MUSEO DE LONDRES RECHAZA DONACIÓN DE LABORATORIO ACUSADO DE LA EPIDEMIA DE OPIÁCEOS

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La Galería Nacional de Retratos de Londres rechazó una donación de la familia Sackler, dueña en Estados Unidos del laboratorio acusado de la “epidemia de opiáceos” que provocó más de 200 mil muertes por sobredosis durante la última década.

La National Portrait Gallery (Galería Nacional de Retratos) rechazó la donación de 1.3 millones de dólares de la familia Sackler, que controla el laboratorio Purdue Pharma, fabricante del analgésico OxyContin, origen de la multimillonaria fortuna familiar, pero desde hace un tiempo motivo de escraches en afamados museos estadounidenses por aceptar sus donaciones.

En una declaración, el museo y la organización caritativa de la familia, Sackler Trust, describieron la decisión como una decisión conjunta.

"Se ha hecho evidente que los informes recientes de las denuncias contra miembros de la familia Sackler pueden hacer que esta nueva donación desvíe la Galería Nacional de Retratos de su importante trabajo", dijo un portavoz de Sackler Trust.

El portavoz "negó enérgicamente" esas acusaciones, pero tampoco la familia quería que se convirtieran en una distracción para el trabajo de la galería, afirmó.

Las autoridades de la galería han pasado más de un año debatiendo si rechazaban la donación para apoyar una renovación y nuevos desarrollos, según el sitio web Artnet News, que informó de la decisión por primera vez.

Varios museos estadounidenses han enfrentado una creciente presión sobre su aceptación de donaciones de la familia Sackler, que recaudó más de 30 mil millones de dólares con la venta de OXyContin.

La activista y fotógrafa Nan Goldin, una paciente que se recupera de su adicción a OXyContin y quien ha organizado protestas de alto perfil en museos y galerías que llevan el nombre de Sackler, anunció que no trabajaría con la National Portrait Gallery en un posible proyecto si aceptaba el dinero de Sackler Trust.

En una protesta el mes pasado en el Sackler Center for Arts Education en el Museo Guggenheim de la ciudad de Nueva York, los activistas entregaron copias de recetas falsas enviadas desde correos electrónicos de Richard Sackler, el ex presidente de Purdue.

Los correos electrónicos fueron descubiertos en medio de una demanda en curso por el estado de Massachusetts contra Purdue y algunos miembros de la familia Sackler.

Esa demanda alega que el laboratorio Purdue, la familia Sackler y los ejecutivos de la compañía engañaron a los médicos y pacientes sobre la naturaleza adictiva de OxyContin, ya que pretendían aumentar las recetas.

Dos semanas después de la protesta de Guggenheim, los sitios STAT y ProPublica publicaron una declaración secreta de Richard Sackler que forma parte de un caso judicial en Kentucky.

En esa declaración secreta, el entonces presidente de la farmacéutica, Richard Sackler, escribió en febrero de 2001 en un correo electrónico confidencial que la mejor forma de evitar una crisis de imagen era "culpar a quienes abusan del medicamento, que son los verdaderos culpables y el problema”.

Ese documento, parte de un alijo de registros judiciales sellados por los que STAT había luchado durante casi tres años para hacer público, mostró que Sackler había adoptado un plan para ocultar los efectos nocivos de OxyContin a los médicos a fines de los años noventa.

La Fiscal General de Massachusetts, Maura Healey, ha acusado a la farmacéutica Purdue de ser una de las principales responsables de la “epidemia de opiáceos” que ha causado alrededor de 200 mil muertes por sobredosis en la última década al engañar a los consumidores con la venta del potentísimo analgésico Oxycontin.

La familia Sackler, que dirige la farmacéutica, “utilizó a los médicos para enganchar a más pacientes a los opiáceos, a dosis más altas, durante más tiempo", señaló la fiscal. Healey.

La demanda interpuesta por Healey acusa a ocho familiares propietarios de la farmacéutica de llevar a cabo una "campaña de ventas engañosa”, episodio que la fiscal ha descrito como "el panorama más exacto del inicio de esta crisis".

Los Sackler, ha lamentado, "no quieren aceptar su culpa. Culpan a los médicos, culpan a quienes recetan el medicamento y, lo peor de todo, culpan a los pacientes", refutó la fiscal.

Un informe reciente de Project-Sindicate redactado por el profesor de bioética Peter Singer relata como el laboratorio sobornaba a los médicos para que recetaran su medicamento con “premios” de hasta 200 mil dólares.

El informe precisa que el laboratorio y tres directivos se declararon culpables de “prácticas fraudulentas” en 2007 y aceptaron pagar una multa de 634 millones de dólares.

La familia Sackler a través de sus voceros replicó que la demanda del Estado de  Massachusetts es un intento de convertirlos en "los villanos de la historia", y han prometido impedir que la información clasificada que contiene la demanda se difunda al periodismo.

La jueza de Massachusetts, Janet Sanders, responsable de los expedientes, se mostró escéptica a la hora de mantener clasificados algunos aspectos de la demanda, como pide la farmacéutica, dado el interés público en el caso.

La estimación de 218 mil muertes a causa de la “epidemia de opiáceos” ha sido calculada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Mientras tanto, la mayoría de las instituciones de arte elude pronunciarse sobre la “filantropía manchada” de los Sackler como la definió el profesor Singer en su artículo que en Argentina publicó la revista Ñ el sábado 9 de marzo.

Singer cita como ejemplo que una encuesta realizada por New York Times entre 21 instituciones culturales que recibieron dinero de la familia Sackler “ninguna manifestó que fuera a devolver donaciones o rechazar otras que se hicieran en el futuro”.