LABORATORIOS EN ALERTA ROJO POR LICITACION, INPI Y PAMI
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Una licitación de medicamentos del Ministerio de Salud ha desatado un conflicto con la industria farmacéutica sin precedentes desde el retorno de la democracia. Además hay inquietud y pronósticos sombríos por los cambios en el INPI. Y la situación con el PAMI sigue en terreno ríspido al punto que las cámaras han decidido autoconvocarse y volver a negociar en bloque.
El conflicto se origina en la Licitación Pública Internacional 4/2016, que elimina el “compre nacional” y habilita a cualquier laboratorio de cualquier país, a presentarse a la licitación.
“No se otorgará un margen de preferencia a los bienes fabricados en el país del Comprador”, señala el pliego de la licitación de alrededor de 124 páginas.
Tampoco exige un certificado expedido por la ANMAT ya que alcanza la “Constancia expedida por autoridad sanitaria competente del país de fabricación indicando la no existencia de sanciones con respecto al producto ofertado, que se le hubiesen aplicado en los últimos doce (12) meses anteriores a la fecha de apertura de la licitación”.
CILFA, Cooperala y la UIA presentaron recursos administrativos impugnando la licitación e incluso CAEME - que representa a las multinacionales que supuestamente podrían beneficiarse de la eliminación del Compre Nacional- expresó su preocupación por la decisión del Ministerio de Salud de importar productos que no contarían con el registro de especialidades medicinales concedidos por ANMAT.
En una carta enviada al Ministerio de Salud, CAEME reclamó que el ingreso de esos productos “constituye una señal negativa quienes, más allá del origen de su capital, producen, invierten, generan empleo y pagan impuestos en el país”.
La Unión Industrial Argentina (UIA) decidió por “unanimidad” el envío de una carta al Ministro de Salud, Jorge Lemus, “adhiriendo al reclamo de CILFA en relación a la Licitación Pública Internacional 4/2016, que prescinde del cumplimiento de leyes nacionales de orden público, facultando a los oferentes a presentarse con certificados de registros de especialidades medicinales no concedidos por la ANMAT y vulnerando disposiciones de la ley de compre nacional. Todo ella genera un efecto negativo para el empleo y la inversión de calidad que impulsa la industria farmacéutica”.
La UIA envió copias de su carta al Jefe de Gabinete de Ministros y a los ministros de Hacienda y Finanzas, y de la Producción.
Los laboratorios nacionales agrupados en CILFA y Cooperala impugnaron la licitación y solicitaron su suspensión inmediata mediante los siguientes reclamos administrativos.
Reclamo administrativo impropio de CILFA y sus laboratorios asociados, presentado el jueves 23 de junio.
Adhesión al reclamo administrativo impropio de CILFA del laboratorio Roemmers, presentado el viernes 24 de junio.
Reclamo administrativo presentado por Cooperala el jueves 30 de junio en términos similares a los de CILFA.
El diputado nacional Héctor Daer, titular de ATSA e integrante del Frente Renovador, en un encendido discurso pronunciado durante la última sesión parlamentaria, amenazó con movilizar a los trabajadores de los laboratorios en defensa de la industria nacional (ver nota debajo).
Por su parte, la senadora nacional Silvina García Larraburu (FpV), expresó su preocupación por la medida del gobierno nacional de abrir la importación a los medicamentos importados en detrimento de la industria nacional y presentó un pedido de informes sobre la decisión de “debilitar” a los laboratorios nacionales en las licitaciones del Ministerio de Salud.
Precisamente, los voceros del Ministerio de Salud han insistido que la licitación internacional abierta a oferentes del exterior es para bajar los precios de los medicamentos que el titular del PAMI, Carlos Regazzoni, aseguró que están más caros que en Europa.
El conflicto entre el Ministerio de Salud y la industria farmacéutica no tiene precedentes cercanos y habría que remontarse a los albores del retorno de la democracia en 1984, cuando el presidente Raúl Alfonsín, y el ministro de Salud, Aldo Neri quisieron imponer controles de precios y cuestionaron los márgenes de rentabilidad de los laboratorios.
En esos días, la pelea fue intensa y hasta un embajador suizo fue a la Casa Rosada a quejarse del supuesto “maltrato” al laboratorio Roche, recordaron, oportunamente, los funcionarios que acompañaron a Aldo Neri.
La otra escala conflictiva fue la Ley de Patentes de los 90, pero en ese caso la pelea fue de los nacionales contra el ministro Domingo Cavallo y el Embajador estadounidense James Cheek.
También por patentes se avecina un conflicto, temen los laboratorios nacionales, desde la designación de Dámaso Pardo al frente del INPI. El nuevo presidente es socio de la Asociación Argentina de Agentes de Propiedad Intelectual (AAAPI) que –como adelantó Pharmabaires- a sólo 23 días de la asunción del nuevo gobierno fue a pedirle al ministro de Producción, Francisco Cabrera, la eliminación de las Guías de Patentabilidad.
