MICRONUTRIENTES PARA UNA ÓPTIMA SALUD
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La falta de micronutrientes en una dieta equilibrada fue uno de los temas centrales del Congreso Internacional de Nutrición que se realizó en Buenos Aires.
Estudios del Ministerio de Salud del año 2012, indican que la ingesta inadecuada de frutas y verduras se estima que ocasiona el 19% de los cánceres del tubo digestivo, el 31% de enfermedades coronarias y el 11% de la enfermedad cerebrovascular. A su vez, se estima que las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son responsables del 50% de todas las muertes.
Durante el XXI Congreso Internacional de Nutrición, organizado por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), se presentaron los resultados de una importante encuesta en adultos; el estudio: “Consumo de alimentos fuente de nutrientes esenciales en la Argentina urbana”, fue realizado por el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA), Ipsos y contó con el auspicio de Bayer Argentina.
El tema de los micronutrientes para una óptima salud fue el eje de una conferencia, durante el evento, a cargo de dos especialistas: la doctora Mónica Katz y el doctor Jorge Britos. Katz se refirió al “hambre oculta” al exhibir los procesos de malnutrición frecuentes en la sociedad moderna y que pueden derivar en graves enfermedades. En tanto que Britos presentó los resultados de una importante encuesta realizada sobre el consumo de alimentos saludables en adultos en Argentina. Pharmabaires dialogó con ambos investigadores que expusieron sus conclusiones y opiniones.
Dra Mónica Katz
Ud. ha esbozado el concepto de “hambre oculta”. ¿Qué es exactamente?
Actualmente existen en el mundo 800 millones de personas desnutridas, 1400 millones (casi el doble) con problemas de sobrepeso y 2000 millones de personas con hambre oculta. Es decir gente que sin ser carenciada o vulnerable padece de una carencia severa de vitaminas y minerales o sea micronutrientes. Gente a la que le falta vitamina D, ácido fólico, hierro o zinc. Esta falta no se ve –las personas con hambre oculta no son delgadas y pueden no tener síntomas- pero es grave y puede generar enfermedades crónicas como cardiopatías, cáncer y diabetes.
¿Qué es lo que puede interferir para una alimentación apropiada?
No hace falta ser un adulto mayor o ser pobre para que aparezca el hambre oculta. Un desconocimiento de la técnica alimentaria como prolongar indebidamente la cocción de los alimentos, congelar, descongelarlos y volverlos a congelar o el modo que se almacenan por ejemplo pueden producir la pérdida de micronutrientes. A veces también interfiere con la absorción de vitaminas y minerales la toma de algún medicamento. Esto puede producirse, por ejemplo, en las personas consideradas “polifarmacia” es decir que toman más de tres medicamentos por día.También hay que considerar las dietas de alguna tribu de moda, que restringen inapropiadamente grupos de alimentos. Además podemos tomar en cuenta la restricción prescripta por algún médico que considera eliminar alimentos, por ejemplo un gastroenterólogo que decide suprimir grupos de ingredientes para evitar la irritación del aparato digestivo sin tomar en cuenta que tal vez sea un único alimento, el que por ejemplo provoca irritabilidad. Son ejemplos da causas que llevan a una mala alimentación.
Ud. es una especialista en el tema. ¿Puede dar alguna sugerencia para aprovechar los micronutrientes de la comida?
Es complejo dar un consejo así en general. Se pueden tomar en cuenta algunas pautas: Comprar poco. Cocinar corto. Por ejemplo, para las verduras, cocinar con un sarteneado rápido o la vaporiera son formas de cocción más sanas que un horneado prolongado. Es necesario además tomar en cuenta la duración de la exposición de un alimento desde que se lo procesa hasta que se lo consume. Si dejo estacionar un jugo de naranja recién exprimido comienza a perder micronutrientes hasta que me lo tomo. Es bueno planificar las compras y almacenar cada alimento a la temperatura apropiada.
¿Existen alimentos insanos? Últimamente se ha denostado mucho a los lácteos.
Existen ciclos de “demonización” de los alimentos y sin ningún fundamento. Así de pronto aparece “carbofobia” o “lipofobia”. El huevo por ejemplo antes era malísimo y ahora lo recomiendan, la manteca era poco más que “satanizada” y la revista Time apareció desde su tapa instando a comer manteca. En fin son modas complementadas con gente que se embarca en creencias, y se constituyen en tribus que les aportan una identidad a través de la alimentación restringiendo indebidamente nutrientes básicos para una buena alimentación.
Dr. Jorge Britos
Usted participó de la dirección de una encuesta local en materia de alimentación. ¿Qué resultados arrojó esa consulta?
Antes de responder conviene aclarar que los resultados de la encuesta fueron contrastados con los parámetros que ofrecen las guías alimentarias que se actualizaron en la Argentina hace dos años y son un compendio de recomendaciones científicas sobre lo que es saludable consumir. Lo que encontramos que la proporción de gente que consume alimentos fuentes de micronutrientes necesarios es muy baja. Tan solo un 20 por ciento de la población consume la cantidad de lácteos que hay que consumir, no más de un tercio de la población consume las frutas y verduras necesarias y solo el 5% de la población consume lo necesario en legumbres y cereales integrales. Siendo la Argentina un país bastante carnívoro, el único alimento que se consume en las cantidades apropiadas es la carne. Solo el 17% de la población consume la proporción de alimentos sugerida por las guías alimentarias. En escolares el 90% de ese grupo no come los cereales, frutas y hortalizas necesarios para una buena nutrición.
¿Cuáles son los alimentos necesarios para una dieta saludable?
Una dieta variada, donde se incorporen proteínas, frutas, verduras, cereales y lácteos es ideal. No hay alimentos que sean absolutamente buenos o malos. En una nutrición saludable los alimentos en la frecuencia y la cantidad recomendadas son apropiados. Actualmente se estudia convertir a los fermentados como el yogur por ejemplo como alimentos altamente valiosos para una buena alimentación.
¿Es necesaria una buena educación alimentaria?
Si totalmente. Los hábitos alimentarios se forman, no se nace con ellos. En los primeros años de vida se forman las costumbres que después van a quedar toda la vida. Un chico que se acostumbra a comer con poca sal será un adulto que hará lo mismo. Muchos chicos comen en la escuela y es bueno que consuman alguna fruta y frutos secos, además de que haya bebederos funcionando en el patio del colegio. Los padres no siempre tenemos una buena educación pediátrica por lo cual es bueno que nos informemos. Por lo demás existen hábitos que son buenos para todos: tomar agua como bebida principal, desayunar bien diariamente incluyendo lácteos, comer cereales, frutas y verduras y, si existe un núcleo familiar que los integrantes coman juntos periódicamente. Todo esto no garantiza una excelente nutrición pero colabora bastante.
Tanto la doctora Mónica Katz como el Dr. Jorge Britos coincidieron en que el aporte del Estado puede ser decisivo para una buena nutrición. “Un gran porcentaje del precio de la fruta y las hortalizas es impositivo. En algunos países estos alimentos están desgravados o tienen un impuesto muy bajo. En ese sentido el Estado podría hacer mucho bajando impuestos y abarantando la comida saludable. También es decisiva la participación pública a la hora de planificar menús escolares incorporando alimentos sanos y nutritivos” indicaron los especialistas consultados por Pharmabaires.