LABORATORIOS LATINOAMERICANOS CONTRA LOS MONOPOLIOS

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La concentración del mercado a través de las cadenas farmacéuticas y la renovada ofensiva para desmontar la competencia de los laboratorios nacionales en la región, fueron denunciadas por la Asamblea Anual de ALIFAR.  Estados Unidos presiona en Argentina, América Latina y también la ONU. Se avecinan tiempos difíciles como en los noventa.

La Asamblea Anual de la Asociación Latinoamericana de  Industrias Farmacéuticas (ALIFAR) que sesionó en Brasilia, instó nuevamente a los gobiernos de la región “a aplicar criterios de patentabilidad desde una perspectiva de salud pública y priorizar regulaciones como la Anuncia Previa prevista en las legislaciones de Brasil y Paraguay, o las normas establecidas por Argentina y Paraguay sobre la base de las Guías para el Examen de Patentes Farmacéuticas emitidas por UNCTAD, OMS e ICTSD, incluyendo el otorgamiento de licencias obligatorias”.

En la Declaración Final, ALIFAR también alertó sobre “la creciente concentración monopólica y oligopólica de las cadenas de farmacias en los distintos países de la región” y propuso que “es fundamental recuperar las farmacias tradicionales y a los profesionales farmacéuticos como agentes sanitarios primarios, fortaleciendo su rol al servicio de la comunidad”·
En consecuencia “instamos a los gobiernos de los países de la región a establecer políticas públicas que logren revertir los procesos actuales de concentración vertical de las cadenas de farmacias”  que originan “el ejercicio abusivo de posiciones dominantes en la comercialización minorista de medicamentos”.

La concentración monopólica a través de los cadenas farmacéuticas se percibe en Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Ecuador y Paraguay, y el origen radica en la aparición de los fondos de inversión como los grandes grupos financieros que están desembarcando en el sector.
ALIFAR advirtió también sobre “la campaña desleal dirigida a erosionar el prestigio de los medicamentos biosimilares, cuyo objetivo es restringir la competencia y monopolizar el mercado”.
Las advertencias son oportunas, especialmente en Argentina y Colombia, donde la presión de las multinacionales y de Estados Unidos  se tornado intensa en los últimos meses.

Tal como informó Pharmabaires hace ya varias semanas, la Asociación Argentina de Agentes de la Propiedad Intelectual (AAAPI),  entidad que agrupa a los estudios de abogados más prestigiosos de Buenos Aires que atiende los intereses de las multinacionales, en especial de Estados Unidos, presentó una carta al ministro de la Producción, Francisco Cabrera, en la que reclamó que el INPI “vuelva a estar de acuerdo con la constitución, con los tratados internacionales firmados por nuestro país y con la propia Ley de patentes”.

En su carta, presentada cuando Cabrera hacía apenas 23 días que ocupaba su sillón, la AAAPI afirmó que el sistema de patentes de Argentina se encuentra “en grave crisis” y pidieron los mismos cambios que desde hace tiempo reclaman las filiales farmacéuticas radicadas en el país.
El sitio especializado Observatorio Sudamericano de Patentes publicó recientemente que en Argentina “empresas farmacéuticas de intereses nacionales pertenecientes a CILFA habrían ganado la pulseada interna dentro de las cámaras farmacéuticas para mantener el status quo en la oficina de patentes y así continuar controlando los procedimientos de concesión y denegación de las peligrosas solicitudes de patentes” presentadas por las multinacionales.
Voceros de la industria nacional confirmaron esa “movida” desestabilizadora que ensayaron las multinacionales y que se encadena con la carta de la Aaapi.

Según, el Observatorio Sudamericano de Patentes, la canciller Susana Malcorra que encabeza las negociaciones para adherir al Tratado de la Alianza del Pacífico (TPP),  se propone “terminar de quebrar las alianzas de los sectores del radicalismo con empresas farmacéuticas nacionales y dirigir definitivamente a la industria de los fármacos por el camino de la importación, producción y distribución de medicamentos directamente de Estados Unidos”.
Colombia, que ya tiene un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, está sufriendo las presiones de Washington, para que desista de otorgar una licencia obligatoria de la droga imatinib para la leucemia crónica, cuyo nombre comercial es Glivec de Novartis.
El gobierno colombiano fue informado mediante una carta de Everert Eissenstat, staffer del Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos, que si bien Novartis era un laboratorio suizo, el otorgamiento de una licencia obligatoria generaba “preocupación” también entre los laboratorios norteamericanos y que ese paso constituía una violación del TLC.
“La industria farmacéutica de Estados Unidos está muy preocupada por la posibilidad de que este caso se vuelva un precedente que podría aplicarse a cualquier patente en cualquier industria”, afirmaba la carta del Comité de Finanzas del Senado.
El Glivec de Novartis cuesta en Colombia 324 pesos el miligramo, mientras que laboratorios colombianos pueden ofrecer una versión nativa del mismo producto por 78,5 pesos.

Estados Unidos y la UE también rechazan por anticipado las conclusiones del Panel de Alto Nivel de Naciones Unidas  sobre Innovación y Acceso a los Medicamentos, que en noviembre pasado convocó el secretario general Ban Ki-moon.
El bloque conformado por EEUU-UE  califican de “limitada” y “parcial” la consulta abierta y que carece de facultad para “examinar” las reglas internacionales sobre propiedad intelectual. Estados Unidos y Francia, concretamente, cuestionaron que el panel fuese convocado sin consultar previamente a la OMS, la OMPI y la OMC.

Sin embargo, la ministra de Salud de Holanda, Edith Schippers, expresó una voz disonante y en una carta a la ONU compartió la agenda del panel convocado por Ban Ki-moon, incluido el tema de las patentes farmacéuticas.
La ministra de Holanda – país a cargo de la presidencia semestral de la Comisión Europea- propuso, como pide el panel, debatir “nuevos modelos alejados de la exclusividad del mercado y los monopolios”. También alertó que “el acceso a medicamentos asequibles ya no es un reto de los países de ingresos medios o bajos, sino también de los países ricos”.

Esta posición es compartida por 17 organizaciones de la sociedad civil de Europa que aprovechando la consulta abierta  por el  Panel de Alto Nivel de la ONU, en una carta pidieron “transparencia” a la industria farmacéutica y nuevos modelos de investigación y desarrollo  ligados “a los conceptos de salud pública global, calidad, universalidad y accesiblidad”.

DECLARACION FINAL DE ALIFAR
Declaración de Brasilia:
http://alifar.org/useruploads/documents/post/953_declaracin_de_brasilia/declaracin_de_brasilia2016_05_09_11_02_14.pdf