Gines González García se ha convertido en uno de los principales asesores de Daniel Scioli y hay quienes pronostican su retorno al Gabinete Nacional si el candidato oficialista accede a la presidencia. En los equipos técnicos de Mauricio Macri el referente es  Jorge Lemus,  quien fue su secretario de Salud en la Ciudad de Buenos Aires hasta septiembre de 2012.  

“Gines se ha sumado a los equipos de Scioli y el diciembre deja la Embajada de Chile,  para sumarse al Gabinete de Daniel”, aseguran en el entorno del candidato, que dan por descontado su triunfo electoral.

Si González García coqueteó con Sergio Massa en las legislativas de 2013 (o por los menos sus amigos y parientes en San Nicolás) aquellos que a fines del año pasado aseguraron que “Gines ha vuelto al redil”, luego de participar en una jornada a favor de los genéricos en La Plata,  no se equivocaron.

La foto en la que González García aparece detrás del victorioso gobernador salteño, Juan Manuel Urtebey, junto a Scioli –entre otros dirigentes oficialistas- festejando la victoria en las PASO, confirma su alineamiento con el gobernador bonaerense.

Pero no necesariamente volverá al Ministerio de Salud. Para ese puesto el principal candidato es el actual ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia.“Gines está para Jefe de Gabinete o Canciller”, aseguran algunos de sus amigos y colaboradores.

Lo seguro es que Scioli de llegar a la Rosada, “se traerá los equipos que tiene en La Plata”, para ocupar los puestos claves en Salud, Anmat y el INAME, descartando, por ahora, la posibilidad de una alianza política con el kirchnerismo puro que conserve total o parcialmente la actual estructura liderada por Daniel Gollan.

Esos equipos de salud de Scioli tienen una definición precisa en favor de los genéricos y que hay que modificar a fondo la posición refractaria del PAMI sobre su prescripción.

En el PRO, ha vuelto a ocupar un lugar revelante Jorge Lemus, su secretario de Salud que debió renunciar después de un conflicto con los médicos municipales.

Lemus se convirtió en el interlocutor con los dirigentes del interior del área de salud que se acercan al cuartel del PRO. Por ejemplo, trabajó coordinadamente con la gente de Miguel del Sel en vísperas de las PASO santafesina.

En el medio del escenario ha quedado Rubén Torres, quien sigue trabajando para los equipos técnidos de Massa. Pero, rector de la Universidad Isalud y amigo de González García, su destino se encamina a sumarse al sciolismo, si hay un “desempate” entre Scioli y Macri en una segunda vuelta.

Mientras tanto, en los últimos días se introdujeron cambios sustanciales en el Ministerio de Salud. Quizás los más profundos y numerosos del último lustro.

“Ahora tiene equipo propio”, sostienen en el Ministerio de Salud, en referencia al nuevo elenco que acompañará a Daniel Gollan, hasta el fin de su gestión.

También aseguran que al margen de los hombres “no hay cambios” en los objetivos que se propuso Gollan desde el primer día que llegó al ministerio:“impulsar la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos,  la fabricación pública, la prescripción por génericos y reducir los costos de los medicamentos”.

Lo que algunos ponen en duda es que hasta diciembre venidero alcance el tiempo para instalar su política de Estado con una raigambre que supere los cambios de gobierno.

Dos de los funcionarios que han concentrado una cuota de poder importante en el nuevo organigrama con Roberto Kaski (que llega desde la ANMAT) y Nicolás Kreplak, quien ya estaba instalado junto a Gollan. El tercero en “importancia” es el joven Salvador Giorgi.

Kaski y Keplak son militantes de “Unidos y Organizados en la Salud”, un espacio en el que milita La Campora como principal corriente.

Sin embargo, voceros del Ministerio de Salud aseguran que “muchos de los nuevos funcionarios responden a Alicia (Kirchner)”. O sea, militantes de Kolina.

Una de las sorpresas han sido los cambios hacia abajo  en la dirección de fiscalización e inspección de las farmacias. Funcionarios de carrera desaparecieron de un día para el otro.

Voceros oficiales aseguraron a interlocutores del sector farmacéutico que no se han corrido un centímetro de la propuesta de transparentar el mercado minorista a través de las farmacias y evitar la consolidación de las cadenas.

En todo caso, aseguran, lo que hay que cambiar “son las estrategias”.

En ese contexto, hay expectativas sobre la nueva Ley de Farmacias impulsada en la Leglslatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Si ese proyecto fuese aprobado, ninguna cadena podría tener más de diez locales, pero sin obligar a una “desinversión”.  Los autores del proyecto no quieren “una judicialización como ocurrió con la Ley de Medios”.

Quizás, tampoco haya tiempo suficiente para avanzar con un proyecto que encontrará poderosas resistencias, gane quien gane en la ciudad.