TIEMPOS DE CARAS LARGAS

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El convenio PAMI es un embrollo para la industria que a mediano plazo puede resultar la sepultura de los pequeños y medianos laboratorios. Además, un nuevo proyecto de prescripción por genéricos avanza en  la Cámara de Diputados con el apoyo de Cambiemos. Exodo de las multinacionales.

“Se vienen tiempos de caras largas entre los industriales farmacéuticos”. El pronóstico es de un economista del sector que pacientemente intentó explicar el “nuevo” convenio PAMI. Y sus efectos dañinos para la industria.
Básicamente, la explicación es que la industria ahora deberá afrontar alrededor de 40 por ciento del precio de venta a los afiliados del PAMI cuando antes era del 25 por ciento.

La industria deberá seguir entregando medicamentos por alrededor de 2.300 millones de pesos mensuales al PAMI, que pagará de máxima 1.800 millones de pesos.
 Los 500 millones de diferencia se acumulan como una eventual “deuda” que Carlos Regazzoni, titular del PAMI prometió contemplar en el futuro. Pero nadie  cree que pague algún día. Ni tampoco los 1.200 millones que quedaron en una zona nebulosa “a negociar” después del último acuerdo.

“Bicicleta” es la síntesis de la situación que con resignación se escucha entre ejecutivos de la industria y dueños de laboratorios.
La otra promesa es eliminar la cobertura del 100 por ciento de los medicamentos incluidos  en la Resolución 337 para que en un proceso escalonado a fin de año el PAMI consuma medicamentos por 1.800 millones, que  es lo que puede pagar.
Pero, cuando Regazzoni intentó, parcialmente, disminuir los descuentos de 100 al 60, 50 o 40 por ciento en un paquete de presentaciones, hubo escándalo medíatico.  Nadie, parece, con intenciones de asumir el costo político de una medida similar.

Las incertezas del convenio PAMI adquieren otra magnitud cuando hay laboratorios multinacionales que perciben que se terminó “el negocio” en Argentina y buscan como salirse del ruedo y partir hacia otros destinos.
Uno de esos laboratorios de origen europeo y fenomenal proveedor del PAMI –desde los tiempos de Graciela Ocaña- anticipó que cerrará su filial en Argentina, de no modificarse la política del gobierno hacia el sector. Incluso su Embajada pidió ser recibida en la Casa Rosada.
“Los nacionales se ajustan y ponen el hombro. Las multinacionales, como siempre, cuando se acaba el negocio, levantan sus oficinas en Argentina”, explicó un vocero de la industria, recordando un episodio similar con Eli Lilly que a comienzos de la década del 80 abandonó el país para abastecer el mercado de insulinas directamente desde Estados Unidos.

Un reciente informe de Ecolatina demostró que las inversiones en Argentina han sido escasas durante el primer semestre del año.
En el caso de la industria farmacéutica “no llegan inversiones porque las multinacionales están preocupadas por la evolución del mercado y además les exigen ajustes desde sus casas matrices. Pero las que no se pueden ir son las pymes nacionales que cada vez afrontan costos más altos”, señalaron voceros de las cámaras nacionales.

El mercado crecerá apenas dos por ciento en unidades durante 2016 de acuerdo a los pronósticos de las consultoras de plaza. En facturación no cuenta porque va a la par de la inflación, en el mejor de los casos.
En ese contexto aparece un proceso de concentración  como en la década del 90 con algunos reacomodamientos sospechosos. Una droguera mediana de plaza compró dos laboratorios de inyectables que trabajan con genéricos.
 Y la prescripción por genéricos avanza en Diputados, eliminando la opción del nombre comercial que figura en la actual ley como “sugerencia” del médico.

En la Comisión de Salud,  el proyecto que es impulsado por su presidenta Carolina Gaillard consiguió el apoyo de Cambiemos. Al igual que en septiembre de 2014 se descuenta la aprobación en esa comisión.
Pero hace dos años, el proyecto fue frenado en la Comisión de Comercio que por entonces era presidido por el radicalismo y hubo alivio para la industria.   

Ahora la presidenta de la comisión de Comercio es Liliana Mazure, del núcleo duro del Frente Para la Victoria.
La actitud de Cambiemos está sorprendiendo a las cámaras industriales del sector que tejen una hipótesis: si se aprueba la prescripción por genéricos será un crecimiento en términos de valor para los laboratorios que producen y venden genéricos en el mercado argentino, todos medianos o pequeños.

Laboratorios que con creciente participación en el mercado podrían ser adquiridos por Fondos de Inversión procedentes del extranjero y que podrían expandir su oferta de genéricos a través de las cadenas de farmacias que hasta podrían ofertar su propia línea de genéricos contra las marcas de los laboratorios. Asociación de laboratorios con cadenas o de fondos de inversión con fondos de inversión, como si fuesen una gran familia.

Escenario complejo que implicaría una ruptura total con el modelo actual. Pero que no descartan ni subestiman aquellos  que también en este tema perciben la figura fantasmagórica de Mario Quintana.