Por: Héctor Miranda, Director Médico en Bayer Cono Sur, MN 72528

La ciencia trabaja desde hace muchos años en el desarrollo de medicamentos para redefinir el tratamiento del cáncer y el pronóstico de los pacientes. En la actualidad, se está invirtiendo más que nunca en el desarrollo de opciones terapéuticas innovadoras.  Por ello, se investiga mucho sobre nuevas terapias que lo abordan de forma selectiva y cada vez más diferenciada para generar la mayor eficacia posible con efectos secundarios tolerables. Se trata de un área de investigación compleja y desafiante que cambiará la calidad de vida de millones de personas.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2030 podría haber doce millones de muertes por cáncer. Una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres, desarrollarán un cáncer durante su vida. En algunos países, superará las enfermedades cardíacas como causa de muerte y los costos sanitarios sociales, emocionales y económicos de semejante impacto serán inmensos. Pero a pesar de este protagonismo, el relato social del cáncer es el de una historia de oscuridad y agonía. Cáncer es una palabra que oímos y que nos confronta con temores ancestrales y nos paraliza. En este contexto, la multiplicación anormal de células es tan antigua como la humanidad.

Entonces, ¿qué les depara el futuro a los pacientes oncológicos? Aunque hemos hecho grandes progresos en la lucha contra la enfermedad y ya hay muchos tratamientos disponibles, todavía hay una gran necesidad médica no cubierta para distintos tipos de cáncer. Pero ¿en qué punto nos encontramos en la lucha contra esta patología? ¿Podremos vencerla algún día?

La terapia convencional contra el cáncer suele tener importantes efectos secundarios. La quimioterapia, por ejemplo, mata muchas células cancerígenas, pero también células sanas. Por eso, los logros obtenidos en las terapias avanzadas ayudarán a configurar la medicina del futuro, contribuyendo a ofrecer oportunidades terapéuticas para múltiples tumores que mejorarán radicalmente la calidad de vida de muchos pacientes, poniendo foco en nuevas terapias que traten al cáncer de forma selectiva.

El objetivo de los tratamientos modernos es atacar directamente los mecanismos anormales y los impulsores del tumor, y limitar así el daño al tejido sano circundante. Como estos tratamientos actúan específicamente en la naturaleza única del tumor, los pacientes pueden experimentar potencialmente menos efectos adversos.

Debido a las formas multifacéticas del cáncer, la medicina de precisión tiene en cuenta la variabilidad de los pacientes y busca las alteraciones genómicas que impulsan un cáncer específico, lo que permite a los médicos adaptar y orientar mucho mejor el tratamiento para cada paciente de manera individual.

La medicina de precisión tiene el objetivo de administrar el tratamiento oncológico adecuado a la persona indicada, en el momento oportuno, determinado por la caracterización específica del paciente. Desde Bayer, adoptamos un enfoque centrado en la investigación y desarrollo, que prioriza los objetivos y las vías con el potencial de impactar en la forma que se trata la enfermedad.

En el futuro ya no habrá una solución única, los enfoques de tratamiento serán muy específicos y estarán adaptados para tratar en forma individual el caso de cada persona. Y será importante que los pacientes conozcan a fondo su problema y puedan tomar, junto a sus médicos, las mejores decisiones. Será, sin dudas, el camino más adecuado hacia el éxito de la terapia.