CONVENIO PAMI CON LÁGRIMAS, SUDOR Y SANGRE

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La negociación del nuevo convenio PAMI finalizó con “lágrimas, sudor y sangre”, como pidió Winston Churchill durante los bombardeos sobre Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Una metáfora de lo que se vislumbra durante 2017 para la industria. Y un capítulo aún abierto con los farmacéuticos que rechazan cualquier incremento en las bonificaciones y que sospechan de alguna maniobra oculta de Farmacity.

El convenio se extenderá hasta el 31 de marzo de 2017 y fue negociado, como nunca antes, hasta los últimos detalles legales y técnicos por una pléyade de directivos, gerentes, abogados….todos concentrados en reuniones intensas, como fueron todas desde noviembre pasado.

“Tuvimos que negociar cada frase, cada palabra, cada sutileza, para que la industria no saliera perjudicada” explicó a Pharmabaires uno de los directivos que más participó de las negociaciones.

¿En definitiva la industria aceptó un mal acuerdo?. La respuesta de los voceros es que “firmamos lo único que era posible firmar y para la industria implica lágrimas, sudor y sangre”.

“Fue lo mejor que pudimos hacer, porque la presión sobre la industria fue muy fuerte”, reforzaron.

El convenio, cuyos detalles permanecieron en secreto hasta último momento, implica un nuevo ajuste para la industria, ya que deberá afrontar en el corto plazo un desfasaje de 300 a 400 millones de pesos mensuales.

La promesa de Carlos Regazzoni, presidente del PAMI es que reducirá el consumo de medicamentos con cobertura total y aplicará su propio ajuste para que se equilibre la facturación mensual con el gasto del organismo.

La otra historia inconclusa implica a los farmacéuticos, que en las horas finales de la larga negociación rechazaron con énfasis la demanda de un incremento en las bonificaciones que deberían cargar sobre sus espaldas y que consideraron inviables.

Manuel Agotegaray, titular del colegio profesional FEFARA, explicó a Pharmabaires, que “no estamos en condiciones de afrontar mas bonificaciones, no hay margen para más”.

“Para nosotros (el nuevo convenio) es provisorio, porque si no se modifica el gasto en 90 días vamos a tener los mismos problemas de siempre”, pronosticó Agotegaray.

“Se nos prometió un contrato viable y un gasto racional sin dejar a nadie sin medicamento, pero el éxito dependerá de que se cumpla con una política clara del PAMI y un seguimiento del gasto de la resolución 337. Y hasta ahora ha sido difícil”, explicó Agotegaray.

Consultado si Farmacity podría estar detrás de la amenaza de armar una red de farmacias paralela si las entidades farmacéuticas no aceptan el acuerdo, Agotegaray admitió que “hay un movimiento del que podríamos sospechar que (la cadena) estaría armando una alternativa, pero no hay pruebas”.

Entre los aspectos positivos, Agotegaray mencionó que la industria “aparentemente estaría de acuerdo en la presencia de los farmacéuticos en el seguimiento del convenio y en el compromiso de un calce financiero que favorecería a las farmacias más pequeñas”.

Las declaraciones de Agotegaray reforzaron un comunicado suscripto por los colegios profesionales COFA, FEFARA, la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias y la Asociación de Farmacias Mutuales y Sindicales, en que alertaban que “el punto sobre el que cual se sigue negociando es el de la reducción de bonificación para las farmacias, ya que nos encontramos frente a la posición de PAMI de plantear la necesidad de un mayor esfuerzo de parte de todo el sector para asegurar las coberturas del convenio. Es decir, el Instituto plantea un esquema de bonificación general para el convenio aún mayor al actualmente vigente, segmentado en base a tipo de prestación (ambulatorio, Resolución 337, insulinas, tiras). 

“Por supuesto las entidades farmacéuticas han dejado en claro que resulta inviable cualquier intento de que la farmacia incremente su aporte al convenio, cosa que ya era ampliamente conocida por el Instituto y por la Industria, y seguiremos insistiendo en que se contemple el pedido de baja de bonificaciones de las farmacias”, advirtió el comunicado conjunto.

Las entidades farmacéuticas insistieron que debieron sostener durante meses sus reclamos “en un marco de negociación de una extrema complejidad, dada la dimensión económica del convenio PAMI dentro del esquema presupuestario del Estado nacional”.

También resaltaron que el contexto de la negociación “nos permite afirmar que en dos de esos puntos se ha avanzado en un acuerdo concreto. Uno es la integración de las entidades farmacéuticas en la discusión junto al PAMI y a la Industria, que constituye un enorme avance y reconocimiento de un histórico reclamo; y el segundo es la recuperación de la financiación que permita a las farmacias enfrentar sin zozobras sus compromisos relacionados con la prestación ante las droguerías, a través de un adelanto suficiente, aportado por la Industria, para que la atención del convenio no ponga en riesgo la economía de las farmacias”.