CONVENIO PAMI: “LO TOMAN O LO DEJAN”

Visto: 1262

Carlos Regazzoni no baja sus exigencias y amenaza con los genéricos, si la industria se resiste a aceptar una nueva cápita mensual de 1.800 millones de pesos.  Voceros de las cámaras del sector admitieron que afrontan una situación inédita que coloca el Convenio PAMI al borde de la ruptura. La opción de hierro de la actual conducción del organismo es “lo toman o lo dejan”.

Siguen los tiempos difíciles en la relación entre el PAMI y la industria. Y, de rebote, con los farmacéuticos. Regazzoni busca un acuerdo de “sustentabilidad” para garantizar la entrega de medicamentos hasta fin de año, cuando vence el convenio.
La industria se ha desayunado en los últimos meses que su facturación mensual de 2.600 o 2.700 millones de pesos se reduce a 1.800 millones cuando pasan por caja. En realidad, en abril fue de 1.600 millones, pero Regazzoni mejoró algo su oferta para negociar con las cámaras empresarias.

Las últimas reuniones entre el titular del PAMI y las cámaras empresarias ingresaron en un laberinto de pronósticos sombríos. “La sensación es que Regazzoni no bajará sus pretensiones y cuando las discusiones se tensaron, amenazó con introducir los genéricos” en el sistema de prescripción de la obra social de los jubilados, explicó un interlocutor de la industria.

Cabe recordar que su antecesor Luciano Di Cesare siempre se resistió a recetar por genéricos -pese la presión del ex ministro de Salud Daniel Gollán- con el argumento de que "los genéricos son una porquería".
Aquella pulseada que intentó forzar Gollán para que el PAMI recetara por genéricos, finalmente en la Casa Rosada la ganó Di Cesare, quizás porque integraba el círculo presidencial donde circulaban presupuestos, repartos y prebendas.

Regazzoni aplica un arsenal de argumentos en sus intervenciones periodísticas que apuntan a responsabilizar a la gestión kirchnerista precedente por la deuda y a los laboratorios por los aumentos de precios que –desde su ecuación-  provocaron el desfasaje presupuestario del PAMI.
"Los medicamentos en Argentina son hasta ochenta por ciento mas caros que en Europa”, ha sido una de sus últimas argumentaciones. No dijo cuales, si de alto costo o ambulatorios, y en base a que comparación de precios sustentaba su afirmación. Si con los mercados farmacéuticos de España, Reino Unido, Alemania o Francia.
El comentario de Regazzoni apuntó contra la industria. Pero, además ha sido un disparo por elevación para la Secretaría de Comercio que controla los precios del mercado interno. El interrogante es si se lanzó solo a esta cruzada o cuenta con el aval de alguien que le proporciona "data". Por ejemplo, Mario Quintana.
La buena noticia, en medio de tantas negociaciones kilométricas, es que prometió saldar la deuda mediante el pago de cuatro cuotas de 1.250 millones de pesos cada una.

Desde la verdad opuesta, los prestadores tienen miradas diferentes, aunque todos comparten la incertidumbre sobre lo que vendrá.
FEFARA, por ejemplo, distribuyó un comunicado luego de la última reunión de Regazzoni con los colegios y cámaras farmacéuticas, en que se compromete “a seguir trabajando (con el PAMI) para solucionar los problemas estructurales propios, de este convenio, como condición indispensable para garantizar la continuidad de la prestación y la sustentabilidad de nuestra red”.
En cambio, para la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF), “no hay acuerdo con el PAMI”, las negociaciones “”están estancadas” y “ahora si está en riesgo el servicio para los afiliados al PAMI”.
En los actuales términos, el convenio PAMI  “provoca un severo desfinanciamiento del sector y hace inviable la actividad”, aseveró la cámara.

Rubén Sajem, presidente de la Sección de Farmacéuticos del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Capital Federal, explicó que durante la reunión con Regazzoni, el titular del PAMI prometió pagar la deuda existente pero que a causa de las limitaciones presupuestarias “se adecuarán las futuras prestaciones de acuerdo a las posibilidades reales de pago del PAMI, para que no se siga generando deuda”.
“El problema central, al que no se le encuentra aún solución, es que el PAMI dispone como presupuesto para solventar las prestaciones de medicamentos de un importe mensual de entre 1.800 y 1.900 millones de pesos, frente a una última facturación global presentada por la industria farmacéutica de 2.600 millones de pesos, que proviene de la provisión de medicamentos a los jubilados en las farmacias argentinas”, resumió Sajem.
Una de las “soluciones” sería “un aporte del Estado Nacional que refuerce el presupuesto (del PAMI), lo que dependerá en última instancia de una decisión política”, aventuró el dirigente del colegio de la Ciudad de Buenos Aires.

La COFA a su vez en un comunicado propuso debatir “qué pasos son los que resultan necesarios para cumplir con la imprescindible sustentabilidad futura del convenio para las farmacias, que permita asegurar la continuidad del servicio”. Para la COFA las negociaciones entre el PAMI y la industria en el corto plazo deben apuntar a cancelar la deuda existente, pero “abriendo un proceso de transición hacia una adecuación de los niveles prestacionales a las posibilidades presupuestarias del Instituto”.
Si el Convenio PAMI ha crispado los nervios entre los directivos farmacéuticos por su final incierto, desde esta semana hay otro frente de tormenta: Los visitadores médicos presentaron en el Ministerio de Trabajo el pedido formal para que se convoque a las discusiones paritarias de este año. Arrancan con un pedido de 42 por ciento.