LAS PARITARIAS DEL MIEDO (CAPÍTULO DOS)
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En otros veranos, había tiempo hasta marzo para sacudirse la arena, desarmar las valijas, vaciar las piscinas y recién entonces comenzar a pensar en discusiones paritarias y en las batallas salariales y de precios por venir. Sin embargo, en pleno enero se ha anticipado el escenario que aguarda a empresarios y sindicalistas, acortándose los plazos y brotando una pirotécnica verbal, que pronostica negociaciones complicadas.
Los sindicalistas, ya que sean los metalúrgicos de Antonio Caló como los trabajadores de la sanidad de Héctor Daer, anticipan que pedirán no menos de 30 por ciento cuando se inicien las negociaciones paritarias en marzo. Con la novedad de incluir entre las demandas alguna claúsula de actualización, que compense el índice inflacionario. Hablan de reabrir las paritarias cada noventa días, por ejemplo.
O sea, sería una paritaria casi permanente, con actualizaciones trimestrales (cuatro en un año) o semestrales (dos por años).
Para los visitadores médicos (AAPM) agrupados en la CTA-Lima, la negociación paritaria que finalizó recién a fin de año luego de meses de conflicto, debería reabrirse en marzo. Por lo menos así lo entienden sus dirigentes que pronostican un año aún más conflictivo que 2014.
“La CTA ya pidió que se reabran las paritarias durante la última marcha de diciembre, por lo tanto para nosotros la cuestión salarial deberá ser nuevamente discutida a partir de marzo”, anticipó Ricardo Peidro, titular de la AAPM y secretario adjunto de la central que encabeza Pablo Micheli.
Micheli, secretario general de la CTA-Lima, anticipó que los sindicatos de ese sector reclamarán entre 30 y 35 por ciento de aumento salarial en las negociaciones paritarias y no descartó un paro nacional para marzo.
“Cada gremio sabe qué porcentaje tiene que pedir, pero nadie va a discutir por debajo del 30 al 35 por ciento”, anticipó Micheli.
Desde la vereda opuesta, el presidente de la Unión Industrial bonaerense (UIPBA), Osvaldo Rial, pidió que la negociación por paritarias sea “razonable y responsable”.
Héctor Daer, titular del sindicato de la Sanidad (ATSA) y vocero de la CGT oficialista, también sumó una dosis de realismo a la discusión paritaria que se avecina, pidiendo previamente la convocatoria al Consejo del Salario.
Daer consideró necesario convocar al Consejo del Salario antes que estallen las paritarias, “para establecer un piso salarial” y evitar “que cada gremio reclame la cifra que se les ocurra”.
Aunque no precisó cifras, para Daer el Consejo del Salario debería incrementar el salario mínimo en alrededor de 31 por ciento, que lo llevaría a casi 4.700 pesos.
“Lo que estamos planteando es sentarnos a discutir en serio la coyuntura que estamos atravesando, si no lo más fácil será que cada uno pida el 30, 40 o 50 por ciento, lo que le parece y vemos en donde desembocamos”, advirtió.
El titular de la Sanidad no mencionó específicamente cuanto pedirá ATSA cuando se sienten a negociar con los laboratorios, pero subrayó que no aceptará “ningún techo para la negociación” ya que el salario sufrió “un sacudón muy fuerte por la pérdida del poder adquisitivo de los últimos tres meses”.
El metalúrgico Antonio Caló afronta un debate interno en la CGT sobre la estrategia que adoptará el sindicalismo más cercano a la Casa Rosada, cuando en marzo se desate la carrera de las paritarias.
Incluso en su propio gremio, la UOM, hay quienes ya lo están “apurando” porque entienden que está siendo demasiado “tibio” con el gobierno.
“Marzo está cerca y hay que llegar con la negociación avanzada”, afirmaron voceros de la CGT oficialista, que tampoco se sentará a discutir por menos del 30 por ciento.
La CGT de Caló evalúa proponer acuerdos trimestrales en el marco de las paritarias, porque sería “una manera de estar atentos que los salarios no se desarmente frente a los precios”, explicó Ricardo Pignanelli, secretario general del Smata y uno de los pilares de la central sindical oficialista.
Hugo Moyano confirmó que su CGT saldrá a la cancha a disputar las paritarias con un pedido de 30%, un número sumamente alejado del 18% que imagina el gobierno para las negociaciones.
"Si la inflación sigue subiendo, el piso para los reclamos de aumentos salariales en paritarias será del 30%", advirtió Moyano. "Esa será la base", insistió.