DENUNCIA PENAL CONTRA LA PRESIDENTA DE LA COMISIÓN EUROPEA POR LOS CONTRATOS QUE FIRMÓ CON PFIZER DURANTE LA PANDEMIA
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La justicia belga ha recibido una denuncia penal contra la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, acusada de haber firmado un mega contrato con Pfizer durante la pandemia usurpando atribuciones del gobierno comunitario y de haber eliminado los mensajes SMS que intercambió con Albert Bourla, el CEO de la multinacional estadounidense, durante las negociaciones.
La denuncia por “usurpación de funciones y títulos”, “destrucción de documentos públicos” y “apropiación ilícita de intereses y corrupción”, fue presentada por un ciudadano belga ante el juez de instrucción financiera Frédéric Frenay de la ciudad de Lieja.
En la demanda judicial se acusa a la presidenta de la Comisión Europea de haber actuado “sin mandato alguno” en nombre de los Estados miembros de la Unión Europea -incluido el Gobierno Federal belga- al negociar “directa y secretamente” -en particular a través de SMS- contratos de compra de vacunas con el director General de Pfizer, Albert Bourla, durante la pandemia.
Ursula von der Leyen ya estaba acusada desde fines del año pasado de borrar estos mensajes de texto, un caso conocido como “Deletegate”.
Hasta ahora, este caso había sido objeto de denuncias administrativas contra Von der Leyen ante la Defensora del Pueblo Europeo, la periodista irlandesa Emily O'Reilly, y ante Tribunal de Justicia de la Unión Europea (presentada por el New York Times).
Con esta nueva denuncia, el Deletegate da un giro penal por primera vez en uno de los 27 Estados miembros de la Unión Europea. Y no es la Comisión la que está en la mira por falta de transparencia, sino su presidenta a título personal, por actos punibles según el Código Penal belga.
El denunciante, Frédéric Baldan, de 35 años, es un lobista profesional acreditado ante las instituciones europeas. Está especializado en las relaciones comerciales entre la Unión Europea y China.
Baldan en 2019, participó en las misiones económicas de la Región de Bruselas-Capital a Shenzen y, posteriormente, en la misión federal a Pekín y Shanghái con presencia de la princesa Astrid de Bélgica.
Baldan demandó a Von der Leyen por causar daños financieros al Estado belga cuando rubricó un acuerdo de 35.000 millones de euros con la compañía farmacéutica Pfizer para comprar 1.800 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 para países de la UE.
El número de vacunas compradas resultó ser mucho más de lo que necesitaban los países de la UE, por lo que muchas tuvieron que ser destruidas o donadas.
Según la investigación del diario estadounidense The New York Times, Von der Leyen negoció el mega acuerdo a través de mensajes de texto con el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, pero luego afirmó haber borrado la conversación.
Según la acusación de Baldan, Von der Leyen es responsable de "abusar del cargo y el título", "destrucción de documentos públicos" y "uso ilegal de intereses y corrupción".
Acompañado por su abogada, Diane Protat, miembro del Colegio de Abogados de París, Frédéric Baldan aseveró al periodismo que comportamiento de la presidente Von der Leyen ha dañado “las finanzas públicas de Bélgica” y “la confianza de los ciudadanos”, luego de presentar la demanda directamente ante el juez Frenay de Lieja.
“Al negociar sin mandato, sola y en secreto con el gran jefe de Pfizer, la presidenta de la Comisión ha socavado la confianza de los ciudadanos en el poder público del Estado belga”, analizó.
Según el denunciante, las finanzas públicas belgas se vieron perjudicadas por las negociaciones de Ursula von der Leyen con Pfizer sobre un mega contrato firmado el 19 de mayo de 2021 por la Comisión y la empresa estadounidense.
Se trata del tercer contrato firmado por el Ejecutivo europeo con la empresa estadounidense y fue el más importante por 1.800 millones de dosis de vacunas, mientras que los dos primeros contratos con Pfizer se referían cada uno a “solo” 300 millones de dosis.
Este tercer contrato fue por un valor de 35.000 millones de euros, el más grande de todos los contratos firmados por la Comisión con las empresas fabricantes de vacunas durante la pandemia.
En efecto, como señala el Tribunal de Cuentas Europeo, “entre agosto de 2020 y noviembre de 2021 la Comisión firmó 11 contratos con ocho fabricantes de vacunas, obteniendo hasta 4.600 millones de dosis de vacunas con un coste total previsto de casi 71.000 millones de euros”.
En junio de 2022, una coalición de diez Estados miembros de Europa del Este exigió la renegociación de todos estos contratos con los fabricantes de vacunas COVID, incluido, inevitablemente, el más importante con Pfizer.
Los diez Estados exigieron la renegociación porque las cantidades de vacunas entregadas superaban con creces las necesidades de los Estados firmantes.
