VIRUELA DEL MONO: ¿SE APROXIMA UNA NUEVA PANDEMIA?

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El Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha determinado que el recrudecimiento de la viruela símica (mpox) en la República Democrática del Congo y en un número creciente de países de África constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) con arreglo al Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI [2005]).

“El Dr. Tedros ha realizado esta declaración siguiendo el consejo de un Comité de Emergencias del RSI compuesto por expertos independientes para examinar los datos presentados por expertos de la OMS y de los países afectados. El Comité ha informado al Director General que considera que el recrudecimiento de la mpox es una ESPII con potencial para extenderse aún más por los países de África y posiblemente fuera del continente”, según indica un comunicado de prensa de la Organización Mundial de la Salud fechado hace pocos días en Ginebra.

La viruela del mono, también conocida como viruela símica, es una enfermedad viral rara pero emergente que se transmite principalmente a través del contacto directo con fluidos corporales o lesiones de personas infectadas, aunque también se registran casos, todavía de baja incidencia por transmisión aérea y por cercanía. Originaria de regiones de África Central y Occidental, el virus puede también propagarse por contacto con superficies contaminadas o animales infectados. Los síntomas iniciales suelen incluir fiebre, dolor muscular y erupciones cutáneas que evolucionan en lesiones similares a las de la viruela. Aunque no es tan grave como la viruela tradicional, su aparición es motivo de preocupación para la salud pública.

Recientemente, se ha observado un aumento en los casos en varias partes del mundo. Las autoridades de salud están monitoreando la situación de cerca y han lanzado campañas de prevención y educación para contener la propagación y proteger a las poblaciones vulnerables.

En el brote actual de viruela del mono, que comenzó a finales de 2022 y continuó en 2023, se han reportado casos en varios países fuera de África, con una mayor incidencia en áreas urbanas. Los esfuerzos de salud pública se han centrado en la vigilancia, la vacunación y la educación para prevenir el contagio. Las autoridades están colaborando internacionalmente para controlar el brote y entender mejor la propagación del virus.

En los últimos meses, se ha observado un cambio en los grupos afectados por el brote de viruela del mono. Aunque al inicio hubo casos de contagio por transmisión sexual, los casos recientes muestran un aumento en la infección en mujeres y niños. Esto podría reflejar una mayor propagación comunitaria y la necesidad de ajustar las estrategias de prevención y tratamiento para abordar estos nuevos patrones de transmisión. Las autoridades están revisando las medidas de control para asegurar una respuesta efectiva y equitativa.

Cabe aclarar que en noviembre de 2022, la OMS comunicó que prefería emplear el término “mpox”, una abreviatura del nombre original en inglés “monkeypox”, como sinónimo de la enfermedad conocida como viruela del mono. Esta nueva denominación se ha adoptado en las comunicaciones del organismo internacional con el fin de evitar el uso de lenguaje estigmatizante.

El riesgo de una pandemia a gran escala, como la del COVID-19, es actualmente bajo. La viruela del mono tiende a propagarse principalmente a través de contacto cercano con fluidos corporales o lesiones, y su tasa de transmisión es más baja comparada con la de COVID-19, que se transmite a través del aire y puede infectar a muchas personas a la vez.

Sin embargo, la situación sigue siendo vigilada de cerca por las autoridades de salud. La aparición de nuevos casos en diferentes grupos poblacionales resalta la importancia de mantener la vigilancia, mejorar la vacunación y asegurar una respuesta efectiva para prevenir brotes mayores. Aunque no se espera una pandemia global similar a la del COVID-19, la prevención y el control siguen siendo cruciales para evitar una mayor propagación.

Lamentablemente en la Argentina, la situación de pobreza de los niños especialmente, los expone a situaciones de vulnerabilidad por la mala nutrición, falta de vacunas e higiene adecuada, por lo que es deseable y esperable que se tomen medidas urgentes no solo en lo que respecta a este nuevo virus sino a las carencias propias de la situación social que afecta a más de 50 por ciento de la población infantil de nuestro país.