SIETE DE CADA DIEZ ARGENTINOS NUNCA SE REALIZARON EL TEST DE LA HEPATITIS C

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El 61% de los argentinos reconoce que la hepatitis C es un problema en nuestro país, pero 8 de cada 10 saben poco o nada sobre hepatitis C y 7 de cada 10 no se consideran en riesgo de haber contraído el virus. 

Los resultados se desprenden de un relevamiento a 1004 hombres y mujeres mayores de 16 años de todo el país, realizado por la encuestadora Voices! para la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado.
Los especialistas recomiendan que todos los argentinos se realicen el test de la hepatitis una vez en la vida, porque es una enfermedad que no da síntomas hasta que está muy avanzada y constituye la primera causa de cáncer de hígado, cirrosis y necesidad de trasplante hepático.
En nuestro país, 8 de cada 10 mayores de 16 años saben poco o nada sobre la hepatitis C, a pesar de que el 61 por ciento reconoce que la enfermedad es un problema. Mientras que 7 de cada 10 nunca se realizaron el test, ni se consideran en riesgo de haber contraído el virus. Así lo revelaron los resultados de un relevamiento a 1004 argentinos realizado por la consultora Voices! para la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH).
El doctor Ezequiel Ridruejo, médico hepatólogo, presidente de la AAEEH, explicó que decidieron llevar adelante una encuesta de estas características porque era importante empezar a conocer qué sabe y qué piensa la gente sobre esta enfermedad en nuestro país:"Los hepatólogos estamos convencidos de la gravedad de las hepatitis virales y de la necesidad de trabajar para erradicarlas, pero estamos empezando a ver que todavía tenemos mucho por construir con la comunidad”.
Ridruejo destacó que los tratamientos contra la hepatitis C demandan ahora de ocho a doce semanas, una diferencia considerable con el año o año y medio que demandaban en el pasado. Además existe el beneficio de medicamentos sin contraindicaciones importantes.
Tal como arrojó la encuesta, 7 de cada 10 participantes no consideran haber estado en riesgo de contraer el virus, cuando lo cierto es que todos podemos haberlo estado sin saberlo. Antes de que se identificara el virus de la hepatitis C, no se lo buscaba cuando se analizaba la sangre donada, ni tampoco existía tanta conciencia a la hora de esterilizar instrumental médico y odontólogo. Cualquiera que haya realizado una cirugía menor o un tratamiento de conducto estuvo en riesgo.
4 de cada 10 participantes desconocía las principales vías de transmisión del virus, que tienen que ver con el contacto con sangre infectada. Además de las ya mencionadas, otras vías son compartir jeringas, afeitadoras, cepillos de dientes o la mala esterilización de instrumental para la realización de tatuajes, piercings y tratamientos de belleza, manicura y pedicura. Las relaciones sexuales sin protección también revisten riesgo, al igual que la transmisión madre-hijo durante el embarazo. 
En el relevamiento, llamaron la atención algunas vías que las personas consideraban de contagio cuando no lo son. La hepatitis C no se trasmite por el contacto físico con alguien que porta el virus, aunque un 34% creía que sí; tampoco por un beso o contacto con saliva, contrario a lo que consideraba un 31%; no se transmite por alimentos y bebidas, aunque un 30% así lo creía; y no lo transmiten el agua ni el aire, aunque así lo manifestaban un 28 y un 11 por ciento de los encuestados, respectivamente.
“Es importante que como sociedad tengamos bien presentes las vías de contagio, para poder prevenir la transmisión, y es igual de necesario identificar cuáles no son vías de contagio, para no estigmatizar ni discriminar a ninguna persona que porte el virus”, agregó Ezequiel Ridruejo.
La doctora María Virginia Reggiardo, médica hepatóloga y gastroenteróloga, tesorera de la Comisión Directiva de la AAEEH, advirtió que ésta es una enfermedad que prácticamente no da síntomas hasta que se encuentra en etapas muy avanzadas, “por lo que puede pasar desapercibida durante décadas si uno no la va a buscar, pero paulatinamente va generando daño hepático con posibles consecuencias muy severas”.
Otro dato relevante del sondeo consistió en el bajo índice de realización del test (menos de 1 de cada 3 encuestados), que consiste en un análisis de sangre sencillo y gratuito. “Quizás lo más preocupante sea que una de las principales razones por las que no se lo habían hecho fue la falta de recomendación por parte del profesional de la salud. Estamos ante una enfermedad epidémica, grave, pero curable. Tenemos que trabajar con los médicos de atención primaria, para que incluyan en los controles de rutina el test de la hepatitis C, y también el de la B, aunque para éste ahora dispongamos de una vacuna en el calendario”, reconoció el doctor Claudio Estepo, médico hepatólogo y Secretario de la Comisión Directiva de la AAEEH.
Estepo recomendó que “hay que insistir con los médicos para que recomienden los estudios en la etapa incipiente de la enfermedad cuando el costo de los tratamientos es menor”.