El resultado es que todas estas existencias recibidas y facturadas tienen el efecto de agobiar las finanzas nacionales de estos diez Estados miembros.
En resumen, durante las negociaciones preliminares, de buena fe o bajo la influencia de la industria farmacéutica, los pedidos realizados por la Comisión parecen haber sido inflados con hormonas. Esta observación se aplica a los 11 contratos, incluido el que por sí solo representaría la mitad del presupuesto europeo total para vacunas.
Al 9 de diciembre de 2022, las existencias de dosis de la vacuna COVID 19 disponibles en Bélgica ascendían a 13,5 millones de dosis (de las cuales 9,2 millones se habían comprado a Pfizer), según los datos publicados por el Instituto de Salud Pública Sciensano de Bélgica, mientras que al 15 de septiembre de 2022 el número de vacunas donadas a través de la ayuda al desarrollo ascendía a 11,6 millones de dosis (de las cuales 2,5 millones eran vacunas de Pfizer).
El Instituto de Salud Pública señaló además que “Bélgica es uno de los países que más dosis de vacunas ha donado en relación con su población”. Significa que Bélgica adquirió 25,1 millones de dosis en exceso, es decir, el 62% de todas las vacunas suministradas.
Casi la mitad de estas vacunas “en exceso” (11,7 millones de dosis) se compraron a Pfizer, y a finales de 2022 Bélgica había recibido un total de 40,4 millones de dosis de todos los fabricantes.
Según el Instituto Sciensano, Pfizer se llevó la parte del león con 27,9 millones de dosis. Es decir, casi siete de cada diez vacunas entregadas a Bélgica fueron suministradas por la empresa estadounidense.
Bourla confirmó al New York Times a finales de abril de 2021, poco antes de la firma del mega contrato, que había creado un verdadero vínculo personal con la presidente de la Comisión Europea.
En esa ocasión subrayó que había “desarrollado una profunda confianza [con ella], porque mantuvimos discusiones profundas”.
Bourla afirmó también que su interlocutora europea “conocía los detalles de las variantes, conocía los detalles de todo. Esto hizo que la discusión fuera mucho más atractiva”.
El 18 de junio de 2020 la Comisión firmó un acuerdo con los 27 Estados miembros. Este acuerdo permite al ejecutivo de la Unión Europea celebrar acuerdos de compra anticipada (APA) con los fabricantes de vacunas en su nombre.
El acuerdo establecía un comité directivo y grupos de negociadores cuya composición se especificaba.
Sin embargo, según la denuncia penal presentada ante el juez Frenay, en este acuerdo “no se confiere ningún poder específico a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que no es miembro ni del comité directivo ni de los equipos de negociación. Por lo tanto, la presidenta de la Comisión no podía pretender dirigir las negociaciones”.
El Tribunal de Cuentas Europeo oportunamente criticó las negociaciones “en solitario” de Von der Leyen en un informe especial sobre el contrato de vacunas publicado el pasado mes de septiembre pasado.
“No recibimos ninguna información sobre las negociaciones preliminares del mayor contrato de la Unión Europea”, decía en la página 33.
El organismo de control financiero de la UE había pedido a la Comisión que le facilitara una lista de los expertos científicos consultados y las opiniones recibidas, el calendario de las negociaciones, las actas de las discusiones y los detalles de las condiciones acordadas. No recibió nada de lo solicitado, según admitió en su informe.
El Tribunal de Cuentas Europeo confirmó también que Ursula von der Leyen hizo caso omiso de las normas de negociación establecidas por la Comisión: “En marzo de 2021 la presidente de la Comisión llevó a cabo negociaciones preliminares para un contrato con Pfizer/BioNTech. Este es el único contrato en el que el equipo negociador conjunto no participó en esta fase de las negociaciones, contrariamente a la decisión de la Comisión sobre la compra de vacunas COVID-19”.
Un auditor del Tribunal de Cuentas Europeo, entrevistado por la revista Político de Estados Unidos, afirmó que las negociaciones preliminares de Ursula von der Leyen fueron decisivas para los términos del acuerdo final.
“Los aspectos esenciales de los contratos se acordaron de manera informal. Sólo después de alcanzar este acuerdo informal fue posible continuar con el proceso formal. Esto fue, en efecto, esencial para las negociaciones", comentó a la publicación digital Político.
La Fiscalía Europea (European Public Prosecutor's Office, EPPO), confirmó en octubre pasado que había abierto una investigación sobre el proceso de adquisición de vacunas COVID en la Unión Europea.
La naturaleza de los mensajes de texto intercambiados entre Ursula von der Leyen y Albert Bourla debería ser lógicamente uno de los aspectos de esta investigación.
Si estos mensajes fueron efectivamente borrados del smartphone de la presidente de la Comisión, una copia debería estar todavía presente en el smartphone de Albert Bourla, quien podría ser interrogado por la Fiscalía Europea o por el juez de Lieja.