LA GUERRA SILENCIOSA CONTRA LAS BACTERIAS: NUEVAS ESPERANZAS Y DESAFÍOS DESDE LATINOAMÉRICA

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La humanidad ha estado librando una batalla casi invisible contra las bacterias durante siglos. Desde que descubrimos su existencia, mucho antes de que se introdujeran los antibióticos, nuestras estrategias para combatirlas fueron evolucionando. Sin embargo, las bacterias, siempre resilientes y adaptables, han seguido el mismo camino evolutivo que cualquier otra forma de vida: sobrevivir y multiplicarse. Y aunque la medicina ha hecho grandes avances, las bacterias siguen encontrando maneras de adelantarnos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado la creciente resistencia bacteriana a los antibióticos como una de las mayores amenazas a la salud pública global. A medida que estos medicamentos pierden eficacia, las infecciones que antes eran tratables se convierten en problemas insostenibles, y lo peor es que el uso excesivo de antibióticos en ganadería y la automedicación humana han acelerado este proceso. Si no se encuentran soluciones pronto, el mundo se enfrenta a una era post-antibióticos, en la que enfermedades comunes como la neumonía podrían resultar mortales.

El panorama es alarmante. Según la OMS, en 2019 la resistencia bacteriana causó 1,27 millones de muertes directamente, y 4,95 millones más estuvieron asociadas con infecciones resistentes. La cifra podría superar los 8 millones para 2050 si no se toman medidas drásticas.

¿Hay una luz al final del túnel?

La respuesta parece estar en la creación de nuevos antibióticos o en el desarrollo de terapias alternativas. Sin embargo, los avances son lentos. Desde 2017, solo 13 nuevos antibióticos han sido aprobados, pero solo dos de ellos ofrecen una real innovación. En América Latina, la situación es aún más preocupante: la OMS solo ha identificado tres proyectos en la región entre 2019 y 2023.

La historia de un descubrimiento inesperado

En Chile, un hallazgo fortuito podría ser la clave. El doctor David Vásquez, de la Universidad de Chile, junto con su equipo, hizo un descubrimiento clave al identificar una nueva familia de antibióticos sintéticos. A pesar de que inicialmente estos compuestos se estaban investigando para el tratamiento del cáncer, al probarlos en bacterias, demostraron una potente actividad antibacteriana. “Fue una sorpresa, pero nos dio la motivación para continuar”, recuerda Javier Campanini, uno de los investigadores.

Lo que empezó con una sola molécula se transformó en una familia completa de antibióticos, creada a partir de un trabajo minucioso y experimental. La siguiente etapa será probarlas en ratones. Aunque la investigación aún está en una fase temprana, la esperanza es que estos antibióticos puedan estar disponibles pronto.

Sin embargo, el proceso está lejos de ser fácil. La mayor barrera para el desarrollo de nuevos antibióticos es el bajo interés comercial, ya que estos se usan solo en situaciones específicas y no de manera continua. Las farmacéuticas prefieren invertir en medicamentos para enfermedades crónicas como la diabetes o el cáncer, que garantizan ingresos constantes.

Alternativas biológicas: el poder de los bacteriófagos

Mientras tanto, en Colombia, otro enfoque está tomando forma. Viviana Clavijo, bióloga y gerente de Sciphage, está liderando una innovadora propuesta basada en los bacteriófagos, virus que atacan de manera específica a las bacterias sin afectar a las células humanas. Estos "misiles biológicos" se encuentran en todos los ecosistemas, incluidos nuestros propios intestinos, y tienen el potencial de reemplazar los antibióticos tradicionales.

Sciphage ha desarrollado cócteles de bacteriófagos dirigidos especialmente a la ganadería, donde el uso masivo de antibióticos ha exacerbado la resistencia bacteriana. Reducir su uso en este sector podría tener un impacto directo en la salud pública. Aunque los bacteriófagos aún no se usan para tratar infecciones humanas, su aplicación está dando pasos firmes.

Un futuro prometedor en Uruguay

En Uruguay, Kinzbio, una empresa pionera en terapias con bacteriófagos, ha logrado un avance importante. Tras recibir una solicitud urgente de un médico en 2024, los científicos de Kinzbio prepararon rápidamente un tratamiento basado en bacteriófagos para un paciente con una infección pulmonar resistente a todos los antibióticos. En cuestión de días, la infección desapareció casi por completo, un hito que marca un avance significativo en la aplicación de estos virus en seres humanos.

Aunque este tratamiento aún no está aprobado oficialmente, el apoyo de las autoridades uruguayas ha permitido que se utilice en circunstancias excepcionales, demostrando el potencial de los bacteriófagos en el tratamiento de infecciones graves. El país está considerando crear una regulación específica para el uso de estos virus, lo que podría servir como modelo para otros países de la región.

El camino por recorrer

Los avances en la investigación de nuevos antibióticos y terapias alternativas son sin duda prometedores, pero también existen grandes desafíos. Se necesitan más recursos y apoyo para continuar este tipo de investigaciones, que tienen el potencial de cambiar el rumbo de la medicina. Como afirma el doctor Vásquez, la clave está en fomentar el desarrollo científico en América Latina, donde aún hay un enorme potencial sin explorar.

A pesar de los obstáculos, el trabajo de científicos latinoamericanos está abriendo nuevas puertas en la lucha contra la resistencia bacteriana, y aunque el camino aún es largo, los avances en Chile, Colombia y Uruguay y también Argentina, son un faro de esperanza en un futuro incierto.

Senasa, en la Argentina, informa sobre esta problemática, medidas de prevención y la importancia de sensibilizar sobre farmacorresistencia.

En la página oficial del organismo, se destaca que “la resistencia a los antimicrobianos (RAM) es la capacidad que tienen los microorganismos -como las bacterias, virus, hongos y parásitos- de evadir la acción de los antibióticos. La misma se genera como un proceso de selección natural, donde los patógenos tienen la posibilidad de mutar cuando se reproducen y desarrollar una farmacorresistencia.

Tras haberse celebrado a fines de noviembre la Semana Mundial de Concientización sobre la RAM 2024, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) destacó la importancia de un uso adecuado, consciente y responsable de antibióticos, a los fines de fortalecer la calidad de los alimentos y la salud pública en nuestro país.

La Semana de concientización, impulsada por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), es una campaña dedicada a sensibilizar y difundir la problemática de la resistencia a los antimicrobianos y a fomentar la acción global de los servicios sanitarios nacionales, profesionales de la sanidad animal, agricultores, ganaderos, responsables políticos, medios de comunicación, de la sociedad civil y del público en general, para combatir el desarrollo y la propagación de microorganismos resistentes a estos medicamentos.

Agentes del Programa perteneciente a la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico del Senasa participan en campañas de concientización e investigaciones científicas para abordar esta problemática de interés mundial. Así, se han podido tomar diferentes medidas de mitigación de la RAM, entre las cuales se destacan, distintas normas como la Ley 27.680 (2022): Declara de interés público nacional la prevención y el control de la resistencia a los antimicrobianos.

El foco puesto por la Argentina en el cuidado del tema veterinario adquiere mayor relevancia cuando epidemias y pandemias como la gripe Aviar o el Covid 19 se originaron en animales y se transmitieron luego a los seres humanos.

 

Fuentes: El País, de España y la página oficial del Senasa de la República Argentina.