SE OFICIALIZÓ LA CONDUCCIÓN DE LA NUEVA AGENCIA NACIONAL DE HOSPITALES

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El sistema de salud pública nacional entra en una nueva etapa con la formalización de la Administración Nacional de Establecimientos de Salud (ANES), organismo descentralizado recientemente creado bajo la órbita del Ministerio de Salud. La medida, que implica una reorganización administrativa significativa, fue acompañada por el nombramiento de las autoridades que estarán al frente de esta nueva estructura.

El Decreto 465/2025, publicado en el Boletín Oficial, designó al doctor Diego Pablo Masaragian como administrador nacional de la ANES, con rango y jerarquía de secretario. Su función principal será liderar el proceso de integración de cinco hospitales nacionales y un instituto, en un esfuerzo por centralizar la gestión sin afectar los servicios médicos que cada uno brinda.

Los centros involucrados en esta transformación son el Hospital Baldomero Sommer, el Posadas, el Ramón Carrillo, el Hospital Bonaparte especializado en salud mental, el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS) y, recientemente, el Instituto Nacional del Cáncer (INC), que ya operaba bajo la supervisión ministerial.

Además de Masaragian, se oficializaron los nombres de los nuevos directores ejecutivos de cada institución, todos con rango de subsecretario: Germán Lizziero (Sommer), Luis Quintas (Posadas), Gustavo Marrone (Ramón Carrillo), Osvaldo Bruno Panzuto (Bonaparte) y Nicolás Marini (INAREPS). La conducción incluirá también direcciones médicas específicas según las características asistenciales de cada hospital.

Desde el Ministerio explicaron que el objetivo principal de esta reorganización es mejorar la eficiencia en la gestión administrativa y financiera, unificando estructuras que hasta ahora operaban de forma fragmentada. En declaraciones radiales, la viceministra Cecilia Loccisano indicó que la decisión surge tras detectar irregularidades en procesos de compra y gestión de insumos, con consecuencias económicas concretas: mencionó, por ejemplo, una baja del costo en una adquisición de vacunas de 60 a 37 millones de dólares, tras ajustar estimaciones y ampliar la competencia de proveedores.

Según Loccisano, parte del problema residía en la planificación: “Durante años se compraron vacunas basándose en estadísticas viejas, lo que terminó en descartes millonarios de dosis”. Se calcula que, en los últimos cuatro años, se desecharon vacunas antigripales por un valor cercano a los 14 millones de dólares.

En paralelo, se confirmó la eliminación del Instituto Nacional de Enfermedades Cardiovasculares (INEC), creado en 2015 pero que nunca llegó a tener actividad operativa. Desde el Ministerio aclararon que esta medida no afectará ninguna prestación existente, ya que el organismo no contaba con personal, sede ni presupuesto.

La integración del Instituto Nacional del Cáncer a la nueva estructura tampoco implicará cambios en sus programas ni en el personal. El compromiso, aseguran, es mantener las políticas públicas en marcha y preservar la continuidad asistencial.

La puesta en marcha de la ANES marca un momento clave en la administración de hospitales nacionales. Si bien el enfoque apunta a racionalizar recursos y resolver desajustes de larga data, el verdadero desafío será garantizar que esta reorganización se traduzca en mejoras reales para el sistema y, sobre todo, para los pacientes. La centralización puede ser una herramienta útil, siempre y cuando preserve las particularidades de cada institución y no diluya la calidad ni la cercanía de la atención. El tiempo dirá si este rediseño logra cumplir con sus objetivos sin dejar de lado su razón de ser: la salud pública.