ESTUDIO LATINOAMERICANO RESALTO EL AUTOCUIDADO DE LA SALUD PARA EL BIENESTAR GENERAL DE LA POBLACIÓN

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Un estudio sobre el Impacto de Covid-19 en las prácticas de Autocuidado en América Latina, realizado por la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR), demostró ser sumamente relevante para mantener la salud de las personas, hacer frente a enfermedades y síntomas leves y aliviar la carga en los sistemas de atención de salud.

El 73% de las personas encuestadas implementó medidas preventivas como la alimentación saludable y actividad física, y un 49% recurrió al uso de productos de autocuidado, como los medicamentos de venta libre, para tratar los síntomas de condiciones no graves y controlar determinadas condiciones crónicas.

El estudio realizado el año pasado mostró que para el 91% de los latinoamericanos fue fácil acceder a medicamentos de venta libre sin la recomendación de un profesional de la salud. En promedio, 86% afirmó que había suficiente disponibilidad de opciones para estos productos durante la pandemia.

Los productos de autocuidado son la primera línea de defensa confiable para proveedores de atención médica y pacientes”, es una de las conclusiones del estudio.

La Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre (CAPEMVeL), en el marco del Día Internacional del Autocuidado de la Salud, que se conmemoró el 24 de julio, formuló un llamado a promover “la práctica del autocuidado en Argentina, cuya base se encuentra en la responsabilidad de las personas de propiciar y practicar conductas saludables, como una mayor actividad física, alimentación sana y manejo del estrés, y de hacer un uso responsable de productos de autocuidado de la salud, como puede ser el acceso a medicamentos de venta libre (MVL) para resolver aquellas dolencias pasajeras, conocidas por el individuo, y durante el período de tiempo especificado en el prospecto del producto. De la misma manera en que insta a acudir a la consulta médica si los síntomas empeoran o persisten en el tiempo”.

“Un analgésico en bajas dosis para el tratamiento de dolores de cabeza, resfríos, dolores menstruales, una sal antiácida o un pediculicida, son todas alternativas de venta libre a las que la gente accede para resolver temas puntuales y pasajeros. Sería costoso e ineficiente para el sistema de salud hacer una consulta médica en cada uno de estos casos. La gente es responsable y sabe acudir a estos productos que seguramente contribuirán a su autocuidado y a mejorar su calidad de vida”, afirmó Jimena Worcel, directora Médica de CAPEMVeL.

“Estas decisiones forman parte de lo que llamamos ‘automedicación responsable’, donde la gente reconoce condiciones menores que padece y toma decisiones para sentirse mejor. Diferente es el caso de la ‘autoprescripción’, a través de la cual un individuo se autoprescribe un medicamento que es de venta bajo receta y lo adquiere sin presentar la receta, situación absolutamente censurable y que conlleva riesgo sanitario”, agregó la doctora Worcel.

Cifras de la región

Según un estudio sobre el Impacto de Covid-19 en las prácticas de Autocuidado en América Latina, realizado en 2021 por la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR), el autocuidado demostró ser sumamente relevante para mantener la salud de las personas, hacer frente a enfermedades y síntomas leves y aliviar la carga en los sistemas de atención de salud.

Para la doctora Worcel, “el autocuidado de la salud contribuye a disminuir la duración y severidad de las condiciones que no son graves y aporta beneficios económicos y sociales para las personas, las comunidades y los sistemas de salud. Uno de estos beneficios es la reducción de pérdida de productividad por ausentismo".

El acceso a información y productos de salud sin tener que movilizarse o consultar a un médico, fue una necesidad primordial y se reflejó en un crecimiento en el uso de canales digitales para consulta y compra de productos de autocuidado. Como referencia, el 30% de los encuestados indicó realizar al menos una compra de productos de autocuidado de manera virtual, un número que representa un crecimiento de hasta 10 veces con respecto a la última encuesta de 2019 para este canal de compra.

“Los resultados del estudio ponen en evidencia que la alfabetización en salud y las tecnologías de la comunicación son fundamentales y necesarias para que las personas cuiden de su propia salud y estén informadas. Adicional a esto, se requiere la disponibilidad de más productos y servicios de salud para seguir extendiendo el autocuidado y aprovechar al máximo sus beneficios sociales y económicos”, completó la doctora Worcel.

Latinoamérica tiene la prevalencia más alta de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en comparación con otras regiones del mundo, condiciones que son prevenibles a través de medidas de autocuidado de la salud y los estilos de vida saludables.

Se estima que alrededor del 57% de la población adulta de la región (302 millones de habitantes) tiene sobrepeso y el 19% (100,8 millones de personas), obesidad.

Estas condiciones favorecen el desarrollo de enfermedades crónicas que representan inversiones millonarias de los sistemas de salud para su tratamiento. Además, causan el 30% de mortalidad en la región por enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión y enfermedad renal crónica [1].

Particularmente, en Argentina, la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso + obesidad), según la 4° Edición de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (realizada en 2018 y presentada en 2019), fue de 61,6%, comparativamente superior a la 3° Edición de la ENFR (57,9% en 2005), con una tendencia que se mantuvo en ascenso alarmante en relación con los relevamientos anteriores [2].

A las estadísticas precedentes, se le suma la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedad renal crónica, que según el último informe de Estadísticas Vitales (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación correspondiente al año 2020 [3], la cifra alcanza a 112.477 individuos, que representa el 31.9% de los decesos por causa definida.

Ante este panorama, el autocuidado, definido por la Organización Mundial de Salud (OMS) como “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y afrontar enfermedades o discapacidades con o sin la ayuda de un proveedor médico” [4], es cada vez más relevante, especialmente a partir de la pandemia de Covid-19.