ANMAT AMPLÍA EL USO DE LA VACUNA CONTRA EL VIRUS SINCICIAL RESPIRATORIO
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La ANMAT acaba de autorizar el uso de la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) en adultos de 18 a 59 años que tengan enfermedades crónicas. Hasta ahora, esta inmunización estaba reservada solo para personas mayores de 60 años y embarazadas.
El VSR es conocido por afectar sobre todo a bebés y adultos mayores, pero también puede causar cuadros graves en personas jóvenes con condiciones preexistentes como asma, diabetes, enfermedades cardíacas o inmunosupresión. Para ellos, una infección respiratoria común puede transformarse en una neumonía severa o derivar en internación.
De hecho, un estudio realizado en América Latina y publicado en el International Journal of Infectious Diseases reveló que entre el 40% y el 70% de los adultos con comorbilidades que contrajeron VSR necesitaron hospitalización. En algunos casos, como cuando se presenta neumonía, el porcentaje superó el 90%.
En la Argentina, los casos van en aumento: entre las semanas 12 y 19 del año, los reportes se duplicaron, según el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud. Pero en adultos, los síntomas del VSR suelen ser más inespecíficos —como congestión, tos o fiebre— y esto dificulta el diagnóstico y favorece el subregistro, explicó la infectóloga Miriam Rozenek en una presentación de Pfizer.
Una vacuna que se anticipa a los cuadros graves
La vacuna desarrollada por Pfizer es del tipo recombinante proteica. Ya se aplica en mayores de 60 y embarazadas, y ahora fue aprobada también para adultos con factores de riesgo, convirtiéndose en la primera en su tipo disponible en Argentina para ese grupo.
La decisión se basó en el estudio clínico MONeT, que mostró una respuesta inmune incluso superior en el grupo de 18 a 59 años en comparación con los mayores. Los efectos adversos fueron leves y transitorios: dolor en el lugar de aplicación, algo de fiebre o fatiga. No se reportaron complicaciones graves.
Para muchas personas con enfermedades crónicas, una infección por VSR puede desatar descompensaciones graves: crisis asmáticas, insuficiencia cardíaca o infecciones respiratorias profundas. Además, quienes están inmunocomprometidos —por ejemplo, pacientes oncológicos o trasplantados— son especialmente vulnerables.
“Vacunar a este grupo no solo protege al paciente, sino que también ayuda a descomprimir el sistema de salud”, señaló Rozenek. Las internaciones prolongadas, la necesidad de cuidados intensivos y los tratamientos de soporte suelen ser más frecuentes en este tipo de pacientes.
Una oportunidad para anticiparse
El VSR se transmite por gotas, como muchos virus respiratorios, y no genera inmunidad duradera, por lo que las reinfecciones a lo largo de la vida son comunes. En personas con buena salud suelen ser leves, pero en quienes tienen enfermedades de base, pueden agravarse rápidamente.
La inclusión de esta nueva población en el esquema de vacunación representa un cambio de enfoque: de la reacción al anticipo. En un contexto donde las infecciones respiratorias agudas están en aumento, detectar a tiempo y prevenir con herramientas eficaces es clave.
“Contar con esta vacuna nos permite pasar a una medicina más proactiva, que busca evitar internaciones y proteger a quienes más lo necesitan”, concluyó Rozenek.