LA PANDEMIA ES LA OPORTUNIDAD DE ACELERAR LOS CAMBIOS EN LOS SISTEMAS DE SALUD LATINOAMERICANOS, SOSTUVIERON EXPERTOS DURANTE SEMINARIO DE CEPAL

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Los sistemas de salud de los países latinoamericanos fueron tensionados al máximo durante la pandemia y es, justamente después de la tormenta, la oportunidad de cambio hacia modelos más eficientes y menos fragmentados entre público y privado, fue una de las conclusiones del seminario “Experiencias comparadas de reformas de los sistemas de salud en América Latina” organizado por la CEPAL.

María Begoña Yarza, ministra de Salud de Chile, aseveró durante el seminario que existe “una oportunidad histórica” para debatir sobre cambios en los sistemas de salud “porque pandemia despertó sensibilidad sobre los temas de salud”.

Alberto Arenas de Mesa, director de Desarrollo Social de la CEPAL, coincidió que “la crisis es una oportunidad histórica para debatir reformas de los sistemas de salud que permitan más niveles de igualdad”.

“Tenemos desafíos comunes con otros países de la región y la salud merece el esfuerzo de seguir caminando juntos”, propuso la ministra de Salud del nuevo gobierno chileno. “Las fronteras son puntos geográficos, pero no una barrera para construir en temas de salud de manera conjunta”, agregó.

“La pandemia es la oportunidad histórica para reformar los sistemas de salud, que necesitan más recursos adicionales para fortalecer la atención primaria y políticas integrales como la protección social sostenible”, propuso Arenas de Mesa.

“La crisis sanitaria gatilló también la crisis social en un contexto de creciente incertidumbre y la desigualdad social en la región se agudizó con la pandemia, así como las deficiencias estructurales de los sistemas de salud”, reforzó el panelista.

Arenas de Mesa recordó que “desde los noventa las reformas sistemas de salud apuntan a la universalidad con el desafío de superar retos comunes como la persistencia de obstáculos para acceder a la salud especialmente comunidades más vulnerables”.

Entre esos obstáculos mencionó el “desfinanciamiento crónico y la fragmentación de los sistemas que quedó en evidencia durante la pandemia”.

La pandemia provocó en la región “2.3 millones de muertes por exceso, que es una desproporción con el resto del mundo pues implicó 27 por ciento más que el promedio mundial”, comparó.

Al mismo tiempo, “la desigualdad de género retrocedió 18 años y la recuperación económica aun es suficiente para recuperar el nivel laboral previo a la pandemia”.

El expositor brindó ejemplos de la brecha en salud, pues mencionó que existen “dos camas por mil habitantes en la región mientras que OCDE alcanza al 4,8 por mil” y todavía 22 de los 33 países latinoamericanos y del Caribe no han vacunado al 70 por ciento de su población.

La ministra chilena, especialista en pediatría, coincidió que “no llegamos a tiempo a la población más pobre porque sigue dependiendo del nivel de pago” y “las diferencias en mortalidad infantil en apenas veinte kilómetros de distancia en la región metropolitana (de Santiago) difieren de 8 por mil en algunas comunas mientras que en otras urbanizaciones con otro nivel económico es del 4 por mil”.

Ramon Macaya exdirector de Caja Costarricense de Seguro Social y ex embajador de Costa Rica en Estados Unidos, aportó durante el debate una mirada positiva de algunos sistemas de salud que atravesaron la pandemia y salieron fortalecidos, como en su país.

“Los sistemas robustos pudieron lidiar con la demanda de la pandemia y en nuestro caso se ha consolidado la Caja en lo operativo y en el imaginario costarricense y es la entidad más popular y querida por los costarricenses”, aseveró.

“Ahora tiene más cotizantes y más ingresos que antes de la pandemia”, enfatizó.

José Gomes Temporao investigador de la Fundación Oswaldo Cruz y ex ministro de Salud de Brasil, recordó que en su país “la movilización fue fundamental para consagrar en la constitución en derecho universal a la salud”.

“En los 70, muchos municipios organizaron sistemas de salud apuntando a la salud primaria y la familia que se convirtieron en categorías centrales impulsados por Movimiento de Reforma de Salud”, rememoró, quien fue ministro de Salud de Brasil entre 2007 y 2010, con el presidente Lula Da Silva.