Supuestamente, esas guías alejaron las inversiones y generaron una “crisis” en el INPI durante la gestión del ex presidente del organismo, Mario Aramburu, de quien el gobierno, en voz baja, dice que se negaba a conceder patentes solicitadas por las multinacionales. Aramburu, vale recordarlo, estuvo quince años en el cargo y la imputación merece otro debate.
En defensa de las Guías de Patentabilidad, un reciente informe de PNUD titulado “Guidelines for the Examination of Patent Applications relating to Pharmaceuticals”, mencionó a Argentina como un modelo riguroso en la concesión de patentes.
En el documento se señala que “ha habido una creciente atención, particularmente en el área de la salud pública y la industria farmacéutica, a la necesidad de garantizar un equilibrio adecuado entre los intereses de los titulares de las patentes y los usuarios de tecnología (según los requisitos de los artículos 7 y 8 del Acuerdo sobre los ADPIC). A este respecto, varios países (por ejemplo, Argentina, Ecuador, India y Filipinas) han adoptado una legislación o políticas de examinar las solicitudes de patentes relacionadas con productos farmacéuticos y los procesos de una manera que da cuenta de las consideraciones de salud pública”.
“El análisis de las reivindicaciones de patentes farmacéuticas ha demostrado que la correcta aplicación de las normas de patentabilidad puede evitar que la concesión de ‘mala calidad’ o patentes triviales, que, al impedir la entrada oportuna de la competencia genérica, puede dañar salud pública”, señaló el documento.
Y la disputa por el PAMI suma al clima tenso, espeso, irritable, que se percibe en la industria farmacéutica. Las tres cámaras del sector han decidido convocarse a partir de esta semana en una denominada “intercámaras” para recorrer juntas la cuesta arriba que se avecina en la negociación con Regazzoni.
DAER AMENAZO CON MOVILIZAR TRABAJADORES CONTRA LICITACION DEL MINISTERIO DE SALUD
El diputado nacional Héctor Daer amenazó con movilizar a los trabajadores de los laboratorios, si la licitación internacional convocada por el Ministerio de Salud implica la pérdida de fuentes laborales en el país.
Daer, del Frente Renovador, formuló una encendida defensa de la industria farmacéutica nacional y del trabajo argentino, frente al dumping de los laboratorios de China e India, durante el reciente debate por la Ley de Autopartes, oportunidad que aprovechó para fustigar la licitación internacional convocada por el Ministerio de Salud para la adquisición de medicamentos.
El discurso de Daer fue el siguiente:
Sr. Daer.- Señor presidente: hoy es un buen día, estamos planteando la promoción de sectores de las pequeñas y las medianas empresas que potencian la mano de obra. Tengo una gran duda en cuanto al costo fiscal que puede generar, pero creo que el avance que constituye la incorporación de piezas de industria nacional a los vehículos y a la maquinaria agrícola se traducirá en el fortalecimiento industrial que nuestro país necesita.
Siento satisfacción por estar hoy en este recinto, y como dijo un diputado preopinante, por haber visto al entrar al Congreso esa cantidad de trabajadores que orgánicamente, con sus líderes a la cabeza, se manifestaron en defensa de este proyecto.
Pero creo que este Congreso va por un rumbo y algunos ministros por uno contrario. En el mismo momento que aquí estamos tratando de fortalecer y promover a los sectores de la industria automotriz –y más tarde a la pequeña y mediana empresa-, en el Ministerio de Salud se plantea que hay que financiar el plan Remediar con un crédito que viene del extranjero. Es decir, no es que nos regalan la plata sino que nos endeudamos, y después vamos a terminar pagando ese crédito.
Quiero destacar que se pretende lanzar una licitación a la medida de las industrias farmacéuticas india y china, lo que va a contramano de todo lo que estamos discutiendo en forma permanente en relación con la defensa de la industria.
Por otro lado, el gasto de farmacia oscila entre el 20 y el 30 por ciento de los gastos en medicamentos. El grave problema que tiene la Argentina es que no encontramos un camino para producir el resto de los medicamentos caros, que representan el 70 por ciento. Si encima ahora, para justificar una licitación y obtener un crédito internacional, nos invaden medicamentos de otros países, de industrias farmacéuticas de dumping, como la china y la india-, me parece que acá estamos haciendo una cosa y en el Poder Ejecutivo otra.
Si bien soy el secretario general de los trabajadores de la salud de la Ciudad de Buenos Aires y adjunto del país, ni siquiera tuve la posibilidad de hablar con el ministro de Salud de la Nación. Representamos a unos cuantos trabajadores y no conocemos al titular de esa cartera; no le conocemos la cara, ni siquiera lo hemos visto ante las epidemias de dengue, zika u otras enfermedades de la pobreza que nos cayeron encima.
Quiero dejar sentado que si no se corrigen estas políticas que lleva adelante el Poder Ejecutivo, los trabajadores de la sanidad no se movilizarán para acompañar un proyecto de ley, pero sí lo harán para defender sus fuentes de trabajo.
No podemos destruir la industria farmacéutica porque nos vamos a quedar sin puestos de trabajo de los argentinos. (Aplausos en las bancas.)