OBRAS SOCIALES: SIN FONDOS Y CON LA SOGA AL CUELLO
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Tan solo la deuda de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) con las obras sociales de camioneros, empleados de comercio y el puñado que aglutina la CTA opositora, suma alrededor de 1.500 millones de pesos que es el equivalente a la recaudación anual del Fondo de Redistribución de las Obras Sociales o Fondo Solidario.
Es por eso que se posterga cada vez más la posibilidad de que la actual presidenta, Liliana Korenfeld, pueda saldar al menos un porcentaje sustancial de la deuda y se diluye la estrategia de que el sector sindical “oficialista” pueda exhibir como un triunfo ante el bloque rival de Hugo Moyano, las negociaciones que viene manteniendo con la funcionaria.
Es decir, en esta instancia estar con la CGT de Moyano o con el grupo disidente de Antonio Caló y “Los gordos” no modifica en nada la cruel realidad.
Todos, miran preocupados el futuro. Y mucho más cuando se enteraron que en el Ministerio de Salud -del que “oficialmente” responde Korenfeld, aunque es una delegada de la Casa Rosada - el panorama es igual de árido y desalentador.
“Acá no hay un mango y la gestión está semiparalizada. Si el Ministerio de Salud no tiene dinero para sus programas…menos para saldar la deuda de la SSS”, reveló un vocero del ministro Juan Manzur.
Directivos de la obra social del Sindicato de Empleados de Comercio estimaron que la deuda de la SSS asciende a 1.040 millones de pesos, que se fue acumulando por los atrasos de la ex APE. La deuda es considerable, pero cabe considerar que se trata de la mayor social del país con casi un millón de beneficiarios.
A su vez los camioneros reclaman 514 millones de pesos del Fondo de Redistribución y rotos todos los puentes con el gobierno, decidieron presentar una demanda ante la justicia.
A su vez las obras sociales privadas de la CTA opositora, apenas un puñado, solicitaron por nota una entrevista a la presidenta de la SSS para reclamar una deuda de 35 millones de pesos.
Si los fondos de la SSS podían inclinar la balanza sindical, atrayendo hacia la nueva CGT oficialista de Caló a los remisos, la última oferta de Korenfeld terminó por espantar a los sindicalistas “amigos” del gobierno.
En una reunión reciente con Andrés Rodríguez de UNPC y José Luís Lingeri de Obras Sanitarias, Korenfeld ofreció pagar el 17 por ciento de una deuda de 2 mil millones de pesos, a condición de que desistieran de presentar demandas judiciales. O sea, una migaja de 340 millones. Obviamente, ningún dirigente sindical está dispuesto a incinerarse por este gobierno.
Algunas lecturas políticas, especialmente de los periodistas, deberán abandonar en esta instancia las interpretaciones lineales sobre la interna sindical, porque a partir de septiembre habrá dos CGT, pero no necesariamente una oficialista.
Quizás molesto por las etiquetas que lo colocan del lado de un gobierno que no tiene respuestas económicas para satisfacer a los aliados, el metalúrgico Caló recientemente llamó a Pablo Micheli de la CTA opositora para quejarse que lo tratara de oficialista a través de los medios de comunicación.
“¿Por qué me tratas de oficialista?...a vos quien te dijo que yo soy oficialista…no lo soy”, fue la interpelación, en buenos términos pero firme, que escucho Micheli, sorprendido porque nunca había hablado con el metalúrgico.
Lo cierto es que el gobierno no tiene ni el sueño del Fondo de Redistribución para disciplinar a los dirigentes sindicales, que podrán pelearse pero que comparten por igual la desesperación porque perciben que la desfinanciación y la inflación colocan a sus obras sociales al borde de la ruina.
“Mejor que no tengamos un trasplantado porque nos hacen un agujero .el último reintegro lo cobramos hace seis meses”, advertía el director de una obra social del interior durante una reciente reunión en la CTA en Buenos Aires.
“Yo tuve que pagar un tratamiento complejo de 35 mil pesos a una madre de 35 años con cuatro hijos porque se moría…pero después me cortó el servicio un pediatra por falta de pago y me tuve que aguantar las quejas de los afiliados”, agregaba una representante del sindicato de periodistas de Córdoba.
“Con nosotros tienen una deuda de siete millones de pesos y nos tiran reintegros de 50 o 60 mil pesos por mes”, agregó el director de obra social de un sindicato privado de capital. Mientras tanto, la deuda de la SSS ya es imponderable. Pueden ser ocho mil millones según las estimaciones mínimas o trepar a 18 mil, según otras mediciones. Mucho o poco, para nadie hay nada.