Temporao mencionó un programa de salud instrumentado durante su gestión en 4000 municipios atendidos con 8 mil médicos cubanos, programa interrumpido por el presidente Jair Bolsonaro.

La mexicana Carolina Tetelboim, con maestría en Medicina Social por la Universidad Autónoma Metropolitana, coordinadora del Grupo de Trabajo Salud, Cuidados y Seguridad Social de la Asociación Latinoamericana de Sociología, ALAS, resaltó que en su país avanza “la restauración de lo público después de décadas de política de mercado impulsada por el neoliberalismo que desmanteló la capacidad del Estado”.

El programa de Salud 2019-2024 del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, diagnóstico que México poseía un sistema “segmentando y fragmentando que no alcanzaba objetivos de salud debido a la pauperización del sistema público y con mucha corrupción”, explicó.

“Ese sistema provocó estragos en los indicadores de salud especialmente hipertensión y diabetes que produjo carga de morbilidad socialmente producida” subrayó.

Veinte millones de mexicanos carecían de cobertura social y “entonces surgió un plan que recupera el derecho a la salud con atención médica primaria y medicamentos gratuitos”.

“El objetivo después de la pandemia es recuperar el sistema público de salud y la industria nacional de medicamentos y vacunas. Hay resistencias en la implementación, tanto políticas como sindicales, pero existe confianza en que este gobierno dejara las bases de un sistema gratuito y universal de salud”, completó.

Daniel Olesker, ex ministro de Salud de Uruguay y actual senador nacional del FA explicó que en su país “el Seguro Nacional de Salud ha sido la base del modelo que aplicó el Frente Amplio cuando llegó al gobierno, con un fondo mancomunado de la seguridad social al que todos los ciudadanos deben aportar”.

Olesker reconoció que después de “quince años de gobierno recién al décimo primer año pudimos decir que había avanzado la reforma del sistema de salud”.

“El proceso de nivelación entre público y privado ha sido uno de los resultados obtenidos con el Seguro Nacional de salud que ha tenido mucha aceptación pública y con una justicia distributiva muy grande”, resaltó.

Camilo Cid. Director del FONASA de Chile y exasesor de la CEPAL, coincidió también que “la pandemia ha exacerbado posibilidad de discutir sobre las reformas de los sistemas de salud, porque nunca tan evidente la relación entre la salud y la economía”.

“Chile fue mencionado como un ejemplo, pero su sistema de salud de los ochenta se incubo en dictadura y las sucesivas crisis económicas globales lo han condicionado. Todavía reproduce la desigualdad con amplios espacios para el mercado y el subfinanciamiento crónico del Estado que encubre un despilfarro de recursos”.

“Los mismos recursos podrían dar mejores resultados- aseveró- pero mientras tanto hay una discriminación de adultos mayores, mujeres y niños pequeños, además de los pobres y enfermos”.

En el sistema privado chileno “los niños hasta dos años y mujeres en edad fértil pagan primas más altas igual que los adultos mayores. El gasto en sector privado es tres veces mayor que el gasto de la cobertura del FONASA”.

Cid aportó una comparación con modelos de cobertura de Perú, Bolivia, Colombia y México que “avanzaron en sistemas universales de salud, mientras que Chile fue para el otro lado”.

La tarea del actual gobierno es “avanzar en un Fondo Nacional de Salud que busca eficiencia y solidaridad”, concluyó.

Joseph Kutzin, jefe de la Unidad de Financiamiento de la Salud de la Organización Mundial de la Salud, agregó que “la Ineficiencia en el uso de los recursos afecta a los sectores más desprotegidos y aumenta el costo de los sistemas de salud”.

“Ningún país puede salir del atraso en forma voluntaria y durante la pandemia ninguna fuente de financiamiento público fue suficiente y además se expuso la fragmentación de los sistemas”, sintetizó sobre las experiencias comentadas durante el seminario.

Tampoco, “ningún país es capaz de financiar completamente un sistema universal de salud sin inequidades, entonces la cuestión no es cuanto se gasta sino como se gasta”.  

“Tenemos que definir a que tiene derecho la gente e implementar medidas de excepción para las poblaciones más vulnerables. Hay una dinámica en los cambios de tecnología médica y ningún sistema puede entregar todo para todos. La idea de equidad hay que incluirla en una respuesta de universalidad”, completó el funcionario de la OMS.