EMPRESARIOS CONSIDERARON POSITIVA LA LEY DE PROMOCIÓN DE LA BIOTECNOLOGÍA APROBADA EN DIPUTADOS

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La Cámara Argentina de Biotecnología (CAB) expresó su satisfacción por la ley de promoción del sector aprobada por amplia mayoría en la Cámara de Diputados, durante una reunión mantenida con el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli.

El encuentro se realizó en la sede central de la Unión Industrial Argentina (UIA) y participaron el presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), Federico Trucco, la comisión directiva de la institución, y el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, entre otros empresarios del sector.

La Cámara de Diputados aprobó por 224 votos a favor y 8 en contra y giró al Senado el proyecto de promoción y desarrollo y producción de la biotecnología moderna que contempla extender hasta el 2034 la vigencia del régimen de beneficios fiscales y su alcance a las actividades de nanotecnología.

Reencauzamos en Argentina un modelo de desarrollo productivo industrial que necesita la biotecnología y la ciencia para mejorar la productividad y fortalecerla a través de un trabajo conjunto con todas las áreas de gobierno, trabajando de manera integrada para resolver los temas de la coyuntura y consolidar la actividad”, afirmó Scioli.

El ministro agregó que “creo en la sinergia entre el sector público y el sector privado. Sector por sector estamos buscando planificar los próximos 6 meses del año para avanzar con eje fundamental en potenciar la actividad económica y reindustrializar a todo el país”.

Federico Trucco resaltó el apoyo del ministro Scioli al desarrollo de la biotecnología "desde el primer minuto" y la voluntad de la CAB a "acompañar la gestión y compartir visiones sobre el sector para trabajar en conjunto”.

Funes de Rioja señaló que las empresas de biotecnología “son un gran desafío para la Argentina y para la UIA” y  “son esenciales para este paso hacia la industria 4.0, pero también a la sociedad 5.0, una sociedad a la que aspiramos incorporarnos e incorporar a nuestros trabajadores”.

La CAB representa a 33 empresas y 67 startups que desarrollan productos de origen biológico y biotecnológico en sectores de la salud, la nutrición y la reproducción humana y animal, semillas, cultivos, alimentos, insumos industriales y bioenergías.

Entre los empresarios que asistieron al encuentro en la UIA figuraron el presidente de Gador, Alberto Álvarez Saavedra; el presidente y CEO de Argenomics, Alberto Saúl; el CEO de Keclon, Leonardo Marraffini; la business development manager de Amega Biotech, Laura Pelc; el director del Grupo Harmony, Ricardo Dománico; el fundador de Diagramma, Enzo Zamboni; el director Médico de Vaxinz, Julián Maggini; y el CEO y cofundador de Einsted, Nahuel Olaiz.

También asistieron el fundador de Kheiron, Daniel Sammartino; el CEO de Nova, Mauro Piva; el gerente de Asuntos Públicos de Ledesma, Claudio Terrés; el director ejecutivo de Soila, Mariano Spitale; y la cofundadora y jefa de Operaciones de Kresko RNATech, Daniela Teplitzki.

De manera virtual participaron los presidentes del Grupo Insud, Hugo Sigman; Bagó, Sebastián Bagó; y Richmond, Marcelo Figueiras; el CEO de Rizobacter, Ricardo Yapur; y el fundador de Terragene, Adrián Rovetto, entre otros.

La iniciativa contempla que quienes accedan al régimen de promoción podrán obtener beneficios de amortización acelerada del Impuesto a las Ganancias en una cuota, devolución anticipada del IVA y el otorgamiento de un bono de crédito fiscal correspondiente al 50% de los gastos pagados destinados a las contrataciones de servicios de investigación y desarrollo (I+D) con instituciones del Sistema Público Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

La autoridad de aplicación será el Ministerio de Desarrollo Productivo, encargado de aprobar los proyectos que deberán cumplir con la mejora sustancial de procesos productivos, en especial, lo que conlleve contenido de innovación susceptible de aplicación industrial, impacto económico y social.

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, señaló: "Los países centrales llegan a invertir entre 3 y 4 puntos de su PBI en ciencia y tecnología. La importancia de esta ley radica en la posibilidad argentina de impulsar el avance de aquellas áreas sustantivas para nuestro desarrollo en las cuales debemos concentrar la inversión".