“Si bien Moderna puede desear reescribir la historia, se reconoce ampliamente que tanto Moderna como los NIH (Institutos Nacionales de Salud) crearon esta vacuna juntos”, afirmó el senador Bernie Sanders, frente al director Ejecutivo Stéphane Bancel, durante una audiencia en el Senado de Estados Unidos, convocada para examinar la estrategia de precios de la compañía.  

Sanders, ex precandidato presidencial demócrata, destacó rápidamente los 12 mil millones de dólares que el gobierno federal gastó en investigación, desarrollo y adquisición de la vacuna COVID 19 de Moderna. 

“Y aquí está el agradecimiento que los contribuyentes de este país recibieron de Moderna por esa gran inversión: están agradeciendo a los contribuyentes de Estados Unidos al proponer cuadriplicar el precio”, ironizó Sanders, según relató la periodista Raquel Cohrs, corresponsal en Washington del sitio digital Statnews.
Moderna se propone incrementar el precio de sus vacunas en alrededor de 130 dólares por dosis, después de vender los productos por mucho menos al gobierno federal. La empresa cobró 26,36 por dosis en un contrato con el gobierno firmado en julio de 2022, casi un dólar más caro que en Europa.

Bancel afirmó que el aumento de precios está justificado porque en el mercado posterior a la pandemia, la compañía tendrá que ampliar su espacio de almacenamiento, asumir la responsabilidad financiera por las dosis desperdiciadas ycambiar el tamaño de sus viales.

“Este no es el mismo producto”, respondió Bancel, en uno de los cruces con Sanders.

Bancel también se negó a comprometerse a ofrecer al gobierno de Estados Unidos un precio más bajo que el que reciben otros países desarrollados. 

Sin embargo, Bancel dijo que la compañía está teniendo conversaciones con agencias gubernamentales para determinar cuánto pagarán realmente los diferentes programas.

Bancel describió el ascenso de Moderna durante la pandemia como un éxito empresario arrollador. 

“Después de 10 años de perder dinero, los estudios realizados a una velocidad sin precedentes demostraron que su vacuna funcionó. Moderna, que hace siete años tenía la ambición de llevar 100 medicamentos a ensayos clínicos en una década, solo ha aprobado un producto, pero ese producto le ha valido a la compañía alrededor de 40 mil millones en los últimos dos años”, reseñó la corresponsal de Statnews.

Pero Bancel, como señaló Sanders, no mencionó a los Institutos Nacionales de Salud ni una sola vez en su testimonio y, en cambio, enfatizó la financiación privada que recibió la empresa antes de la pandemia.

“Si bien Moderna puede desear reescribir la historia, se reconoce ampliamente que tanto Moderna como los NIH crearon esta vacuna juntos”, replicó Sanders.

La compañía pasó años discutiendo con científicos del gobierno sobre una técnica química integral para las vacunas de ARNm, un proceso que concluyó en diciembre pasado cuando Moderna finalmente acordó hacer un "pago de recuperación" de 400 millones de dólares a los NIH.

“No estamos de acuerdo”, respondió Bancel cuando Sanders le preguntó si Moderna considera que los NIH son coautores de la vacuna.

Bancel también dijo que Moderna brindó voluntariamente al gobierno federal un descuento de 2.9 mil millones en su vacuna COVID 19, pero no está claro cuál fue realmente el precio total sin el descuento, o si Estados Unidos recibió un trato más favorable que otros países durante el proceso de compra.

Para agosto de 2021, Moderna estaba cobrando a la Unión Europea 25,50 por dosis, que en realidad era más barata que la tarifa ofrecida al gobierno de los Estados Unidos un mes antes.

Christopher Morten, profesor clínico asociado de derecho en la Universidad de Columbia que fue testigo experto en la audiencia, calificó la idea de que el precio que Moderna ofreció al gobierno federal fue descontado como "historia revisionista", ya que el precio era similar al precio que cobraba Pfizer. el gobierno federal, y también porque Moderna ofrecía precios similares a otros países.

Bancel también sostuvo que el aumento de precios no fue motivado por un deseo de impulsar los ingresos decrecientes de la compañía.

“El precio no está ligado al desempeño de la empresa, el precio está ligado al valor del producto”, dijo Bancel.

Bancel recibió una recepción más cálida del principal republicano del Comité, el senador Bill Cassidy (Republicano-Louisiana), quien advirtió contra ser demasiado agresivo al atacar a una empresa que dejó todo para ayudar a desarrollar una vacuna que ayudó a mitigar el daño causado por  la pandemia.

“No debemos odiar la idea de que una persona o empresa obtenga ganancias [tanto] que perdamos de vista las ideas y los logros que sus ganancias son gratificantes”, elogió Cassidy.

Craig Garthwaite, profesor de investigación de la Universidad Northwestern, también dijo que si el gobierno quisiera regular los precios de Moderna en el mercado comercial, los términos de ese acuerdo deberían haberse elaborado como los términos del contrato de financiación inicial.

El senador Mitt Romney (Republicano-Utah), “quien hizo su fortuna en la firma de inversiones Bain Capital antes de postularse para el cargo -recordó la periodista- se hizo eco del sentimiento y presentó a Moderna como un ejemplo del mejor capitalismo”.

Sin embargo, el senador Mike Braun (Republicano-Indiana) calificó el aumento de precios de Moderna como “absurdo” y cuestionó si Moderna realmente necesitaba establecer su propio sistema de distribución.

Varios senadores plantearon preguntas sobre si los pacientes realmente podrán acceder al programa de asistencia al paciente propuesto por Moderna. 

La compañía prometió garantizar que las vacunas estén disponibles de forma gratuita para pacientes con o sin seguro, pero Moderna prácticamente no ha publicado detalles sobre cómo funcionará realmente.

“Queremos aprender de lo que no funciona de los programas actuales”, dijo Bancel.

La senadora Tina Smith (Demócrata-Minnesota) presionó aún más al señalar que los pacientes seguirán pagando los precios más altos en forma de primas de seguro, y Bancel comparó que los ahorros en costos de las personas hospitalizadas por COVID 19 superan incluso los precios más altos para las vacunas.