ARGENTINA AVANZA HACIA LA RECETA ELECTRÓNICA: UN PASO CLAVE EN LA MODERNIZACIÓN DEL SISTEMA DE SALUD
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A partir del 1° de enero de 2025, Argentina dará un paso significativo en la digitalización de su sistema de salud con la implementación total de la receta electrónica, que reemplazará las tradicionales recetas en papel. Esta medida no solo moderniza el proceso de prescripción, sino que también busca garantizar una mayor seguridad, eficiencia y transparencia en la prescripción y dispensación de medicamentos.
El Ministerio de Salud de la Nación, a través de la Resolución 5744/2024 publicada hoy en el Boletín Oficial, establece que las plataformas de prescripción y las farmacias deberán adaptarse a un sistema digital interconectado que permita validar, almacenar y gestionar las recetas electrónicas. Esto incluye la creación de repositorios digitales donde se almacenarán las recetas, asegurando su disponibilidad en cualquier farmacia que lo requiera.
La receta electrónica, más que una simple digitalización, incluye un sistema robusto que garantiza la autenticidad de las prescripciones y la protección de los datos del paciente. El sistema permitirá un seguimiento detallado de cada receta, desde su emisión hasta la entrega del medicamento, eliminando riesgos de errores derivados de la mala interpretación de las recetas en papel, como la letra ilegible o posibles manipulaciones.
Este cambio viene acompañado por estrictos protocolos de seguridad. Los repositorios electrónicos deberán contar con medidas de alta disponibilidad y mecanismos de respaldo para proteger la información de los pacientes ante cualquier fallo técnico. Además, los sistemas informáticos que gestionan las recetas deberán pasar una rigurosa validación, con el objetivo de asegurar su funcionamiento adecuado y su interoperabilidad en el ecosistema digital de salud.
A lo largo de 2024, las plataformas de prescripción y los repositorios se están adecuando para cumplir con estos nuevos requisitos. El Ministerio de Salud ha determinado que, para operar legalmente, todas las plataformas deben estar aprobadas por el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS), y solo las plataformas que cumplan con las normativas podrán emitir recetas electrónicas. En este sentido, a finales de noviembre de 2024, se habían inscrito 173 plataformas en el ReNaPDiS, de las cuales 136 pasaron el filtro, y 81 ya fueron aprobadas.
La implementación de la receta electrónica traerá consigo una serie de beneficios tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud. Uno de los mayores avances será la mejora en la seguridad, ya que la receta digital elimina los errores derivados de la interpretación de las recetas manuscritas. Además, las plataformas de prescripción permitirán a los profesionales consultar el historial completo de medicamentos de sus pacientes, facilitando la toma de decisiones informadas y personalizadas.
Otro beneficio clave es la trazabilidad de los medicamentos, lo que permitirá un seguimiento más preciso de cada receta y reducirá los riesgos de duplicación o interacciones peligrosas entre fármacos. Este sistema también mejorará la eficiencia al simplificar la gestión administrativa, reduciendo los tiempos y recursos dedicados al manejo de recetas en papel.
Con este avance hacia la digitalización, también se logrará una mayor transparencia en el sistema de salud. Al ser completamente digital, las recetas electrónicas permiten un registro detallado y accesible de todas las prescripciones, lo que mejora el control y la supervisión de las autoridades sanitarias.
El camino hacia la plena implementación de la receta electrónica no está exento de desafíos. La integración de todas las plataformas de prescripción y farmacias en un sistema común requerirá un esfuerzo considerable de adaptación. Sin embargo, los beneficios de un sistema más seguro, eficiente y transparente serán fundamentales para mejorar la calidad del sistema de salud en Argentina y reducir los riesgos asociados con la prescripción de medicamentos.
Los especialistas aseguran que la receta electrónica representa una de las reformas más importantes en la modernización del sistema de salud argentino. A partir de enero de 2025, este cambio será obligatorio, lo que no solo mejorará la seguridad de los pacientes, sino que también optimizará la gestión de medicamentos y fortalecerá la confianza en el sistema sanitario. La transición hacia este nuevo sistema es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede contribuir a mejorar los servicios de salud, protegiendo tanto a los pacientes como a los profesionales médicos.
La adhesión de las distintas jurisdicciones del país a la Ley de Recetas Electrónicas ha sido desigual, lo que plantea desafíos adicionales en su implementación a nivel nacional. Mientras que 17 provincias ya cuentan con legislación propia sobre receta electrónica o han adherido a la ley nacional, otras aún están en proceso de adecuación. Algunas provincias como Buenos Aires, CABA y Mendoza ya cuentan con sistemas establecidos, mientras que en otras, como La Pampa o Neuquén, aún no se ha avanzado en la creación de normativas provinciales. Esta disparidad podría generar diferencias en la disponibilidad y funcionamiento del sistema en diversas regiones, lo que complicaría la transición hacia un sistema totalmente unificado y digital.
La transición hacia la receta electrónica no está exenta de dudas y desafíos. A pesar de los beneficios que promete, la implementación total de este sistema plantea interrogantes sobre su efectividad en el terreno práctico, especialmente en regiones con infraestructura tecnológica limitada o en aquellas farmacias que aún dependen de métodos tradicionales. Además, la adecuación de las plataformas de prescripción a los estrictos requisitos establecidos por el Ministerio de Salud podría generar demoras o problemas técnicos en su integración, afectando la operatividad del nuevo sistema en sus primeros meses. Esto deja abierta la incógnita sobre cómo se gestionarán estas posibles dificultades sin comprometer la seguridad y accesibilidad para los pacientes.