AMERICA LATINA, LA REGIÓN MÁS CASTIGADA POR LA PANDEMIA Y LA DESIGUALDAD DE LAS VACUNAS

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La región de América Latina equivale al 8 por ciento de la población mundial, pero concentró el 32 por ciento de las muertes por COVID y perdió durante la pandemia un diez por ciento promedio más de fuentes laborales en la comparación con otros continentes. Las cifras fueron expuestas durante el Foro Regional “La Vacuna como bien público” organizado por el Observatorio de Salud de Argentina.

Tomás Pippo Briant, coordinador de la Unidad de Medicamentos y Tecnologías Sanitarias e Investigación de la OPS fue quien expuso las estadísticas y advirtió que “la recuperación (pospandemia) será desigual y los más favorecidos serán los que tengan más vacunas”.

El argentino Pippo lamentó las desigualdades actuales en el ritmo de vacunación por región geográfica a causa de “las cadenas concentradas geográficamente de insumos y tecnologías sanitarias”.

Sin embargo, Pippo advirtió que “la vacunación es desigual en el mundo, pero también en las Américas”.

Una de las conclusiones del Foro Regional, es que se necesitarán inversiones en salud pública en los próximos años en la región, que “por si solas no alcanzarán y también se requerirá de la interrelación con la academia y con el sector privado” en un contexto en que “la sociedad civil tiene un rol relevante que se debe reflejar en las políticas de salud”.

Erika Dueñas Loaysa, Technical Officer del Department of Essential Medicines and Health Products de la OMS, lamentó “la falta de transparencia de los contratos” que “pueden complicar la distribución mundial de las vacunas”.

“Por eso la OMS pide que esos acuerdos sean transparentes como los de Medicine Patent Pool (MPP)”, afirmó Erika Dueñas Loaysa, subrayando que “la transparencia es la gran diferencia   en estos contratos”.

“No existe producción suficiente de vacunas a escala mundial y el nacionalismo de las vacunas provoco más desigualdad” lamentó la expositora, quien reivindicó la propuesta del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, al comienzo de la pandemia de conformar un fondo común liberado de patentes COVID.

Por el contrario, esa iniciativa no prosperó y “lamentablemente vemos solo acuerdos bilaterales y con algunos productores que no se resultó suficiente”.

El periodista brasileño Felipe Carvalho de Médicos sin Fronteras, coincidió que “las vacunas no están siendo tratadas como bienes públicos y el acceso no es equitativo para todos” porque “las empresas priorizan mercados más ricos que pagan más”.

“No hay dosis suficientes disponibles, pero hay disponibilidad de fábricas y del conocimiento” a nivel global, comparó el expositor.

La conclusión es que “no hay disponible un régimen de bienes públicos en salud” y mientras tanto “vemos que los gobiernos están confundidos y con poca participación en este debate”.

Hugo Mercer, de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), presentado como “padre de la medicina social”, alertó que “momentos como estos ponen en peligro las democracias cuando las dificultades se intensifican” y existen “pocos paises con sistemas de salud que atiendan a sus poblaciones”.

Hugo Mercer estimó que solo el tres por ciento de la población latinoamericana ha completado el esquema de inmunización y “entonces no es casual que solo el 4 por ciento de los insumos contra la pandemia han sido producidos en la región”.

Alexandre Naime Barbosa, profesor y directivo de la Sociedad Brasilera de Infectología, pidió concentrar el foco en “la atención a las poblaciones más vulnerables que todavía no tomaron las primeras dosis”.

“Las mujeres embarazadas no estaban contempladas en los programas y nosotros en Brasil logramos que las embarazadas tengan prioridad”, aseveró.

Así también, “en Brasil creamos comités de monitoreo contra grupos antivacunas y negacionistas”, comentó.

Gabriel Baracat, de la Red Avina de Bolivia, lamentó “la ausencia y escasez de bienes públicos en esta región del planeta y desde comienzos vimos que no había vacunas para cubrir a toda la población”.

La pandemia “desnudó la falta de solidaridad a nivel global y que no hay salvación a nivel individual o de paises”, pero “si la salud no es un bien público, menos será la vacuna”.

“La vacuna va a llegar, pero debemos seguir discutiendo sobre el futuro de la salud en la región como bien público”, propuso Bacarat.

“La crisis climática es más grave que la pandemia y no podemos crear mecanismos de colaboración conjunta”, lamentó.

Dulce María Flores Ramírez, del Instituto de Salud de México (ISSSTE), destacó que “las movilizaciones permitieron ms participación en la gestión pública, generaron información más transparente, para que los gobiernos tomen mejores decisiones y nosotros nos podamos involucrar como sociedad civil”.

“La ciencia debe adoptar modelos más democráticos y así la participación ciudadana se convertirá en una estrategia sostenida en el tiempo”, apunto.

Alejandra Sánchez Cabezas, a modo de conclusión y por el Observatorio de Salud, enfatizó que “nos duelen millones de muertes para que algunos se lleven las ganancias”.

Entonces, es imperativo “caminar en la misma senda la ciencia y la sociedad civil, y movilizar voluntades para un nuevo renacimiento”.

Entre los convocantes figuraron la Asociación Argentina de Salud Pública (AASAP), la Asociación de Economía de la Salud (AES), Farmacéuticos sin Fronteras, Fundación Sanatorio Güemes y la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores (RAIIS).

Link chat abierta a sociedad civil enfocado en acceso a la vacuna en America Latina:   https://chat.whatsapp.com/D8oqSRvTbbSLaC2c6ebMHS