EN ARGENTINA ALREDEDOR DE 136 MIL PERSONAS VIVEN CON VIH Y EL 17 POR CIENTO DESCONOCE SU DIAGNÓSTICO

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) -que aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas: ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, ONUDD, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y el Banco Mundial- hace foco en este tema para visibilizarlo, y este año puso de relieve la necesidad de acabar con las desigualdades que impulsan el VIH/SIDA y otras pandemias a nivel mundial: “Poner fin a las desigualdades. Poner fin al VIH/SIDA. Poner fin a las pandemias”, y resalta “la urgente necesidad de acabar con las desigualdades que impulsan el SIDA y otras pandemias en todo el mundo”.

Durante el 2020, en el marco de la dispersión del Covid-19 en el mundo, ningún país quedó exento de esta pandemia. Y tal como ocurrió también en los 80´s con la pandemia del SIDA, la medicina afrontó un desafío extremo para su tratamiento y prevención.

Según los datos de la OMS, el VIH −que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial− se ha cobrado 36,3 millones [27,2-47,8 millones] de vidas.

 Se calcula que a finales de 2020 había 37,7 millones [30,2–45,1 millones] de personas que vivían con el VIH, más de dos tercios (25,4 millones) en la Región de África de la OMS.

Ese mismo año, 680.000 [480 000–1 millón] de personas murieron por causas relacionadas con el VIH y 1,5 millones [1 – 2 millones] de personas resultaron infectadas por el virus.

En las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) muestra una reducción en los fallecimientos relacionados con el SIDA: en América Latina, disminuyó de 41 mil en 2010 a 37 mil en 2019, mientras que el Caribe tuvo una reducción de 11 mil a 6.900 en el mismo período.

Se estima que el 23% de las personas con VIH en América Latina y el Caribe desconocen su diagnóstico positivo, y aproximadamente un tercio se diagnostica tarde, con inmunodeficiencia avanzada (menos de 200 CD4 por mm3 de sangre).

En la Argentina, de acuerdo con el 37° Boletín Estadístico del Ministerio de Salud, que data de finales de 2020, se estima que 136 mil personas viven con VIH y casi 7 de cada 10 personas que conocen su diagnóstico se atienden en el subsistema público, de las cuales 60 mil están en tratamiento antirretroviral en el mismo.

Un dato alerta: un 17% de estas personas infectadas lo desconoce. Por eso continúa siendo clave la insistencia por parte de la comunidad médica de testearse (un simple análisis de sangre que busca anticuerpos) y utilizar preservativo para evitar el contagio, ya que la principal vía de transmisión del VIH son las relaciones sexuales sin uso de profiláctico.

La doctora Isabel Cassetti, médica infectóloga y directora médica de Helios Salud, afirmó que “la mayoría son hombres. La relación hombre/mujer es de 2 a 1. Tenemos pendiente en el país bajar el diagnóstico tardío y la transmisión vertical, que es la transmisión de la mamá al hijo y que está en 4,1%. Ese porcentaje es alto, se aspira a que sea menor a 2%”.

El tratamiento de las mujeres embarazadas que conviven con la infección es uno de los principales desafíos en el manejo del VIH/SIDA.

Es fundamental que, durante el embarazo, continúen con la terapia antirretroviral (TARV), para prevenir que el virus se transmita al bebé. Al reducir la carga viral en la madre, disminuye el riesgo de transmisión durante el embarazo y el parto, además de mantener controlada la infección en la futura mamá con una adecuada calidad de vida.

No obstante, los medicamentos utilizados deben ser seguros para el bebé, es decir, no producir riesgos para el embarazo ni aumentar la probabilidad de malformaciones congénitas.

En cuanto a los testeos, la doctora Cassetti destacó que “se mejoró mucho en el testeo: más personas saben en el país que tienen VIH y un 17% lo desconoce. Antes esta cifra era mucho mayor, motivo por el cual se amplió el testeo, pero lo ideal es llegar al 90/95% de pacientes con diagnóstico”.

