PRÓRROGA DEL CONVENIO PAMI: RECORTES, AJUSTES Y DESAFÍOS PARA JUBILADOS
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El nuevo convenio entre el PAMI y las cámaras farmacéuticas, que tenía vigencia hasta marzo del 2025 fue prorrogado hasta noviembre del año que viene, trayendo consigo ajustes significativos en los aportes y descuentos.
Uno de los cambios más notables de esta prórroga es el aumento en los aportes de la industria farmacéutica, que pasaron del 14% al 21% en los subsegmentos de convenios relacionados con la cobertura de medicamentos.
A pesar de las reformas, los descuentos en productos fuera de estos subsegmentos (como los antidiabéticos orales y el uso eventual) se mantuvieron, dejando un respiro parcial para las farmacias, aunque insuficiente para compensar los efectos del recorte general.
Además, las farmacias se ven forzadas a aumentar sus bonificaciones comerciales. Un 2% de incremento en diciembre, que será seguido de un 1% más en enero de 2025, eleva el total del aporte comercial promedio al 11%. En el ámbito de la dispensa de medicamentos se vino registrando una caída en las ventas que, según los últimos informes, ha alcanzado una retracción del 13% a nivel nacional. La medida, aunque pensada para aliviar parcialmente las cargas del sistema, puede tener efectos negativos en la rentabilidad de las farmacias, que ya venían enfrentando problemas económicos desde la gestión anterior.
Previo a esta prórroga, otro de los anuncios más controversiales fue la eliminación del subsidio automático del 100% para los medicamentos de los jubilados. Desde ahora, los beneficiarios deberán gestionar individualmente el subsidio para ciertos medicamentos, entre los que están diferentes antibióticos, corticoides, antipsicóticos y tratamientos para el dolor; a los que consideraban remedios para "patologías simples" o "tratamientos cortos". con un límite de hasta cinco productos mientras se le dio de baja al Programa Vivir Mejor del gobierno anterior.
Esta medida, según las autoridades del PAMI, es parte de un plan más amplio para reducir el déficit del organismo, pero también significa un golpe directo al bolsillo de los jubilados que, en muchos casos, se encontraron con que sus medicamentos ya no eran cubiertos, creando una sensación de inseguridad en el acceso a la salud.
El PAMI, que en palabras de su director ejecutivo Esteban Leguizamo, estaba “en una situación crítica”, por lo que el funcionario había subrayado que la actual gestión está comprometida en resolver los problemas del sistema de salud para jubilados y pensionados, buscando una mayor eficiencia operativa, aunque los efectos de las decisiones actuales dejan ver una realidad preocupante para los sectores más vulnerables.
Si se analizan los números del convenio se llega a la conclusión de que PAMI hizo un recorte significativo, financiado por la industria farmacéutica, las farmacias y también los propios jubilados que, en muchos casos y de un día para el otro se desayunaron con la pésima noticia de que las recetas de sus medicamentos no eran más válidas y que sus remedios repentinamente no estaban cubiertos, a no ser que se cumplan requisitos no siempre posibles de cumplir o que se realice un trámite cuya complejidad los excede.