ENTRE LA COMPETENCIA GLOBAL Y LA INNOVACIÓN LOCAL: EL FUTURO DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA ARGENTINA

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En 2025 nos sorprendió una noticia histórica: China, por primera vez, superó a Europa como líder en la creación de nuevos medicamentos. Este logro no es un golpe de suerte, sino el resultado de años de estrategia y de una industria farmacéutica china en plena expansión. Hoy, ya no es solo una cuestión de si China podrá competir con Estados Unidos, sino si la industria farmacéutica occidental está frente a su propio "momento DeepSeek", un término que hace referencia a la llegada de un competidor más rápido, económico y, al menos teóricamente, igualmente eficaz.

Tradicionalmente, Europa dominaba el sector farmacéutico global, pero entre 1995 y 2005, Estados Unidos intensificó su inversión en biomedicina y, con ello, alcanzó a Europa. En los últimos 20 años, la supremacía norteamericana ha sido indiscutible. De acuerdo con el informe 'The Pharmaceutical Industry in Figures' (2023), de las 90 nuevas moléculas aprobadas, 28 provenían de Estados Unidos y 17 de Europa, mientras que China, con 25, se sumó a la competencia de manera significativa.

Este ascenso chino se intensifica con casos sorprendentes, como el de Summit Therapeutics, cuya inmunoterapia para el cáncer de pulmón superó a Keytruda, el fármaco estrella de Merck, lo que propulsó a esta compañía de biotecnología al estrellato, pese a no contar aún con medicamentos aprobados. La clave detrás de este éxito parece ser la combinación de costos bajos, el acceso a mano de obra cualificada y la menor burocracia, lo que acelera el desarrollo y comercialización de nuevos productos.

La situación está haciendo reflexionar a los inversores: ¿por qué seguir invirtiendo miles de millones en proyectos que China podría realizar por una fracción de esos costos? Esta incertidumbre está trastocando la dinámica de la industria farmacéutica global. Mientras tanto, Europa parece seguir rezagada, incapaz de recuperar terreno en un mercado que domina en muchos aspectos, como se evidencia en el caso del fármaco Novo Nordisk y el auge de Ozempic, según señala el medio español Xataca.

En este contexto global de transformación en la industria farmacéutica, Argentina ha comenzado a mostrar signos de una recuperación prometedora en el comercio internacional de medicamentos. En 2024, las exportaciones argentinas crecieron un 6,4% respecto al año anterior, alcanzando cerca de 1.000 millones de dólares, según un reciente informe de CILFA, la cámara empresaria que representa a importantes laboratorios de especialidades medicinales, en su mayoría de capital nacional. La cifra representa el segundo mejor resultado histórico del sector. Esta mejora se ha producido en paralelo a una caída en las importaciones, lo que ha permitido una reducción del déficit comercial en medicamentos.

Aunque Argentina no está compitiendo directamente con gigantes como China o Estados Unidos, su capacidad para generar productos farmacéuticos de alto valor agregado ha sido un factor clave para que sus exportaciones sigan creciendo. La industria farmacéutica nacional ha demostrado su capacidad para mantener altos estándares de calidad y adoptar tecnologías de vanguardia en sus procesos de producción. Esta tendencia de crecimiento, con la posibilidad de superar la marca de los 1.000 millones de dólares en 2025, posiciona a nuestro país como un actor cada vez más relevante en la industria farmacéutica mundial.

Si bien el panorama global muestra una competencia enorme, Argentina tiene la oportunidad de consolidar su lugar en el mercado internacional, adaptándose a los cambios y aprovechando las fortalezas de su industria, como la alta calidad en la producción y la capacidad de innovación. Sin duda, la historia de crecimiento del sector farmacéutico argentino será un factor clave en la configuración de un futuro más competitivo en el contexto global.