PROYECTOS DE PRODUCCIÓN PÚBLICA DE VACUNAS PARA ENFRENTAR LA DEPENDENCIA EXTERNA

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La pandemia puso en evidencia la inequidad global en la distribución de vacunas, la producción concentrada en pocos fabricantes y países, y la dependencia de factorías asiáticas incluso para conseguir insumos hospitalarios básicos. Por eso, muchos países han comenzado a impulsar proyectos tecnológicos independientes, que en Argentina están en proceso de desarrollo en las universidades de San Martín y La Plata.

Estos proyectos que pueden aportar independencia tecnológica y producción pública y local de vacunas, fueron mencionados durante el zoom “Producción Pública de Medicamentos y Vacunas: análisis histórico y de políticas científicas con foco en el caso argentino”, organizado por el centro de profesionales farmacéuticos CEPROFAR.

Los dos proyectos “mas avanzados” corresponden a las universidades de San Martín y La Plata, explicaron los expositores, NOELIA BURGARDT, NICOLAS CHIARANTE y DANIEL GONZÁLEZ MAGLIO, biotecnóloga la primera, farmacéuticos y bioquímicos los dos restantes y miembros de la agrupación universitaria de ciencia y tecnología ROLANDO GARCIA.

El proyecto de la Universidad de San Martín es encabezado por la doctora Juliana Cassataro y tiene como beneficio que se apunta a una vacuna oral tipo Sabin, explicó González Maglio.

“Nosotras en la UNSAM tenemos experiencia en el desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas. Nos asociamos con otros investigadores de la UNSAM para probar en el laboratorio el concepto de nuestra propia vacuna. Si de acá a 6 u 8 meses obtenemos buenos resultados, buscaremos mucho más financiamiento para comenzar la etapa clínica”, dijo Juliana Cassataro, la científica que lidera el equipo, a fines de enero pasado.

“El beneficio particular es que ninguna vacuna es oral hasta ahora”, pero la investigación demanda “avances laboriosos e inéditos”, explicó el expositor.

En cuando al proyecto de la Universidad Nacional de La Plata ha sido bautizado ARGENVAC221. En los laboratorios de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, se impulsa el proyecto conjunto y colaborativo que comparten los grupos del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA - UNLP/CONICET) y del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP- UNLP/CONICET/CIC). El desarrollo es dirigido por los Doctores Guillermo Docena, del IIFP y Omar Azzaroni, del INIFTA.

Burgardt, licenciada en biotecnología y en Ciencias Básicas y Aplicadas. Investigadora de CONICET y Profesora Adjunta de la Universidad Nacional de Quilmes, recordó que desde 2011 existe la ley que declara de interés público la fabricación de medicamentos en laboratorios públicos y crea la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, ANLAP.

Sin embargo, aclaró que todavía “no se ha logrado articular entre todos los laboratorios públicos” porque -entre otros motivos- responden a diferentes estructuras administrativas, pues algunos son provinciales y otros municipales, algunos gozan de mayor autonomía y otros son apéndices de los ministerios de Salud provinciales.

La ANLAP tiene entre sus objetivos la investigación y desarrollo de medicamentos estratégicos, recordó la expositora, pero hasta ahora la articulación con otros organismos de ciencia y tecnología del país ha sido escasa.

Entre las novedades, mencionó las becas otorgadas en conjunto por la ANLAP y el Conicet “para el fortalecimiento del recurso humano y en especial en líneas estratégicas de producción de medicamentos”.

La ANMAT y el ministerio de Ciencia y Tecnología “tuvieron una fuerte articulación durante la pandemia, pero sin identificar aún lineamientos para los laboratorios públicos”, mencionó durante el zoom de CEPROFAR.

Por el contrario y como ejemplo positivo, Burgardt resaltó que la ANLAP está fortaleciendo vínculos en investigación con las universidades.

Nicolas Charante, farmacéutico y bioquímico y Profesor Adjunto de la UNER (Universidad Nacional de Entre Ríos), destacó que la producción pública de medicamentos apunta básicamente a medicamentos huérfanos como la fiebre hemorrágica, la tuberculosis y los sueros.

La producción de medicamentos en el laboratorio público santafesino LIF aportó un ahorro de 55 millones de dólares en el presupuesto del sistema público de salud de Santa Fe, remarcó el panelista.

AsÍ también, en las licitaciones del Programa Remediar, los medicamentos de producción pública cotizaron hasta 73 por ciento más bajo que la marca comercial más barata del sector privado, comparó.

Los panelistas compartieron un enlace para acceder a la revista académica AFHIC donde escribieron en conjunto sobre la historia y desarrollo de los laboratorios públicos:
http://www.afhic.com/es/publicaciones/volumenes-tematicos/