LA INVESTIGACIÓN CLÍNICA EN ARGENTINA SE INCREMENTÓ 16 POR CIENTO PESE A LA PANDEMIA Y AL CONFINAMIENTO, INFORMÓ CAEME

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El monto invertido pasó de 11.877 millones de pesos en 2019 a 19.266 millones en 2020, lo que representa un aumento 16% en valores constantes. Además, supone el 35,6% del esfuerzo total en I+D del sector empresario. Entre 2016 y 2020, esta actividad creció un 74,9%, mientras que la I+D del resto del sector empresario creció 3.6%.

Las 27 empresas que concentraron el 92% de la inversión en investigación clínica son parte Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME) y de la Cámara Argentina de Organizaciones de Investigación Clínica (CAOIC).

La Encuesta sobre Investigación & Desarrollo del Sector Empresario Argentino (ESID), presentada por la Dirección Nacional de Información Científica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), indicó que la inversión en investigación clínica creció un 62% en 2020, lo que a valores constantes es un incremento del 16% respecto del año anterior. En total, se registró una inversión de $19.266 millones de pesos corrientes, que representan  el 35,6% del total de inversión en I+D del sector empresario, 3.8 puntos porcentuales más que en 2019.

“Ni la pandemia ni el confinamiento lograron mermar los esfuerzos locales por estudiar la seguridad y eficacia de potenciales nuevos y mejores medicamentos, vacunas y dispositivos médicos. Afortunadamente, por el esfuerzo mancomunado de mucha gente y la convicción de nuestra autoridad regulatoria, la ANMAT, la investigación clínica viene en un persistente crecimiento en nuestro país”, sostuvo Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), que agrupa a la industria multinacional radicada en Argentina.

Según la encuesta, el contexto provocado por la pandemia originó dinámicas diferenciales entre los sectores productivos en cuanto a las actividades de I+D. Sin embargo, las empresas dedicadas a la investigación clínica pudieron encauzar sus esfuerzos hacia estudios clínicos relacionados con el COVID-19, sin desatender por ello aquellos en curso vinculados a otras patologías y al mismo tiempo, otros retrasaron su inicio.

El relevamiento del ESID es amplio y abarca a unas 2 mil empresas, incluyendo todas las firmas identificadas que realizan I+D. De todos modos, poniendo el foco en lo que respecta específicamente a la investigación clínica, sobre 53 empresas identificadas que desarrollaron estudios clínicos en 2020, 27 de ellas concentraron el 92% de la inversión y son las asociadas a CAEME y a la Cámara Argentina de Organizaciones de Investigación Clínica (CAOIC).

“Estamos convencidos de lo bueno que es para nuestro país que crezca esta actividad. El principal beneficiado de que se estudien aquí más potenciales terapias es el paciente, quien podrá -por ejemplo- acceder antes a medicamentos que tal vez puedan ayudarle a controlar mejor su enfermedad, al tiempo que recibe cuidados médicos de calidad y un seguimiento personalizado, con controles sistemáticos de su estado general de salud”, agregó Karina De Lazzari, presidenta de CAOIC.

“Asimismo, esta encuesta mostró otra dimensión del impacto de esta actividad y es que, al ser una exportación de servicios,  genera un significativo ingreso genuino de divisas, porque el 90,6% de la inversión para llevar a cabo los estudios clínicos proviene de las casas matrices de los laboratorios farmacéuticos internacionales (10 veces más que en otros sectores, donde la inversión externa solo representa el 8,2%)”, resaltó CAEME.

“La realización de estudios clínicos, por lo tanto, constituye una exportación concreta y sostenida de servicios, lo que la convierte en una de las áreas productivas más pujantes de la economía del conocimiento en Argentina”, detalló la doctora Baldini.

Otro beneficio de que se realice investigación clínica en Argentina, pero que no fue medido en este relevamiento, consiste en que su desarrollo capacita en metodologías de investigación de vanguardia a profesionales de salud y a otros involucrados que participan de los protocolos, dado que para que el estudio internacional tenga validez debe regirse por idénticos estándares y procesos en todos y cada uno de los países y centros de investigación en donde se lleva adelante.

Más estudios clínicos en el interior

Respecto de la distribución geográfica de la inversión en investigación clínica, el estudio evidenció que todavía se observa una marcada concentración en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (67,7%), seguida por la provincia de Buenos Aires (10,9%), Córdoba (6,6%), Santa Fe (6,3%), Tucumán (2,9%) y Mendoza (1,8%) y el resto se divide entre las demás provincias.

“Este punto nos pone frente a la oportunidad de promover una mayor federalización de esta actividad, fundamentalmente porque nos consta que contamos con profesionales y con centros de salud absolutamente preparados para hacerlo a lo largo y a lo ancho de nuestro país. De hecho, hemos venido trabajando en forma colaborativa entre distintos involucrados para equilibrar este aspecto y esperamos que en las próximas ediciones de este relevamiento se visualice una distribución mucho más pareja”, reconoció De Lazzari.

A nivel mundial, la industria farmacéutica invierte cada año más de 189 mil millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, vacunas y dispositivos médicos. Ante cada estudio clínico internacional, el laboratorio patrocinador se plantea en qué países y centros de investigación llevarlo adelante, y evalúa criterios como la infraestructura científica, las capacidades para desarrollar estudios clínicos, el marco regulatorio, funcionamiento de comités de ética, el respeto a la propiedad intelectual y el sistema de acceso al mercado.

Alrededor del 80% de los ensayos clínicos del mundo se realizan en Estados Unidos, Europa y Japón. Para completar el porcentaje restante, Argentina compite con países de la región y del mundo para ser elegida como destino de inversión.

En 2020, las empresas de CAEME y CAOIC realizaron 127 estudios de farmacología clínica de investigación y desarrollo a la ANMAT, de estos, 15 de los cuales fueron relacionados con COVID-19.

“Esto refleja esta dinámica especial que trajo la pandemia y los esfuerzos realizados para mantener los estudios clínicos en curso, la incorporación de nuevos estudios de tratamientos y vacunas y el impacto en otros estudios que debieron postergar su inicio. Siempre pensando en la seguridad de los pacientes y en el avance”, detalló CAEME.

Estamos convencidos de que están dadas todas las condiciones para que podamos continuar profundizando el desarrollo de la investigación clínica en nuestro país, porque estamos a la altura de los más elevados estándares internacionales”, concluyó la doctora Baldini.