Ejecutivos de Glaxo a la cárcel por pagar sobornos en China
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Glaxo deberá pagar una multa de 379 millones de dólares en China por distribuir sobornos a los médicos de hospitales y además sus directivos en Pekin fueron condenados a penas de dos a cuatro años de cárcel. No es la primera vez ya que en 2012 cerró una demanda judicial en Estados Unidos abonando 3 mil millones de dólares.
Después de un año de investigaciones el tribunal de la provincia de Changsha condenó al director de la compañía en Pekin y a otros cuatro directivos por el delito de cohecho y le impuso a la compañía la mayor multa que empresa alguna debió pagar en el país hasta ahora.
La casa matriz en Londres oportunamente se desvinculó del escándalo y dejó que sus representantes en China pagaran las consecuencias, asegurando que desconocía las prácticas corruptas de sus subordinados que adjudicó, por otra parte, a la “cultura empresarial” existente en el país asiático.
Sin embargo, Glaxo también es investigada por la Oficina Antifraude del Reino Unido por prácticas similares denunciadas en Polonia, Irak, Jordania y Líbano.
Glaxo en 2012 debió abonar tres mil millones de dólares para cerrar una investigación iniciada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por falsear y ocultar información sobre sus medicamentos.
La multinacional inglesa decidió declararse culpable de cargos criminales menores y pagar la multa para resolver el mayor caso de fraude que se ha registrado en EE.UU. El acuerdo incluyó 1000 millones de dólares en multas penales y 2000 millones por multas civiles en relación a la venta de los productos Paxil, Wellbutrin y Avandia de la compañía.
GSK había sido acusado de "promoción ilegal de ciertos medicamentos, de no revelar información relacionada con la seguridad (de los fármacos) y de hacer declaraciones falsas sobre los precios", dijo el Departamento de Justicia de Estados Unidos en un comunicado.
También en Italia Glaxo fue acusada en 2004 de pagar sobornos a miles de médicos que habían recetado sus medicamentos a 4.713 pacientes.
Para la misma época la justicia alemana acusó a Glaxo de abonar comisiones o premios a alrededor de cinco mil médicos que recetaron sus productos.