LOS PROFESIONALES UNIVERSITARIOS TAMBIÉN SOMOS TRABAJADORES

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Discurso de Marcelo Peretta en la apertura del Seminario “Sindicalización de Profesionales Universitarios”

“Compañero” y “Trabajador” son dos palabras a las que los universitarios debemos empezar a acostumbrarnos.

Muchos de nosotros preferimos el trato protocolar de “doctor”, “licenciado” o “colega”, pero “compañero” nos identifica mejor en el mundo laboral, independientemente de nuestros títulos, honores y jerarquías, que conservaremos y potenciaremos.

Somos todos trabajadores. Los que empleamos las manos y los que usamos la cabeza. Por eso, mientras muchos obreros se capacitan, los universitarios nos sindicalizamos.

Los farmacéuticos ya no somos dueños de la Farmacia, los médicos ya no son propietarios de su Consultorio y los abogados no poseen su propio Estudio. Estamos frente a un cambio de paradigma laboral. Los profesionales que ejercíamos en forma autónoma, hoy trabajamos en relación de dependencia.

Los sindicatos de oficio o profesión están proliferando: no solo hay de farmacéuticos y bioquímicos, también hay de ingenieros, de médicos, de kinesiólogos, de psicólogos y de veterinarios.

El artículo 10 de la ley de asociaciones sindicales 23551 considera tanto las asociaciones sindicales constituidas por “trabajadores de una misma actividad”, como las conformadas por “trabajadores de un mismo oficio, profesión o categoría”, aunque se desempeñen en actividades distintas.

El primer sindicato argentino, creado en 1887, es del tipo de oficio, es el de conductores de trenes “La Fraternidad”, porque es claro que el que maneja el tren posee preparación y responsabilidad diferentes al resto del personal, que en al caso ferroviario se nuclean en en la “Unión Ferroviaria”. Otro antecedente de gremios de oficio es ASIMRA (ingenieros metalúrgicos) y su respectivo de actividad, la Unión Obrera Metalúrgica – UOM.

Los sindicatos de profesión no venimos a romper el modelo sindical. Venimos a ocuparnos de defender las necesidades específicas de los trabajadores que asumen responsabilidades definidas por ley, que poseen intereses diferenciados, e imparten órdenes al resto del personal por lo que que no pueden ser representados por el sindicato de actividad que representa genéricamente e indiferenciadamente a todos.

No somos mejores ni peores, simplemente somos distintos. Tenemos funciones y responsabilidades devenidas de un título y una matrícula, por eso necesitamos un sindicato propio y específico de nuestra función.

Necesitamos que la autoridad comprenda nuestro interés diferenciado y no nos haga compulsar con sindicatos de actividad, que representan genéricamente a todos los trabajadores, pero no al que posee específicamente una profesión y una ley de ejercicio profesional. Con el reconocimiento de los sindicatos de profesión combatiremos mejor el trabajo no registrado y el fraude laboral.

Sindicato es diferente a Colegio. Mientras uno se ocupa del salario y las condiciones laborales del profesional, el otro rige la deontología y defiende la profesión. Ámbos son importantes, cada uno en su función.

No obstante, tenemos por delante una “batalla contra el egoísmo y el individualismo.” Algunos compañeros creen que se van a salvar solos. Dicen "Yo no quiero tener problemas, por eso no menciono al sindicato". Pero esa es la mejor manera de tener problemas, porque cuando el trabajador está solo, el empleador se abusa. Ya dice el dicho “No te fíes de ningún patrón, el mejor es un cabrón.”

Podemos pensar diferente y trabajar juntos. Pero no es con ofensa ni sintiéndonos superiores que vamos a lograrlo. Debemos ser humildes en el camino de la sindicalización. Atrás nuestro vendrán otros. Con esta generación se inicia un contraciclo. Venimos de familias nada sindicalistas, pero en poco tiempo más empezaremos a inducir a nuestros hijos a creer en las bondades del sindicalismo.

Éramos una élite a la que no se le ocurría sindicalizarse. Hoy nos agremiamos, porque nuestros ayudantes ganan más que nosotros.

Algunos creen que bajan, pero en verdad suben, porque ser trabajador no es memos, sino más.

 *Secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos – SAFYB