Las tres cámaras de la industria farmacéutica argentina, CILFA, CAEME Y COOPERALA, expresaron su “profunda preocupación” por “el cambio que se pretende introducir al régimen de pago de importaciones” y alertaron “sobre su efecto negativo en la salud pública”. 

La advertencia está contenida en una carta enviada a Miguel  Angel Pesce, presidente del Banco Central, con copia al secretario de Comercio, Matías Tombolini.

Las tres cámaras empresarias coincidieron en su carta que “hacemos saber que, si se modifican las reglas vigentes y se impone un plazo de 60 días para el pago de operaciones de importación que hoy tienen acceso inmediato al MULC, inevitablemente se producirá un impacto negativo en el abastecimiento de medicamentos en nuestro país y en la capacidad de cumplir las obligaciones asumidas con los clientes del exterior”.

En consecuencia, “solicitamos a usted que de efectuarse un cambio normativo, la aplicación se realice a partir de su dictado y para el futuro, es decir, se excluya a todas las declaraciones SIRAS del sector farmacéutico actualmente pendientes, tanto a las oficializadas como a las que se encuentran en estado “SALIDA”, a fin de no afectar el inmediato abastecimiento de medicamentos”.

“Consecuentemente, debería excluirse de la normativa a dictarse, tanto las declaraciones SIRAS oficializadas como las SIRAS en estado “SALIDA”. Asimismo, insistimos en la necesidad de aprobar en forma inmediata todas las declaraciones SIRAS pendientes, pidieron CAEME, CILFA y COOPERALA.

Por otra parte, “la situación es aún más crítica para el caso de insumos y/o ingredientes farmacéuticos activos (IFAs) proveniente de proveedores que exigen un pago al contado para seguir operando con Argentina, ya que afectarán nuestra cadena de producción”, advirtieron las cámaras empresarias.

“Lamentablemente, en la Industria Farmacéutica no podemos cambiar de proveedor sin antes realizar todo el proceso de validación que garantice que el paciente recibirá un medicamento de la misma calidad”, precisaron en su carta.

“Adicionalmente, un cambio de proveedor haría caer registros sanitarios de nuestros productos en el exterior. Tanto este último punto como la falta de producción local afectarían a los mercados externos destinatarios de las exportaciones del sector”, detallaron entre las consecuencias no deseadas.

Por último, “queremos dejarles saber que muchos proveedores chinos, a los que le hemos propuesto pagarles en Yuan no estarían dispuestos a cambiar su moneda de cobro solicitando seguir cobrando en USD”, completaron.