CÁNCER COLORECTAL: HAY MÁS CONCIENCIA, PERO TODAVÍA EXISTE RETICENCIA A REALIZARSE LOS EXÁMENES PREVENTIVOS

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Es el segundo tipo de cáncer más frecuente en nuestro país [1] aunque, detectado a tiempo, tiene una tasa de curación superior al 90%.

Sin embargo, todavía es muy bajo el porcentaje de personas que se realizan los estudios para su detección, como la colonoscopía o el examen de sangre oculta en materia fecal.

‘Falta un largo camino por recorrer para lograr que la población tome conciencia de la importancia de realizarse exámenes preventivos de cáncer colorrectal y se acerque a los centros de salud’.

La afirmación corrió por cuenta de los especialistas del Hospital Udaondo debido a la merma de consultas y de prácticas médicas producida durante la cuarentena obligatoria a causa de la pandemia por Covid-19.

En Argentina, el cáncer de colon representa la segunda patología oncológica más frecuente, detrás del cáncer de mama. Pero pese a que se sabe que detectado a tiempo tiene una tasa de curación mayor al 90%, todavía es bajo el porcentaje de personas que se realiza los estudios para su detección, como la colonoscopia o el examen de sangre oculta en materia fecal.

Según la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo [2], publicada en 2019, solo el 31,6% de las personas de entre 50 y 75 años afirmó haberse realizado alguna vez un examen de detección de cáncer colorrectal.

Todavía estamos lejos del porcentaje ideal para reducir la incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal y hace falta un trabajo más sostenido para concientizar a la mayor parte de la población sobre la importancia de efectuarse los exámenes preventivos”, afirmó Ubaldo Gualdrini, Médico especialista en Cirugía, Coloproctología y Gastroenterología y Miembro del Servicio de Coloproctología del Hospital de Gastroenterología ‘Dr. Carlos B. Udaondo’.

Afortunadamente, este indicador creció con respecto a la encuesta anterior [3], publicada en el año 2013: en ese entonces, solo 1 de cada 4 personas (24,5%) se había realizado algún test. “Es una buena noticia; indudablemente, mejoró la concientización y aceptación de los exámenes por parte de la población y, en paralelo, por el trabajo del Programa de Prevención y Detección Temprana del Cáncer Colorrectal del Instituto Nacional del Cáncer. No obstante, todavía queda mucho por hacer”, destacó Karina Collia, Cirujana Proctóloga y Miembro del Servicio de Coloproctología del Hospital de Gastroenterología ‘Dr. Carlos B. Udaondo.

En un encuentro virtual organizado con la colaboración de Merck, los especialistas del Udaondo afirmaron que un mayor índice de realización de los estudios preventivos lograría una disminución en la incidencia y mortalidad por cáncer colorrectal y que para ello, el porcentaje de aceptación debería superar el 60-70%. Existe consenso en que para lograrlo debería trabajarse para mejorar la accesibilidad y disponibilidad de los exámenes e incrementar las políticas de difusión y comunicación a la población general.

Por un lado, se puede sospechar en forma temprana la presencia de cáncer colorrectal a través del examen de sangre oculta en materia fecal, que no es para nada invasivo. Luego, existe la colonoscopía, que sí es un método de diagnóstico, es muy sensible y seguro; requiere una preparación del intestino mediante soluciones laxantes, se realiza con una sedación anestésica, por lo que no genera dolor ni molestias.

Ambos son estudios diferentes en cuanto a sensibilidad, especificidad y seguridad. Se utilizan como método de pesquisa de acuerdo con la disponibilidad y accesibilidad y a la recomendación médica en función del cuadro general del paciente. En los casos en los que el test de sangre oculta da positivo (es decir, presencia de sangre en las heces) el paso siguiente será la realización de una colonoscopía complementaria para diagnosticar la causa del sangrado.

“El cáncer colorrectal es una enfermedad prevenible y curable cuando se diagnostica en etapa temprana y los exámenes deben realizarse en la población general a partir de los 50 años e incluso antes en aquellas personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal”, subrayó Eduardo Sosa, Médico Gastroenterólogo y director del Hospital de Gastroenterología ‘Dr. Carlos B. Udaondo’’.

“Los síntomas no suelen aparecer sino hasta que la enfermedad ha avanzado, por eso la importancia de realizarse estos estudios con la periodicidad que lo indique el especialista”, agregó el doctor Sosa.

Entre los principales signos y síntomas del cáncer colorrectal, se incluyen cambios en la evacuación intestinal, sangrado en la materia fecal, dolor abdominal o rectal recurrente, anemia o pérdida repentina de peso.

Con respecto a los motivos de consulta, según Gualdrini, quien además es ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), “el primer motivo que lleva a las personas a consultar es la presencia de antecedentes familiares de la enfermedad, especialmente en familiares de primer grado (padres, madres, hermanos), situación que genera una concientización mayor. Aunque son cada vez más las personas que llegan a la consulta preguntando qué tipo de estudio preventivo se deberían realizar”.

“Algunos de los factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar cáncer de colon son ser mayor de 50 años, tener antecedentes de pólipos o de cáncer colorrectal en la familia o padecer enfermedad inflamatoria intestinal, además de mantener una alimentación y hábitos de vida no saludables: excesiva ingesta de carnes rojas y grasas, exceso de alcohol, tabaquismo, sobrepeso, sedentarismo y falta de actividad física”, subrayó la doctora Collia.

Como medida de prevención, los especialistas recomiendan, además de la consulta periódica con el especialista, llevar adelante una vida saludable, con alimentación variada y equilibrada, con mayor ingesta de fibras, especialmente frutas y verduras, controlar el peso corporal, evitar el tabaquismo y el exceso de alcohol y realizar actividad física regularmente.

“En cuanto al tratamiento, existen diversas alternativas terapéuticas para cada etapa de la enfermedad. La cirugía es la principal opción, que nos permite remover el tumor y los ganglios linfáticos regionales. La quimioterapia se puede utilizar como complemento o como único tratamiento, dependiendo de las características del cuadro del paciente”, explicó el doctor Gualdrini.

“Otra alternativa es la quimioterapia en combinación con radioterapia antes de la cirugía, como se utiliza en el cáncer de recto, lo que permite mejorar el pronóstico. Asimismo, en los últimos años se han desarrollado terapias de blanco específico con resultados muy alentadores para los estadios más avanzados”, concluyó el doctor Gualdrini.

[1] https://www.argentina.gob.ar/salud/instituto-nacional-del-cancer/estadisticas/incidencia

[2]http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001622cnt-2019-10_4ta-encuesta-nacional-factores-riesgo.pdf

[3]http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000544cnt-3ra-encuesta-nacional-factores-riesgo_2013_informe-completo.pdf