Otro de los grandes avances en la lucha contra el SIDA es en la sobrevida de los pacientes, gracias al uso de combinaciones de fármacos, medicamentos antirretrovirales o terapias combinadas, que ayudan a los pacientes a tener un sistema inmune más fuerte y una vida normal, con los cuidados adecuados.

En la actualidad, el VIH es una infección crónica tratable con medicamentos, pero el tratamiento no logra eliminar el virus del organismo.

En este sentido, una de las drogas que se utiliza es la doravirina. Al respecto, la doctora Cassetti señaló: “En el reciente Congreso Europeo de SIDA, celebrado en Londres en octubre de 2021, fue destacado como uno de los esquemas preferidos, que son aquellos que se usan de primera línea”.

“Es un no nucleósido que tiene características interesantes: tiene un perfil de resistencia diferente y los eventos adversos son muy leves en comparación con las drogas de su grupo, con menos efectos en el sistema nervioso central y un mejor perfil lipídico”, agregó.

“Es una alternativa muy interesante en nuestro medio, tanto en el inicio del tratamiento como en el cambio en el tratamiento de pacientes que tienen cargas virales suprimidas y que por alguna toxicidad o simplificación se necesita cambiar”, completó

VIH Y COVID

La OMS, en el documento “Preguntas y respuestas sobre Covid 19, VIH y uso de retrovirales” remarca: “A día de hoy, no hay evidencia de que las PVVIH (personas viviendo con VIH) clínicamente e inmunológicamente estables y en TAR (tratamiento antirretroviral) estén en mayor riesgo de infección o complicaciones por la COVID-19, que la población general. Algunas PVVIH con patologías previas como diabetes, hipertensión y otras enfermedades no transmisibles, podrían estar en mayor riesgo de COVID-19 pero esto sería debido a estas patologías y no al estado de VIH”.

Coordinado por la doctora María Fernanda Rombini, especialista en Medicina Interna e infectología, se presentó en el EACS21 (Congreso de la European AIDS Clinical Society) un estudio realizado en la Argentina sobre la relación entre el Covid y el SIDA: “COVIDARE: COVID-19 en pacientes con infección por VIH en Argentina: Primer informe interino de una cohorte prospectiva a nivel nacional”.

Del estudio en el que participaron profesionales de distintas instituciones, se incluyeron PVVIH adultos con COVID-19 confirmado según laboratorio y/o los criterios epidemiológicos de definición de casos según el Ministerio de Salud, desde septiembre de 2020 a junio de 2021, mediante el uso de datos estandarizados por formulario de recogida. A continuación, los principales datos obtenidos y presentados:

El diagnóstico se basó en PCR SARS-CoV-2 detectable en el 91,4%. El resto por test de antígeno, serología o criterios epidemiológicos.

Fueron 844 pacientes, de los cuales el 93% vive en AMBA.

15% requirió ingreso hospitalario y 3,3% unidad de cuidados Intensivos (UCI).

11% recibió tratamiento específico para COVID-19, más frecuente: corticoides 9%.

La tasa de mortalidad fue del 1,3%.

En esta cohorte, la mayoría de los casos de COVID-19 en PVVIH (personas que viven con virus de inmunodeficiencia humana) ocurrió en jóvenes, sin comorbilidades y con viremia suprimida.

El ingreso hospitalario y la tasa de mortalidad no fue mayor a aquella observada en la población general.

Por año se producen en Argentina un promedio de 4.800 nuevos casos de VIH, diagnosticándose 2,3 varones con VIH por cada mujer con el virus.

En cuanto a la oportunidad del diagnóstico, el 30,2% se realiza en una etapa avanzada de la infección: en el 26% de las mujeres y en el 32,1% de los varones.

La detección tardía de la enfermedad sigue siendo un factor presente en la mayoría de las personas que contraen el virus, por lo que resulta fundamental revertir esta situación mediante la prevención y el diagnóstico temprano. El diagnóstico a tiempo mejora la calidad de vida de las personas con VIH.

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