COVID-19 (y otras tecnologías de control y tratamiento relevantes), la situación tras el comienzo de la vacunación está marcada por la intensificación del nacionalismo de vacunas, la concentración de la producción de insumos y vacunas, y la distribución desigual de las opciones de dosis de las vacunas cuyo uso ya se ha aprobado.
Este modelo de restricciones a la producción y de acceso desigual dará lugar a un incremento en las desigualdades internacionales, y dejará a gran parte del mundo sin acceso a las vacunas hasta 2024.
Mientras los acuerdos de adquisición anticipada entre las empresas farmacéuticas y algunos países desarrollados se multiplican, los mecanismos propuestos para la concesión voluntaria de licencias de tecnologías y el Mecanismo COVAX no alcanzan su objetivo de democratizar el acceso a las vacunas.
En este sentido, la actual propuesta de exención prevista en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) parece ser la respuesta política e institucional con más posibilidades de garantizar la ampliación de la producción de insumos farmacéuticos, que permita la adopción de una amplia estrategia cuyo objeto sea garantizar un acceso oportuno, suficiente y asequible a todas las tecnologías desarrolladas para combatir a la COVID-19
La pandemia COVID-19 ya ha victimizado a más de dos millones de personas, sobrecargados los sistemas nacionales de salud causaron más muertes y enfermedades, y condujeron a una grave crisis económica.
La crisis, que amenaza la vida de millones de mujeres, niños y hombres por el hambre, insuficiencia acceso a servicios públicos y violencia. Políticamente, el brote de coronavirus desafiado el multilateralismo y sus instituciones y devolvió el nacionalismo a la agenda global.
El liderazgo político conservador y la difusión de prácticas proteccionistas han obstaculizado la exportación de suministros médicos y hospitalarios, alimentos y otros bienes esenciales, lo que limita los esfuerzos para hacer frente a la pandemia de COVID-19.
La urgencia de responder a la pandemia en curso dejó en claro la necesidad de una mayor colaboración y solidaridad y un sistema mundial de seguridad sanitaria eficaz y receptivo para enfrentar pandemias globales.
Uno de los problemas más graves que surgen en situaciones como el brote de COVID-19 es la disponibilidad desigual de productos farmacéuticos y medicamentos esenciales.
Esto destaca la importancia de reformar el actual sistema global de innovación, con el objetivo de impulsar la producción y difusión de terapias, vacunas y otros productos y tecnologías médicos.
El inicio de la vacunación COVID-19 trajo aliento y esperanza, ya que confirmó que COVID-19 no se convertiría en un descuido. El alto volumen de recursos asignados a la carrera de vacunas y la demanda de una agenda mundial de inmunización aseguró el desarrollo de algunas vacunas COVID-19 de calidad.
Sin embargo, el COVID-19 tiene efectos desiguales y los beneficios generados por los científicos el progreso no parece beneficiar a todos al mismo tiempo: los impactos de la pandemia en países y poblaciones de muchas formas diferentes, imponiendo una brutal política humana y económica.
Las primeras semanas de la vacunación subrayó la reproducción y acentuación de las desigualdades internacionales, ya visible en la forma en que los países han planificado e implementado sus políticas para abordar el COVID-19.
La pandemia COVID-19 acentuó la falta de coordinación para el desarrollo, producción y difusión de tecnologías esenciales para responder al brote y puede empeorar la desigualdad global debido a la fuerte concentración de dosis contraídas y entregadas para algunos países desarrollados.
La necesidad más urgente en este momento es garantizar un acceso generalizado a las vacunas aprobadas recientemente.
Es urgente que una estrategia integral para asegurar la vacunación masiva y que las personas en las regiones más pobres tienen acceso oportuno, suficiente y asequible a todas las tecnologías desarrollado para combatir COVID-19, es decir, la fabricación rápida de miles de millones de dosis de alta calidad vacunas, apoyo financiero para la compra de vacunas y la coordinación de la logística para el suministro adecuado y la distribución equitativa.
Un análisis de datos realizado por la Coalición por Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) estima que solo en 2024 habrá la producción de las vacunas necesarias para generar la inmunización mundial, es decir, la producción de aproximadamente 11 mil millones de dosis a una tasa de 2 a 4 mil millones por año.
Sin embargo, esperar respuestas efectivas y estímulos productivos y distributivos correctos a través del funcionamiento normal del mercado y la actual investigación y desarrollo global (I + D) no parece razonable.
Así, varias iniciativas de cooperación internacional propuestos fomentan acciones coordinadas para el desarrollo tecnológico, compartir, adquirir y distribuir. La cooperación internacional es obligatoria para los nuevos productos y tecnologías para cumplir su función social y llegar a los más vulnerables, permitiendo una verdadera agenda de inmunización.
En este punto, la cooperación Sur-Sur es fundamental para la construcción de estrategias tendientes a fortalecer la capacidad productiva y tecnológica en el Sur, que garantiza la producción de insumos y bienes suficientes, asegurando el acceso a un contingente masivo de población.
Informes completos
https://www.southcentre.int/wp-content/uploads/2021/02/Compulsory-licenses-table-Covid-19-rev2021.pdf
https://www.southcentre.int/wp-content/uploads/2021/03/RP-129.pdf