Beatriz Ameigeiras, presidenta electa de la AAEEH coincidió que “los costos para los sistemas de salud serán siempre menores si detectamos la enfermedad en una etapa temprana”. 
Ameigeiras aclaró que los análisis pueden arrojar resultados sin alteraciones y aún así una persona puede ser portadora de hepatitis C, “por eso hay que pedir un estudio específico”.
“El paciente no debe sentirse culpable, la sensación es vincular la enfermedad con la promiscuidad y con el sida”, reforzó la presidenta electa de la AAEEH.
Ridruejo reforzó que esos exámenes no siempre son solicitados pero a partir de los 40 años “deberíamos ser testeados todos”

Constanza Cilley, directora ejecutiva de la Encuestadora Voices, explicó que se les preguntó a los encuestados si habían visto, leído u oído sobre sobre hepatitis C en el último año y sólo 3 de cada 10 respondieron afirmativamente. De ese grupo, la mitad se había informado a través de la TV, un 13% a través de un médico, enfermera o profesional de la salud, un 12% por algún pariente y un 11%, por la radio.
En nuestro país, alrededor del 1 por ciento de la población estaría infectada con el virus, lo que equivale a alrededor de 400 mil personas con hepatitis C, de los cuales se estima que 6 de cada 10 lo ignoran, por lo que es vital lograr que más pacientes reciban el diagnóstico. Hoy esta enfermedad se puede curar en más del 95 por ciento de los casos, en pocas semanas y sin los efectos adversos de las medicaciones del pasado.
Cuando se les preguntó si en los últimos doce meses había escuchado o leído alguna noticia sobre la hepatitis, el 67 por ciento respondió negativamente y el 31 por ciento por la afirmativa.
De los que habían escuchado, el 54 por ciento se remitió a la televisión y el 51 por ciento creía que existía vacuna contra la hepatitis C.
Ridruejo explicó que esa vacuna ha sido ensayada con animales pero lejos está de constituir una solución humana ya que se trata de un virus con una veloz capacidad para mutar y que “se escapa de la posibilidad de generar un cerco de inmunidad”.
El 69 por ciento de los encuestados respondió que no se sentía en “riesgo” de contraer la enfermedad, 12 por ciento admitió “algún riesgo” y 11 por ciento tenía algún familiar o amigo que poseía hepatitis.
Respecto de la Hepatitis B, sólo el 51% de los encuestados manifestó estar vacunado contra este virus, lo que es preocupante teniendo en cuenta que es una vacuna incluida en el calendario nacional y obligatorio de inmunizaciones. Al respecto, el doctor Claudio Estepo sugirió que “en nuestro país es un lujo contar con una herramienta eficaz de prevención de un virus severo, tenemos que trabajar para que la tasa de vacunación esté muy por encima de ese valor”.
Los pacientes ya detectados
Un problema serio representan aquellos pacientes que están diagnosticados, pero no se tratan. En las últimas décadas, miles se han hecho el test y se les notificó que portan el virus, pero se han vuelto a su casa sin hacer nada al respecto y no volvieron a la institución.
Rubén Cantelmi, paciente curado, presidente de la Asociación Civil Buena Vida y miembro de la Federación Argentina de Lucha contra las Hepatitis Virales (F.A.L.Hep.Vir.), puntualizó que sólo se puede explicar esta situación por el hecho de que la enfermedad no duele, no molesta, pero sabemos que va a haciendo daño. Constituye la primera causa de cáncer de hígado, cirrosis y trasplante hepático.
“También es posible que hayan intentado curarse -sin éxito- con las medicaciones anteriores, que ocasionaban unos efectos adversos muy severos, pero afortunadamente no es la realidad actual. Las drogas nuevas, que están aprobadas en Argentina, curan y prácticamente sin efectos adversos. Tenemos una responsabilidad con todos ellos, debemos ir a su encuentro y convencerlos de que hoy pueden y deben curarse, no hay tiempo que perder”, agregó.
Acerca de la encuesta
La encuesta fue llevada adelante durante septiembre de 2017 por Voices! a pedido de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, en el marco de su campaña Hepatitis C. Detectar para Curar. La muestra fue de 1004 casos, hombres y mujeres entre 16 años y más, con cobertura nacional. La recolección de datos se hizo a través de encuestas probabilísticas, cara a cara en hogares, con un error muestral de +/- 3,5 % para los totales.